Locales | 25 Abr Tras un período de obra de tres años, se está a pocos días de la terminación del complejo habitacional de la Cooperativa de Vivienda y Usuarios “9 de Junio”, en Bicudo y Libertad, que permitirá que 31 familias obtengan la solución habitacional por la que luchan desde hace once años, en un proceso signado por muchos avatares.
Tras el sorteo de cada vivienda, hace unos dos meses, se ingresó en la fase de terminación de las unidades por los cooperativistas y resta solo la conexión de la energía eléctrica, lo que se espera se concrete a fin de mes. Las viviendas, de dos, tres y cuatro dormitorios, fueron levantadas trabajosamente con la propia mano de obra de los beneficiarios, como establece el sistema de ayuda mutua.
El proceso ha sido particularmente difícil, tras la formación y trámites correspondientes, del grupo inicial solo quedan dos familias, en tanto las otras, debido a las urgencia propias de su situación, buscaron la solución habitacional por otras vías. También debió sumarse un problema que implicó instancia policial y judicial, lo que demoró la obra por un año, de acuerdo con lo manifestado por los cooperativistas.
Una de las fundadoras, Griselda Aguilar, dijo a EL TELEGRAFO que actualmente hay 27 viviendas ocupadas y que cuatro están libres, de dos y tres dormitorios, por lo que se abrió un período para recibir solicitudes de interesados que deberían entregar una parte del costo de la unidad y acogerse luego a una financiación, además del plazo estipulado para repago del préstamo. El consejo directivo decidirá las adjudicaciones según los planteos de los interesados.
Aguilar precisó que “hay socios que en todo este período se han retirado, y tenemos ahora estas cuatro vacantes, para una vivienda tasada en 19.000 dólares. Se requerirían unos diez mil dólares en principio, pero se podrían aceptar de repente seis mil o más como entrega; todo lo que quedará en manos de la cooperativa”.
“Si a fin de mes UTE instala la luz, estaríamos habilitados para ocupar las viviendas e inaugurarlas oficialmente el 9 de junio venidero, cuando cumplirá once años la cooperativa. Fue formada en la escuela Nº 95 por una inquietud de vecinos; había familias que estaban hacinadas, con chicos, y pensamos en la posibilidad de formar una cooperativa para poder responder a estas necesidades”, explicó Aguilar.
Con el paso del tiempo, “de los socios fundadores solo quedamos dos, porque la gente tiene el apuro de tener hoy la casa y vamos ya para tres años de obra, luego de la firma del préstamo el 29 de mayo de 2013”, y resultara afectada la cooperativa por un desfalco que debió llevarse a la Justicia, lo que se sintió en el padrón social y hubo familias que se retiraron.
Respecto al régimen de trabajo de los cooperativistas, “estamos haciendo 22 horas y media semanales y podemos compensar horarios para recuperar, pero ahora que estamos en la terminación, se hace un poco más complicado recuperar horas porque tiene que haber un capataz, teniendo en cuenta que estamos trabajando sobre detalles más delicados. Ya tenemos el saneamiento y el agua, se están colocando los pisos de arriba, la mesada, el baño azulejado, el emplaquetado y todos los artefactos”, indicó.

LA LLUVIA COMPLICÓ
“La próxima semana llegarán los escalones de madera para las escaleras internas y los pasamanos. Asimismo, viene la parte de la caminería interna, que se ha demorado por esta seguidilla de lluvias, y se necesita marcar los fondos y los rellenos, pero el agua no nos ha dejado. Esperamos que no llueva por algunos días, por lo menos”, reflexionó la dirigente de la cooperativa.