Rurales | 29 Abr La tarea de cosecha de la presente zafra no ha sido fácil. A las conocidas dificultades de calidad en la soja a causa de las constantes lluvias de abril, la complicada logística por la falta de cosechadoras y camiones, se suma el dañado de granos, que en algunos casos ha determinado el rechazo del cultivo. Es así que las abundantes lluvias de las últimas semanas ha hecho que los rendimientos oscilen por soja en 2.000 kilos.
“El gran problema es la calidad”, reconoció a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo, Miguel Pastorini, quien explicó que el 70, 80 y hasta 90 por ciento de daños se ha visto en alguna chacra de la región, lo que ha determinado el rechazo de ese grano. “Por encima del 30 por ciento de dañado es rechazo”, aclaró.
Respecto a los promedios obtenidos estableció que son “muy dispares” según las zonas y si era cultivo que ya estaba pronto desde principios de abril o a mediados de este mes. “Algunas chacras apenas llegaron a 1.000 y otras alcanzaron 2.500 kilos”, dijo.
Para el técnico de la firma Agrocentro en Paysandú “faltan máquinas y camiones porque todo se ha juntado en muy poco tiempo”. “Además, las plantas de recibo funcionan en forma muy lenta por la cantidad de camiones y la alta humedad con la que llega el grano, que determina mayor lentitud por el secado”, detalló. Pastorini aclaró que habitualmente las plantas pueden secar hasta dos camiones por hora.
Por su parte, el ingeniero agrónomo, Luis Simean, indicó que hace algunos días que se retomó la trilla y las máquinas “están trabajando a full”. Explicó que para la cooperativa, “por suerte”, el problema de dañado en soja todavía no es tan severo y oscila en 8 a 10 por ciento. “Algo normal y que era lo que los técnicos veían a nivel de campo”, dijo.
En cuanto al sorgo consideró que, “seguramente”, se va a ver un poco más de dañado, porque además los productores le están dando un poco más de “prioridad” a la soja y habrá que esperar a la cosecha para apreciar el nivel que presentan las chacras.
Respecto a rendimientos, el gerente de Copagran Paysandú opinó que es “pronto” para pensar en eso. De todos modos, sostiene que “andarán” en el nivel de los 2.000 kilos. “Hay una pérdida de rendimiento porque las máquinas están sacando grano dañado y eso hace que la calidad no sea tan mala cuando el camión llega a la planta, pero genera un impacto directo en el rendimiento, entre 1.900 y 2.100 kilos. Estos son los promedios que se observan en las chacras que empezaron recién esta semana”, precisó.
“Se aprecian granos brotados, algunos picados por chinches. Se ve que en los últimos días cuando la gente ya no pudo entrar más a la chacra apareció chinche. Además hay hongos, chauchas que se han ido abriendo y levantando la humedad, pero dentro de niveles que no son tan graves si tenemos en cuenta el exceso de agua que tuvimos en abril”, añadió Simean.
Para el profesional sanducero “hoy las limitantes son las máquinas y es lógico porque están todas las chacras prontas y al productor le urge sacar el grano de su chacra”. De todas maneras, confió que se están cumpliendo las expectativas “y de tener de 10 a 12 días soleados se podrá terminar con la cosecha y sin la urgencia de una semana atrás en donde había que tratar de aprovechar los pocos días de sol que hubo en abril”.
Respecto a lo blando del terreno indicó que “puede haber algún problema a causa de que el piso aún está blando, pero la situación es normal, con la presión sobre las máquinas y la flota de camiones, y de las plantas que deben ir recibiendo y secando todo lo que llegue”.
Consultado si a la Cooperativa Agraria Nacional le afectó el corte de suministro de gas de Riogas, dijo que en las plantas que se trabaja a gas la cooperativa estaba abastecida, mientras en la que se trabaja a leña se está secando sorgo y ahora soja a ritmo normal.
Expresó que en la actualidad el ingreso de camiones a las plantas es “muy importante” y todos los viajes están pasando por la secadora.
Se estima que por efecto de las lluvias e inundaciones, se perderían unas 500.000 toneladas de soja. El grano cotiza actualmente a 350 dólares, representando una pérdida de 175 millones de dólares.