LUIS GRAÑA, PRESIDENTE DE CUSA

Locales | 23 Abr (Por Aldo Bóffano). Los contratistas de servicios agrícolas del país en general y en particular los agremiados en la Cámara Uruguaya de Servicios Agropecuarios (CUSA) atraviesan una situación muy particular. Luis Graña, presidente de dicha gremial, en diálogo con EL TELEGRAFO expresó: “La situación del contratista agrícola en el país es muy difícil”, entre otras cosas, “por el tema de la reducción de área que hay”.
Si bien por “el repunte que hay en el valor del dólar, se llega a disminuir algunos costos, por ejemplo el combustible, no incide demasiado, pues en general el que se usa para las labores es proporcionado por las empresas contratantes”. Sí incide favorablemente “en otros insumos, como lubricantes y mantenimiento general que se hace en los equipos”, explicó Graña. En cambio, relativizó “lo que a salarios refiere, ya que se hacen en dólares y relacionados con los valores que se cobran los servicios en esa moneda”. Otro pequeño aspecto favorable “lo constituyen los aportes patronales al BPS, pero todo eso incide muy por debajo de lo que ha subido el mantenimiento de una empresa” agrícola.
Al respecto, resaltó “la reducción de área agrícola del país y la disminución de los precios sugeridos que tiene el contratista. También incide la baja que se ha constatado en los últimos sondeos que se hicieron de los valores de la maquinaria nueva, aproximadamente un 9% y ello repercute, pues son valores que se manejan para la fijación de precios. Pero el contratista –puntualizó-- ya tiene el equipo comprado. Él no lo hace ahora, pues no hay rentabilidad. Tenemos los equipos, los estamos pagando a valor superior a lo actual y basados en una expectativa de trabajo mayor a la que tenemos hoy”, indicó. Por eso “tenemos una cuota más alta, un precio más bajo y menos cantidad de trabajo anual de cada equipo. Una situación complicada para enfrentar todos los compromisos contraídos de antemano”, concluyó.
Desde la Cámara, “recomendamos a los contratistas que traten, en lo posible, de no apartarse de los valores que se sugieren”. Graña reconoce que “desde hace quizá dos años, difícilmente los contratistas pueden cobrar el cien por ciento del precio sugerido. Si el año pasado se hizo un arreglo del 10% por debajo del precio sugerido, proponemos que este año se mantenga ese 10%” como máximo, “pues si cobramos menos, nos estaremos descapitalizando, es decir, estaremos poniendo plata para hacer un servicio”, explicó.
Respecto a la situación coyuntural del clima, “la realidad que tenemos hoy complica más la situación, porque lo poco que había para hacer no sabemos cuándo lo vamos a hacer ni en qué condiciones”. También hay que tener en cuenta que “la empresa que nos contrató hoy está corriendo un riesgo importante, pues no sabemos si lo que tendremos que cosechar estará con calidad de recibo ni si se podrá cobrar el trabajo que se haga”.
Como medidas paliativas, “pretendemos defender el valor sugerido” de tarifas “y continuar en tratativas con el Ministerio de Ganadería y el BPS para ver si se puede flexibilizar un poco el aporte patronal y que se tome por un monto mayor al efecto de descontar el impuesto a la renta. Es decir, que al momento de pagar el Impuesto a la Renta se tome lo pagado al BPS por una vez y medio de su valor. Esto lo tratamos en agosto, pero no hemos tenido respuesta formal aún”.
“En el momento pensamos en encarar el tema de los aportes directamente con el BPS y demostrar que si bien Rentas Generales dejará de recibir un valor, BPS no tendrá que atender seguros de paro y podremos mantener más operarios activos”, concluyó el presidente de la CUSA.