Locales | 29 May Desde hace dos años se encuentra en proceso el armado de las casas prefabricadas de la cooperativa Coviprovisin 8, pero como la mayoría de las cooperativas sindicales, hay incertidumbre sobre la fecha de culminación del complejo, cuyo plazo inicial era de un año.
Así lo indicaron a EL TELEGRAFO, al evaluar el estado de las obras, el presidente, secretario y tesorera de la cooperativa, Rodrigo Torn, Francisco Vázquez y Sonia Trinidade, quienes dijeron que desde hace unos cinco meses la cooperativa está prácticamente parada y que solo han llegado algunos materiales por cuentagotas para armar otra casa, por lo que temen que los materiales de la vivienda comiencen a deteriorarse.
El complejo se levanta en un predio de Felipe Argentó e Industria y de los 35 socios actualmente van quedando treinta, por eso necesitan recomponer el padrón social. Como ocurre con otras cooperativas, hay socios que, ante la urgencia, optan por otras alternativas.
Los trabajadores de Coviprovisin 8 provienen de diversas actividades y la cooperativa se formó hace cinco años como cooperativa sindical, con suministro de materiales por la empresa Calomil, que es la que abastece a todas las cooperativas sindicales del país que emplean esta tipología de construcción prefabricada.
Según explicaron, el abastecimiento de materiales ha sido intermitente, retrasando el cronograma inicial, de un año. “Llevamos hecho el 50% de la obra, porque no tenemos la entrega de materiales que necesitamos. Después de estar cinco meses parados, recién nos trajeron algunos materiales. Recibimos una casa --pero le falta el techo-- y hoy algunos pocos materiales más. Eso nos genera deudas porque no podemos acreditar avance de obra para recibir las partidas”, indicaron.
Las viviendas con mayor atraso son las de tres y cuatro dormitorios, que tienen solo armados los esqueletos de las estructuras. “Con los materiales, en dos o tres días se arma una casa, pero los materiales no nos llegan. Tenemos gastos fijos todos los meses y, al no tener movimiento, no podemos cobrar los avances de obra, lo que nos genera deudas. Cada vez que recibimos un avance, con ese dinero tenemos que pagarle a la empresa, pero también hay otros compromisos que afrontar: le pagamos al capataz, al BPS, la electricidad, entre otros gastos fijos”, detallaron los cooperativistas.