PESE A PRESENTARSE UN DÍA NUBLADO

Locales | 09 May Se está convirtiendo en un clásico: una fiesta que comenzó hace 15 años y medio un poco tímidamente como algo local, pero que atrae público de varios puntos del departamento, comenzó a ser un punto de referencia para el reencuentro de los nacidos en el pueblo.
Es que la Feria de la artesanía y la alimentación de Pueblo Esperanza, que se realizó ayer junto a la antigua planta de biodiesel, 13 kilómetros al Este de la ciudad capital por la ruta 90, se afirma en su desarrollo empujado por el entusiasmo de los habitantes del pueblo y también el interés en este tipo de productos por parte del resto de los sanduceros e incluso de otros departamentos. Se trata de una actividad social, donde están desde la escuela del pueblo, la número 58, hasta los clásicos juegos inflables --como los castillos--, pasando por la biblioteca comunitaria, el estand de la tercera edad, el ya clásico local de “Sabores caseros” y muchos más con variadas artesanías. Y un gran “llamador”, el asado con cuero, a menos de 400 pesos el kilo.
La actividad se organiza dos veces al año: la feria “grande” durante dos días en noviembre y la feria “menor”, de un solo día en mayo.

MÁS DE 1.500 KILOS DE CARNE
No es en cualquier lado ni en cualquier ocasión que se puede disfrutar de un buen asado con cuero. No necesariamente porque no haya buena carne en Uruguay, sino por la elaboración. Según contó a EL TELEGRAFO uno de los parrilleros, Omar Macagno, hacer los 600 kilos de carne de ternero diente de leche que prepararon junto a dos colaboradores y su familia les lleva unas 12 horas de elaboración, desde que se faenan los animales hasta que se terminan de asar en la gran parrilla. “Empezamos a asar la carne a la 1 de la mañana, y lo terminamos a las 8”, dijo Omar, señalando que se hace con poca brasa y fuego muy lento, de leña negra, “con el cuero para abajo casi todo el tiempo, y después se lo da vuelta para darle un colorcito a la carne”. A eso se agrega el chorizo casero, muy natural, el “chacarero”.
En otra de las parrillas, se asó una vaquillona, y además había oferta de asado de pollo, que también tuvo buena demanda.

DULCES Y TORTAS
Si bien la mayoría de los visitantes daban una vuelta en la mañana, compraban el asado y se iban a su casa a comer --o más bien degustar-- ese plato especial, volvían con la tarde, mate en mano, para seguir disfrutando de los espectáculos presentados (aunque se suspendió la presencia de la Banda Municipal por riesgo de lluvia) y a seguir probando exquisiteces artesanales, esta vez en forma de tortas, postres dulces y mermeladas, todo hecho por las manos de habitantes de Esperanza. Y claro, la infaltable torta frita.
Reencuentro de vecinos como Ana, la hija de Ema que vive en Jaureguiberry, pero vino especialmente para la Feria a presentar sus artesanías de costura junto a las de croché que hace su mamá, o como María, que vino el viernes junto a su hermana desde Buenos Aires, y reencuentro de tradiciones, como la torta frita y el asado con cuero, son las propuestas de le Feria de Esperanza, que se repite ampliada en noviembre.