Opinion | 23 Abr Las devastadoras lluvias que se han abatido sobre una amplia región del Cono Sur latinoamericano y que han derivado en graves perjuicios en nuestro país, con el agregado de un trágico tornado en Dolores, surgen como una clara demostración del cambio climático, desde que el régimen de lluvias es cada vez más irregular, con períodos de inundaciones y sequías alternadas.
No es nada que no haya ocurrido antes, --sirva como ejemplo la creciente de 1959, que ha llegado a niveles que nunca se han repetido, felizmente-- pero tenemos la pauta de que están ocurriendo en forma más frecuente, aunque en lo que refiere al clima, es necesario analizar los datos por largos períodos de tiempo antes de asegurar si efectivamente se trata de cambios definitivos o solo son eventos extraordinarios puntuales.
De todas formas, debemos concentrarnos en generar los paliativos y medidas estructurales necesarios para mitigar las consecuencias de estos avatares, cuando las opciones que se manejan no son fáciles de asumir, ni mucho menos de costear en economías que tienen serias limitaciones, como es el caso de Uruguay.
Es que pese a la respuesta solidaria de instituciones y a nivel popular, recae en el Estado la gran responsabilidad de trabajar concienzudamente en estas respuestas, a la vez de contar con recursos para atender las consecuencias, como acción inmediata.
Es así que se ha anunciado que este sábado tendrá lugar una sesión especial convocada por el presidente Tabaré Vázquez para atender la problemática actual, y en este sentido el ministro de Economía y Finanzas Cr. Danilo Astori, dijo que Uruguay puede usar préstamos internacionales, ya concedidos, para paliar la situación que se está viviendo en todo el país debido a las lluvias y los vientos. Además, observó que en el Presupuesto Nacional existe un fondo que puede ser usado para situaciones imprevistas como las que ocurrieron en los últimos días, aunque naturalmente, se trata de dinero que no volverá a Rentas Generales, como se hace cuando no se utiliza.
Astori expuso que el gobierno puede utilizar "préstamos internacionales que el país ya tiene y que no ha usado todavía. No hablo de nuevos préstamos sino préstamos que ya han sido concedidos en caso de que el país lo necesitara". La línea de préstamos contingentes que hoy tiene el gobierno es de unos 2 mil millones de dólares.
Asimismo, el secretario de Estado refirió al artículo del Presupuesto que alude a situaciones imprevistas, al señalar que "también puede ser una fuente de recursos para apoyar esta tarea", y dijo que "la definición de estas fuentes, cómo se van a combinar entre sí y las modalidades de apoyo que se van a poner en práctica" será el tema a tratar en el Consejo de Ministros que se realizará este sábado.
En cuanto a los daños por las adversidades climáticas evaluó que "hay U$S 1.000 millones de exportaciones en juego" debido a los daños ocasionados por las lluvias registradas la última semana en todo el país y sostuvo que los mayores focos de preocupación están en el sector arrocero y el de la soja.
"Haremos una propuesta de acción inmediata. Estas cosas no pueden esperar", dijo el jerarca. De todas formas, Astori señaló que aún no es momento de hablar de números porque todavía existen innumerables daños sin cuantificar, aunque reconoció que esta situación "complica" las previsiones del gobierno. "Va a requerir volcar recursos que de otra manera hubieran tenido otro destino y al mismo tiempo va a agudizar las restricciones fiscales que tenemos en este momento. Esto dificulta las cosas pero no hay que guarecerse en las dificultades y mucho menos para explicar los resultados de la economía uruguaya, sino adoptar la actitud de tener una respuesta satisfactoria", afirmó.
Parafraseando a Astori podríamos decir que el gobierno se complicó solo, sobre todo porque pese al desastre fiscal de la administración del expresidente de José Mujica, el de Tabaré Vázquez elaboró un presupuesto sobrevaluado, a base de a un supuesto crecimiento del 2,5 por ciento que no podía preverse ni siquiera en el mejor escenario posible, y ya se arrastraba un déficit fiscal del 3,6 por ciento del PBI que ha llegado a casi el 4 por ciento en 2015.
La realidad es que por el exceso de gasto público no hay disponibilidad de recursos, como reconoció el ministro, porque los pocos disponibles tienen otro destino y ahora habría que conseguir dinero para atender este escenario de adversidades, --aunque hay préstamos disponibles, la realidad es que hay que pagarlos-- mientras el titular de la OPP, Álvaro García, insólitamente dijo que los recursos para los departamentos golpeados deberían redireccionarse de lo que les toca por el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), que por disposición constitucional se destina a infraestructura y proviene de los impuestos nacionales que se recaudan en el Interior.
Tenemos además que el sector agropecuario es uno de los más golpeados por las intensas lluvias de las últimas semanas, y el temporal de no menos de veinte días ha llegado justo en el momento en el que se empieza a cosechar los cultivos de verano, por lo que gran parte de la soja, el arroz, el maíz y el sorgo se pudren en las chacras, donde ha llovido intensamente y no se puede entrar para sacar la cosecha.
Las pérdidas mayores en lo monetario serán en soja y aunque todavía no se puede hacer una evaluación de cuánto se perdió, el cultivo era estimado en el entorno de 2,8 millones de toneladas, pero difícilmente pase los 2,4 millones, lo que significaría de por sí una pérdida de U$S 130 millones, aunque podría ser mucho más.
Todo esto concluye en una doble pérdida: en primer lugar por los bajos rendimientos en las cosechas, la destrucción de carreteras y caminos, la devastación en infraestructuras y los efectos extremos del tornado en Dolores. Pero después de eso está el gasto extra que deberá enfrentar el Estado por no contar con un colchón de recursos para enfrentar estas eventualidades, que por tratarse de la inestabilidad climática era altamente predecible que ocurrieran en el mediano o hasta corto plazo. Una responsabilidad que le cabe solo al gobierno, pero que nos pesa a todos.