Locales | 30 Abr Solamente durante 2015 y los primeros meses de 2016, han sido invertidos más de 50.000 dólares aportados por la comunidad para la restauración de la Basílica Nuestra Señora del Rosario y Parroquia de San Benito de Palermo. No han existido aportes del erario público para una obra de esta magnitud, que cumple con las disposiciones de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación que, en su momento, autorizó el proyecto respectivo.
El padre Daniel Silva afirmó que “esa es la parte que hay que explorar y lo digo con un sentido positivo, hay que intentar activarla nuevamente. Más allá de toda otra consideración, debemos buscar la forma de obtener la mayor colaboración desde el punto de vista departamental, donde tenemos los mejores canales de apoyo. No podemos decir, porque cometeríamos una injusticia, que no los haya habido en el pasado. Pero hay que poner el énfasis en que se trata de un Monumento Histórico Nacional --orgullo de los sanduceros--, por lo que debemos buscar esa vía de apoyo. Incluso hay antecedentes de iglesias que han firmado convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, por ejemplo, para la catedral de San José y otras”.
También existe una manera indirecta de apoyar este tipo de restauraciones, mediante exoneración impositiva y de aportes a la seguridad social que, actualmente, se deben realizar. La obra de restauración de la Basílica “se encuentra absolutamente al día, con el esfuerzo económico que se realiza por la comunidad de Paysandú”.
Más allá de las actividades religiosas, el padre Silva recuerda que durante Semana Santa recibieron turistas que deseaban conocer la historia del monumento. “Yo digo que es un símbolo de Paysandú y por la Basílica ingresan quienes llegan atraídos por la historia, así como por la puerta de la casa parroquial lo hacen aquellos que buscan una ayuda espiritual o concreta, un trabajo o un respaldo ante un problema familiar. Y en todos los casos son atendidos”.

ACTIVA COMISIÓN
En el proyecto de restauración trabaja activamente una comisión integrada por la arquitecta Cecilia Camacho, Jorge Pesce y Carlos Pizzorno.
Sobre el tema particular del apoyo oficial, Pesce señaló: “no necesariamente la ayuda tiene que ser en efectivo, acá la Intendencia colaboró con un camión elevador, pero no permanentemente porque también tiene que atender las tareas normales. Pero podría haber una colaboración en la parte impositiva o los aportes sociales, ya que nosotros estamos equiparados al régimen común que debe enfrentar toda empresa en cualquier obra”. Sobre las últimas etapas de obras, “estamos continuando lo que comenzó el padre Antonio Mazza, completando el nuevo revoque con un producto especial llamado ‘color piedra París’ para la impermeabilización de las paredes laterales (el techo ya estaba hecho) y este fin de semana, si el estado del tiempo lo permite, se culminará con esa etapa. Es un trabajo técnico oneroso porque deben tener intervención de prevencionistas (por la altura en que se realizan). Luego hay que esperar seis meses para aplicar un impermeabilizante que va sobre el revoque, por lo que será allí cuando este trabajo esté terminado. Hemos tenido que conseguir ayudas porque estamos hablando de superficies muy grandes, que llevan muchísimo material”, como estrategia para frenar el paso a la humedad que afecta finalmente a las pinturas interiores.

APORTES IMPORTANTES
Con el respaldo técnico de la arquitecta Camacho, quien ha intervenido en distintas obras de restauración en el Estudio Collet-Neri de Montevideo, se han realizado aportes de consideración. Pesce y Pizzorno mostraron la puerta principal de 4 metros de alto, que fue pintada por ellos, con especial cuidado en el lijado a efectos de no dañar los relieves que tiene. “Está pronta, entendemos que a satisfacción y dentro de los parámetros de una reconstrucción; ahora seguirán las puertas laterales, una tarea más fácil en la medida que son de madera lisa. También hemos acometido la recuperación del retablo de San Roque, restando aquí solo las guardas en dorado y próximamente se instalarán luces LED en los vitrales que se colocaron en la parte Este, a efectos de que tengan el debido realce en horas de la noche. Queda mucho por hacer porque las pinturas interiores, tanto por lo artístico como en cuanto al trabajo material, son prácticamente el cincuenta por ciento de la tarea, pero seguimos adelante con fe y mucho afán de colaborar con este símbolo de Paysandú”.