Paysandú, Martes 31 de Mayo de 2016
Rurales | 31 May Horas después del feroz ataque de perros que causó la muerte de varias ovejas y decenas de ellas heridas, en el predio del ingeniero agrónomo José Paggi en la zona de Paso Gallardo, estudiantes de cuarto año de Veterinaria que concurren a la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía concurrieron al establecimiento para procurar salvar la mayor cantidad posible de vientres.
“Tenemos una angustia a nivel familiar, porque no es fácil ver las ovejas destrozadas de esa manera”, relataba Paggi a EL TELEGRAFO. “Tenemos 220 hectáreas y 600 ovejas, se podría decir que tengo ovejas hasta arriba de los árboles, en un predio con Índice Coneat 85 y todo campo natural”, explicó.
Indicó que fue “un verdadero desastre” lo ocurrido en la mañana del sábado, porque “la mordedura de perro es una mordedura que no sana. Hace algunos meses atrás, los perros ya nos habían matado 27 ovejas y carneros y en los últimos años ya llevamos 10 ataques de perros”. Recordó que, con un policía que estaba en la seccional de la zona, “logramos matar 36 perros y habíamos logrado que en los últimos ocho meses no nos aparecieran perros”, dijo.
Fueron tres perros los que atacaron este sábado la majada, “de los cuales logramos matar a una cimarrona, que se nota que estaba bien cuidada y preparada para la caza. A las ovejas muertas se les debe sumar 10 que están destrozadas y 40 mordidas, a las que le arrancaron pedazos de la ubre, genitales, costillas, hocico, orejas; de todos lados, por lo que fue una verdadera cacería”.
“Por eso quiero agradecerles a cuatro estudiantes de cuarto año de Veterinaria que vinieron expresamente en la tarde del sábado a las 14 y se fueron a las 20.30, y cosieron ovejas para tratar de salvar la mayor cantidad posible”, dijo el productor.
El trabajo se hizo bajo lluvia, por lo que fue realmente importante. Los estudiantes que realizaron la tarea fueron Agustín Villanueva, Manuel Oribe, Mariana Dávila y Camila Rezk, “todos jóvenes del Interior y que estudian en Paysandú”, acotó Paggi.
TRABAJO Y ESFUERZO
“Hay mucho trabajo y esfuerzo para tener esta majada”, sostiene Paggi. “Hace pocos días habíamos desojado y descolado para mejorar las condiciones al momento de parición de las ovejas, y los animales estaban lindos de estado para parir en agosto”.
En el lugar donde atacaron los perros, había 180 ovejas de cría de la raza Merilin, “seleccionadas y que oscilan en un promedio de lana en la cosecha de 23 micras, lo que evidencia el esfuerzo que se hace para lograr obtener esta majada. Además, tenemos buenos índices, con un 95% de parición y alrededor de 85 a 90% de señalada a campo natural”, dijo Paggi.
“Estamos tratando de salvar todas las que podamos. Gastamos mucho dinero en antibióticos procurando salvarlas, pero sabemos que después pierden el cordero, paren mal y es muy difícil venderlas”, aclaró.
Explicó que en su predio trabajan junto a su esposa y su hijo, “y si pongo un trabajador a que nos brinde una mano en el campo, tengo que vender 122 corderos de mi majada para pagarle”, dijo tras la cuenta realizada para analizar la posibilidad. “Los números no dan y estamos en el horno; menos los productores chicos que no tenemos cintura ni reserva suficiente para afrontar los impuestos y los gastos”.
“La idea de mi hijo es terminar con la majada”, subraya Paggi. “Ya no quiere más y hemos sufrido demasiado con los ataques de perros porque no se hace nada y no se toman medidas”. Además, entiende que “ni encerrándolas en la casa las salvo. Sé de gente que las encierra en los corrales al lado de la casa y los perros igual les mataron las ovejas”.
SIN RESPUESTAS
El productor reconoce que “pasa en todo el país, pero por lo que nos ocurrió en otras oportunidades, nunca tuvimos respuesta desde ningún sector del gobierno ni institucional”.
“Nosotros exigimos soluciones y les decimos a las autoridades que si quieren mantener el rubro ovino, tienen que hacer algo. Yo le dije en aquella oportunidad al presidente Tabaré Vázquez –cuando la última matanza de ovejas de los perros en su predio-- que si quería exportar perros a China, que nos avisara y criamos perros y se los vendemos y dejamos las ovejas”.
Sostiene que “hay que bajar la población de perros y nada de castrar. La comisión de Hidatidosis de Paysandú no viene más a la zona. Antes teníamos información de los perros por los dosificadores y sabíamos en dónde estaban esos perros dañinos. Ahora no vienen más a identificar”, aclaró.
Y refuerza la idea explicando que hay que terminar con los perros vagabundos. “El que quiera tener perros que los tenga en su casa, cuidados y controlados. No hay que tener miedo de matar perros, porque el país mata miles de ovejas, de vacas y de caballos”.
Sobre las alternativas para controlar esta situación, comentó: “si pongo una llama dentro de mi campo, a la semana me la matan los planchas y se la comen, y sale un montón de plata tenerlas. En el caso de los burros californianos se podría probar, pero si tenés algún yeguarizo, trae complicaciones”.
Asimismo, consideró al ministro de Ganadería como “muy inteligente, pero un inútil como ministro, porque no ha ayudado a los pequeños productores. Conversan fabuloso y los escuchás y son todos capos, pero de soluciones, nada”, sostuvo Paggi.
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