Locales | 04 May Juan Hernández es un vecino de la zona de Setembrino Pereda y Soriano que cultiva la quinta familiar desde que recuerda, siguiendo la tradición de su padre. Hasta ahí todo normal, salvo que este año la cosecha de boniatos trajo varias sorpresas.
Hernández tuvo que lidiar con muchos ejemplares de varios kilos, como lo atestigua la fotografía, sin embargo el más grande ya no estaba.
El boniato de mayor tamaño pesó 7,8 kilos, de los de la foto el mayor alcanzó los 7 y los otros, ya más chicos, alcanzan para algunos frascos de dulce.
En la quinta solo se planta boniatos y zapallos, sin embargo dijo a EL TELEGRAFO que su preferido es el dulce de higo, para el cual la materia prima la aporta la higuera que tienen en el medio del patio. Hernández no vende su producción, la reparte con la familia y con los vecinos, a la vieja usanza.