Locales | 04 Jun En la víspera comenzó el “soft open” o “marcha blanca” del Salinas del Almirón Resort Termal, hotel cuatro estrellas, el único en un centro termal de agua salada de la región, enclavado en termas de Almirón, a 90 kilómetros de Paysandú y 5 de Guichón. Se trata de una etapa de ajuste por la que pasan todos los nuevos hoteles, en cuyo transcurso se ajustan detalles de funcionamiento. Esta etapa tiene una duración de entre 30 y 45 días, tras lo cual se inaugura formalmente, lo que en este caso ocurrirá a fines de julio o principios de agosto. Durante este período se reciben huéspedes con o sin reserva.
Los dos primeros huéspedes fueron el matrimonio de Las Piedras, Canelones, formado por Ruben Marione y Mary Acosta, quienes momentos antes de acceder a la piscina interior del hotel, dijeron a EL TELEGRAFO que “hace veinte años estuvimos aquí; entonces solamente había una choza y una piscina pequeña. Cuando leímos en la prensa que se iba a inaugurar, quisimos venir”.
Llegaron el jueves 2, cuando aun faltaba la habilitación final, por lo que “nos alojamos en una las cabañas”. Ayer, alrededor de las 18, desde el punto de vista de la ocupación de habitaciones, inauguraron el hotel. “Me impresionó muy bien, muy buena construcción, es un hermoso hotel”, aseguró Marione.
“Es un modelo distinto, es un complejo más que un hotel. En un hotel de ciudad, el huésped desayuna, sale y regresa de tarde, para cenar y acostarse. Aquí es diferente. Hay que brindar calidad y calidez, mimarlo al huésped. De aquí se tiene que llevar una experiencia de vida”, dijo Álvaro Mandresi, gerente del emprendimiento turístico.
“Este es el mejor hotel del circuito termal, con la sola excepción de los dos hoteles 5 estrellas de las termas de Arapey”, dijo el empresario y especialista hotelero Remo Monzeglio, quien fue también invitado a esta primera jornada, lo mismo que el exintendente Bertil Bentos, en cuya Administración se concretó la inversión. Esta fue de 9,5 millones de dólares, 2,5 millones más que los 7 millones de dólares inicialmente comprometidos. El hotel tiene 60 habitaciones de 25 metros cuadrados, en categoría estándar, superior y de luxe. El 45% tiene dos camas twin (de 1,40 metros de ancho) que pueden acomodar a cuatro personas de una misma familia. El resto tiene camas matrimonial y dos están especialmente equipadas para personas con discapacidad.
El hotel tiene el régimen de “all meals”, esto es que incorpora en el costo el desayuno, el almuerzo y la cena, pero no las bebidas como lo hace el régimen “all inclusive”. Actualmente el costo de una habitación en fin de semana es de 120 dólares.
“Este hotel es una oferta diferente en la región y parte de una inversión muy importante. Desde los años noventa en adelante, paulatinamente, se ha producido un aumento en la cantidad de hoteles de todas las categorías, tanto en Montevideo como en el Interior y eso ha sido posible gracias a la Ley de Inversión de Promociones y al hecho que en todo el mundo hubo un corrimiento de la inversión hacia bienes raíces, debido a la inestabilidad (económica) de los últimos tiempos. Los hoteles también forman parte de lo que se entiende como bienes raíces”, dijo Fernando Tapia, director de Operaciones de Sacramento Management, que gerencia el Salinas del Almirón Resort Termal.
También destacó que entre la “batería de promociones” del hotel se incluirá “el disfrute de todas las atracciones del hotel por el día, desde el almuerzo hasta las 18, o si se prefiere para la cena, sin necesidad de tomar habitación porque tenemos vestuarios. Obviamente, el sistema puede ser combinado con ocupación de habitaciones, pero se trata de impulsar la presencia de huéspedes, por ejemplo, en el almuerzo del domingo y las horas posteriores”.
En el hotel trabajan más de 40 personas, prácticamente todas de Guichón y la zona. Y todavía hay trabajadores de la construcción, de decoración y servicios afines trabajando porque “iniciamos la etapa de operaciones pero hay aun cosas por terminar y por ajustar. Empezamos a caminar, es un proceso que nos tiene muy entusiasmados. Este es un muy buen hotel, un verdadero complejo hotelero de 4 estrellas y un poco más”, concluyó Tapia. Su hijo, precisamente, cuando decía esas palabras, pasó frente a EL TELEGRAFO y representante del hotel con su bata infantil (made in España) tras disfrutar de la piscina, cuya temperatura aún estaba en proceso de ajuste.