Rurales | 05 Jun La campaña de verano que está finalizando lograría rendimientos promedio de 1.800 kilos por hectárea con pérdidas productivas entre 700 y 1.000 kilos, con una cosecha total de 2.400.000 toneladas, cuando se esperaban, previo a los acontecimientos de enero y abril, 3.200.000 toneladas. En términos financieros significa una merma de U$S 350 millones.
De acuerdo con operadores y analistas, se trata de la zafra de verano más compleja y negativa en la historia del país, ya que todos los cultivos –especialmente soja y sorgo-- sufrieron un fuerte impacto productivo debido a la ausencia de agua en enero y las excesivas precipitaciones de abril.
Estos factores fueron causantes de la pérdida de calidad en prácticamente todas las regiones del país. A esto se le debe sumar las complejidades a la hora de cosechar, donde el 100% de la soja ingresó con humedad y ello generó, ante la ausencia de espacios, un cuello de botella. Como complemento del mal momento, el desabastecimiento de gas por conflictos sindicales llevó a plantas enteras de silos sin poder secar y el proceso se interrumpía constantemente.
Aún en los primeros días de junio, las plantas continúan con el secado de soja que se cosechó hace más de un mes, provocando que en algunos casos la leguminosa guardada con humedad se echara a perder.
La tardía cosecha y secado de la soja hizo que los embarques previstos para abril se postergaran para mayo, lo que indujo la aglutinación con los envíos previamente coordinados para dicho mes. Además, los productores tienen la soja vendida a precios de hace tres meses y no se benefician de los valores actuales, señaló un operador al portal TodoelCampo.
Todos estos factores generaron que los ingresos de divisas al país se corrieron dos meses, con un flujo financiero que vio cambios y determinó consecuencias dramáticas para algunos productores.
EXTERIOR
Similares situaciones, pero ampliadas por las grandes extensiones que se utilizan en los países vecinos, se replicaron en Argentina y Brasil, que trasladaron la demanda a otros productores, lo que generó un desorden a nivel internacional.
Brasil no logra cumplir con sus embarques hacia China y estudia la posibilidad de comprarle el grano a Estados Unidos para lograr lo acordado con el gigante asiático. A su vez, China le vendería harina de soja al país norteamericano. La misma soja que partió desde Estados Unidos llegaría a su territorio original, producto de la desprogramación que generó la lluvia y el retraso.

INVIERNO
La tonificación que presentó en los últimos días el trigo en el mercado internacional le dio vida a nivel local. Operadores establecen que la situación de Argentina, con reglas claras, sube el techo al mercado y le da más transparencia y mayor fluidez.
Días atrás, en conferencia de prensa realizada en Montevideo, la Mesa Nacional de Trigo solicitó a los productores que utilicen material genético de calidad. Uruguay no puede competir con las mejores tierras productivas del vecino país, por lo que debe apostar a la calidad. Además, se espera una caída del área sembrada para este invierno, con 200.000 hectáreas. Se trata de 50.000 menos que en 2015. En el caso de la cebada, no superará las 150.000 hectáreas. Si bien se hizo el esfuerzo para aumentar a 170.000, la industria de malterías no puede absorber más.
En cuanto a los precios, la Cámara Mercantil de Productos de País (CMPP) divulgó los valores de los principales productos: el trigo exportación puesto en Nueva Palmira entre U$S 140 y U$S 145 la tonelada; el maíz superior puesto en Montevideo U$S 205 a U$S 210 la tonelada; y la soja exportación puesta en Nueva Palmira U$S 375 a U$S 400 la tonelada.