Paysandú, Domingo 12 de Junio de 2016
Deportes | 05 Jun Mohamed Alí, considerado el más grande boxeador de todos los tiempos, falleció a los 74 años de edad en Phoenix, luego de haber estado internado por una afección respiratoria y de pelear contra el Parkinson desde los 42 años. El exmúltiple campeón de los pesos Pesados había sido hospitalizado en un par de ocasiones a fines de 2014 y comienzos de 2015 por una neumonía e infección urinaria.
Alí nació el 17 de enero de 1942 como Cassius Marcellus Clay en la ciudad de Louisville, Kentucky, y cambió su nombre en 1964, cuando se convirtió al Islam y peleaba por los derechos civiles.
En medio de una niñez dominada por la pobreza y la timidez, la discriminación y los conflictos raciales, se volcó al boxeo a los 12 años tras una pelea con quien le robara su bicicleta. En ese momento quiso realizar la denuncia y el policía que lo atendió en la comisaría le aconsejó que aprendiera a defenderse.
El policía era Joe Martin, que era entrenador de boxeo y convenció a Alí para que se volcara al deporte de los puños, y que se transformaría en su primer técnico.
En los Juegos Olímpicos de 1960 comenzó a trascender el nombre de Cassius Clay con la obtención de la medalla de oro, y solo cuatro años más tarde se coronó campeón mundial como púgil profesional, con tan solo 22 años. Mientras en el cuadrilátero protagonizó peleas increíbles gracias a su estilo único y provocador, afuera conmocionó a Estados Unidos cuando en 1967 se negó a hacer el servicio militar e ir a la guerra de Vietnam. “No voy a matar semejantes”, dijo, y se transformó en pacifista y luchador por los derechos civiles.
Fue encarcelado, despojado de su título y se le prohibió boxear durante tres años y medio antes de volver a ser campeón del mundo en 1974, al lograr los títulos de la AMB y CMB, cuando ganó por KO (8º round) a George Foreman durante la “Batalla en la Selva” en Kinshasa, en la República Democrática del Congo.
Más tarde perdería su título a los puntos ante Leon Spinks, lo recuperaría y diría adiós a los cuadriláteros con un nuevo tropiezo contra Trevor Berbick el 11 de diciembre de 1981. Pero eso no empañó ni un ápice su leyenda.
Alí fue el encargado, además, de dar batalla en la Justicia y el Congreso estadounidense para aprobar en 1999 la “Ley de Reforma del Boxeo Mohamed Alí”, para proteger el derecho y bienestar de los pugilistas.
“Yo soy América. Soy esa parte del país que no quieren reconocer. Pero acostúmbrense a mí: negro, seguro de mí mismo, arrogante”. Una de las frases que pintan de pies a cabeza al gran campeón.
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