Opinion | 19 May La comunidad museística celebró ayer el Día Internacional de los Museos, promovido desde el Consejo Internacional de Museos, con el fin de sensibilizar al público en general sobre el papel de los mismos en el desarrollo de la sociedad.
Aunque en nuestro país la celebración pasa un tanto desapercibida, este año se han sumado nuevos participantes, entre ellos los sanduceros, a esta conmemoración que en su anterior edición reunió a más de 35.000 museos de 145 países.
El tema elegido para este año, que será el eje central de la Conferencia general del Consejo Internacional de los Museos, que tendrá lugar en Italia entre el 3 y 9 de julio próximo, es “Museos y paisajes culturales” y expresa la responsabilidad de los museos con el paisaje del cual forman parte. En este sentido, todo museo debe contribuir no solo a aportar conocimientos y difundir acervos sino que también tiene un importante rol a desempeñar en cuanto al patrimonio cultural en sus más amplias manifestaciones.
En este sentido, felizmente existen en Uruguay exitosas iniciativas de museos preocupados por la gestión y el desarrollo del paisaje cultural, como es el caso del Museo de la Revolución Industrial, en Fray Bentos, que junto a una serie de instituciones y con apoyo gubernamental ha logrado que se reconozca al Frigorífico Anglo y su paisaje cultural como patrimonio de la Humanidad por parte de Unesco.
Más allá de este tema específico, los museos –que junto con las bibliotecas y los centros de documentación suelen ser las cenicientas de los presupuestos públicos— son un medio importante para los intercambios culturales, el enriquecimiento de las culturas, el avance del entendimiento mutuo, la cooperación y la paz entre los pueblos, así como para el acceso al conocimiento y la información y, fundamentalmente, la construcción de ciudadanía.
Desde esa perspectiva, la historia reciente muestra en Uruguay una mayor preocupación de las esferas gubernamentales y administrativas por la mejora de las condiciones de nuestros museos, la formación de sus recursos humanos y la coordinación de esfuerzos para la preservación y divulgación de sus colecciones.
Por ejemplo, desde el año 2014 Uruguay cuenta con una Ley de Museos, que creó el Sistema Nacional de Museos, cuyo objetivo es promover la profesionalización y el fortalecimiento institucional de los más de 220 museos existentes en el país. Además, actualmente se cuenta con un Registro Nacional de Museos y Colecciones Museísticas, que constituye una herramienta para la mejora de los museos y colecciones del país, al establecer estándares en materia de servicios al público y de conservación y puesta en valor del patrimonio museológico. A su vez contribuye a la sistematización de información para promover y desarrollar políticas de fortalecimiento de los museos, a nivel nacional, regional y local.
Dicho registro tiene carácter obligatorio para museos y colecciones museográficas administrados por el Estado o bajo modalidad mixta entre el Estado, en sus distintos niveles de gobierno, y privados. En tanto, para los privados es facultativa, pero integrar el registro es necesario para recibir cualquier tipo de subvención o ayuda con fondos económicos del Estado. Las ventajas de integrar el sistema son claras, no solo por el aval de la institucionalidad oficial sino también por aspectos referidos a la capacitación de personal, el apoyo para el acceso a financiamiento como participación en proyectos internacionales, o cuestiones tan simples pero importantes como aparecer en el portal www.museos.uy, que reúne en un medio digital toda la información museística del Uruguay.
Estos nuevos instrumentos aportan una nueva visión de los museos, sacándolos del paradigma conservacionista y exhibicionista de objetos históricos a entidades de vasto alcance cultural y educativo y espacios de construcción de conocimiento y ciudadanía. Son vientos de cambio que paulatina pero sostenidamente han comenzado a visualizarse en los museos uruguayos, incluidos los de Paysandú. En particular, en la anterior administración departamental la conducción de los museos de Paysandú desempeñó un importante rol en las etapas de creación de legislación y el diseño para la puesta en marcha del nuevo sistema nacional de museos, tarea que está siendo continuada por los referentes del área de la actual administración local. En este sentido, Paysandú será el referente del Sistema Nacional de Museos para la regional Norte, de la cual también forman parte Salto, Artigas, Tacuarembó, Rivera y Río Negro.
La tarea implica un gran desafío y requiere del compromiso económico de los gobiernos departamentales involucrados tanto para la mejora de la gestión, la preservación de la colección –recordamos por ejemplo que a nivel local los museos han sufrido pérdidas importantes por hurtos de objetos valiosos de su acervo, debido a falta de seguridad-- como la capacitación y formación de funcionarios. Se trata de un componente clave ya que en gran medida el vínculo que un museo logre con la comunidad a la cual pertenece depende de ambas cosas: hay que contar con dinero para invertir en mejoras de infraestructura y seguridad, pero también son necesarios conocimientos y creatividad para atraer público y también formarlo.
En este sentido, resulta interesante saber que los uruguayos más jóvenes son los más interesados en nuestros museos. Jóvenes y personas de edad intermedia son quienes más asisten o les interesaría asistir, mientras que a mayor edad la gente pasa mucho tiempo sin ir a un museo o exposición de arte o no ha ido nunca, de acuerdo a datos del Tercer informe nacional sobre consumo y comportamiento cultural, publicado por el Ministerio de Educación y Cultura en 2016. Entre los que no concurren, es frecuente la automarginación, el creer que “no es para gente como yo”. De ahí, que resulta necesaria la consideración de todos los públicos a la hora de diseñar las políticas, acciones y actividades con miras a facilitar la inclusión y participación de todos. Puede decirse entonces que desde la nueva institucionalidad del sistema del cual ahora forman parte, los museos uruguayos tienen un largo recorrido por delante y en él no solo se requiere de la acción y compromiso de museólogos, archivólogos, gestores culturales, autoridades y funcionarios, sino también de cada uno de los que somos o podemos ser potenciales usuarios o visitantes de estos lugares privilegiados para tomar contacto con nuestra cultura e identidad.