Nacionales | 25 May Hace un mes aproximadamente, y mediante un diagnóstico prenatal, se constató que una embarazada residente en Salto iba a tener siamesas, por lo que en ese momento los médicos la derivaron al Hospital Pereira Rossell, con el fin de que nacieran con mejores cuidados y determinar una futura cirugía. Cuando nacieron, los médicos constataron que las niñas están unidas por el corazón y el hígado, por esa razón, no es posible la intervención quirúrgica para separarlas, al tratarse de órganos vitales. A partir de esa resolución, retornaron a Salto y fueron internadas en la sala de Neonatología.
Según diario Cambio, los médicos del Hospital de Salto manejaron con total hermetismo la situación de las siamesas, con el propósito de savalguardar en todo momento la intimidad de la familia, fundamentalmente en este momento de espera.
La historia de Esperanza y Mía --así se llaman las pequeñas-- ha provocado una profunda conmoción en los médicos y enfermeros del nosocomio salteño, en tanto es la primera vez que siamesas están al cuidado de profesionales del medio.
El estado de salud de la niñas es grave, ya que no pueden vivir las dos juntas y los médicos no tienen expectativas en la vida de las bebés. Sus padres fueron preparados para esta etapa, comunicándoles a ambos que sus hijas no tienen chances de vivir y que deben recibir los cuidados especiales necesarios hasta que llegue el momento de morir.
El equipo médico del hospital preparó todo el personal y a la familia especialmente para que las niñas tengan una “muerte digna” en su casa, junto a sus padres, con visitas diarias en su casa asistiendo esta etapa compleja.