SEÑALÓ EL INGENIERO AGRÓNOMO DANILO BARTABURU

Rurales | 29 May Los diagnósticos de preñez, aún siendo variables como es lógico, “presentan niveles bastante buenos en la zona basáltica a pesar de la pequeña seca de enero en pleno entore”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Danilo Bartaburu. Sin embargo precisó que “esto marca una diferencia muy importante para los predios ganaderos al sur de Río Negro, que presentan diagnósticos de preñez muy pobres”.
El jefe de la Regional Litoral Norte del Plan Agropecuario, indicó que en la región basáltica “los porcentajes de preñez son bastantes buenos, especialmente en los predios que han aplicado medidas para lograr esos resultados”.
“Hemos visto en la mayoría de los establecimientos con los cuales tenemos más vínculos, que en general toman medidas en el entore, como el manejo de la condición corporal de la vaca, destete temporarios y destete precoz si se debe hacer, y hacen ecografía a mitad del entore para ver qué medidas tomar”. Precisó que esos predios han dado diagnósticos de preñez que “oscilan entre 75 y 80 por ciento, con algunos establecimientos en 82% y otros un poco más”.
El profesional sanducero indicó que al igual que otros rubros, “a la ganadería también le pegó fuerte las intensas lluvias del mes de abril, ya que fue un mes entero con muchas lluvias y prácticamente muy pocas horas de sol, determinando que las pasturas naturales tengan otras características nutricionales de menor calidad que lo habitual”. Eso determinó que las haciendas tuvieran durante abril “una performance productiva menor a la habitual”.
De todas maneras y en términos generales, consideró que la situación en la entrada al invierno --aunque ya tuvimos un par de heladas--, “es muy correcta en general y la oferta de pasturas para entrar al invierno es relativamente razonable, más allá de que hay predios específicos que pueden entrar al invierno con muy baja disponibilidad de pasturas. Estamos hablando de predios asociados a la alta carga animal”, aclaró.

ECONÓMICO
Desde el punto de vista económico, “el otoño ha estado marcado por un descenso de precios importante a nivel del ganado gordo, no así de la categoría de terneros que ha mantenido niveles bastante interesantes en el entorno de U$S 2 a U$S 2,10 el kilo”.
Pero el descenso del precio del ganado gordo, tendrá consecuencias para los productores que concentran un porcentaje importante de sus ventas en el otoño, y “el resultado económico al cierre del ejercicio va a mostrar este hecho”, dijo Bartaburu.
El profesional apuntó que el Proyecto de Monitoreo Agroeconómico de Empresas Ganaderas, que coordina el técnico del Plan Agropecuario ingeniero agrónomo Carlos Molina, “proyecta al cierre del ejercicio resultados parecidos al año pasado, básicamente en donde la reducción de precios del ganado ha sido absorbida por el aumento del tipo de cambio (dólar). Los predios criadores serán en esta oportunidad menos afectados que los otros”, puntualizó. Agregó que en la actualidad “estamos detectando en el sector ganadero menos liquidez que otros años anteriores y se está empezando a notar”.

LA NIÑA
De una primavera y un comienzo de otoño con lluvias por encima de lo normal, las perspectivas futuras son de la presencia de “La Niña” en la primavera-verano, lo que significaría precipitaciones por debajo de lo normal en un período clave para la producción de forraje. Para Bartaburu, “los productores ganaderos han adquirido a lo largo de los años un proceso de aprendizaje, por lo que estamos muy confiados en la experiencia de los productores. En ese sentido vemos una cautela muy grande para tomar decisiones de algún tipo”, dijo.
Entiende que “hay señales a través de la información que circula en los medios de comunicación de lluvias por debajo de lo normal para la siguiente primavera y los productores seguramente estarán tomando algún tipo de decisiones que nosotros aún no la hemos palpado”.
Acotó que “hemos visto que los productores frente al invierno hacen los ajustes de carga que se deben hacer, y quizás este año los mismos son menores a otros años, un poco por la dificultad de comercialización del ganado gordo”.