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Paysandú, Jueves 16 de Junio de 2016

Con energía, nos irá mejor

Opinion | 15 Jun América Latina se presenta como una región de contrastes en lo que refiere al desarrollo de emprendimientos de energías renovables, desde que mientras hay países con prácticamente cero inversión en esta área, tenemos un ejemplo realmente alentador en Uruguay, donde en los últimos años esta inversión permite que por ejemplo durante lo que va del año, el 98 por ciento de la energía eléctrica se haya generado con fuentes renovables, lo que nos ubica entre los primeros del mundo, por lo menos en el período.
Hablando de realidades, tenemos que América Latina “ha sido lenta” en el desarrollo de energías renovables, según consideró el secretario general del Consejo Mundial de Energía Eólica, Steve Sawyer, quien se hizo presente en Montevideo para un encuentro de dos días que reúne a expertos en esta materia.
Expresó en este sentido que “Latinoamérica ha sido lenta comparado con Europa y algunas partes de Asia y Norteamérica para el desarrollo del viento. Pero ha habido un avance rápido en los últimos cuatro o cinco años, particularmente en Brasil, que se puede extender a Chile, México, Perú y tenemos grandes esperanzas para Argentina”.
En este contexto destacó que el Uruguay es “una extraordinaria historia de éxito” debido al rápido avance en el desarrollo de energías renovables, y añadió que “debe conocerse más abiertamente” alrededor del mundo.
“En términos de escalas comparado con el tamaño de los países, Uruguay es realmente el líder ahora”, aseguró. Y agregó que “lo que Uruguay puede mostrar al mundo, es que con los compromisos y consensos políticos correctos se puede ir desde prácticamente nada a un gran nivel de penetración de energía eólica, en un corto período de tiempo de menos de 10 años”, afirmó.
Debe tenerse presente la importancia de los acuerdos conseguidos por más de 180 países en la pasada cumbre mundial sobre el cambio climático de París, donde se comprometieron a avanzar en el suministro energético renovable, y en este sentido el jerarca resaltó que “es inevitable” que los países avancen hacia un suministro del 100% de energías que provengan de fuentes renovables
Por su parte la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse, subrayó la importancia de que este tipo de iniciativas se desarrollen en el país, que “es un modelo” sobre energías renovables en la región latinoamericana.
Precisó que el 90 % de la matriz eléctrica del Uruguay proviene de fuentes renovables y añadió que para 2017 se hará una inversión total de 3.000 millones de dólares en energía eólica. Sin embargo, subrayó que “aún falta mucho por hacer” en el campo de la educación y capacitación, además de “explotar mejor” la estructura de innovación con el impulso de la investigación y desarrollo.
Mientras tanto, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, anunció que el 98% de la energía eléctrica en Uruguay proviene en lo que va de año de fuentes renovables, y destacó que ello se debe a la combinación de fuentes hidráulicas, eólicas, fotovoltaicas y biomasa.
Explicó que Uruguay ha hecho una muy buena inversión desde el pasado con la instalación de represas hidroeléctricas, que representan un 50% del abastecimiento actual, a las que se suman las fuentes de generación eólicas y solar, que aportan un 40%, y las de biomasa, un 8%.
“Este año en particular, como fue un año con buen aporte en las represas, ya llevamos en el promedio del año un orden del 98% de energía eléctrica del Uruguay renovable. Si bien hemos prendido las térmicas ha sido básicamente para la exportación de energía en la región, por lo tanto estamos en un año óptimo”, dijo.
Según explicó Casaravilla, para el cambio de la matriz eléctrica uruguaya se ha hecho una inversión de alrededor de 3.000 millones de dólares en energía eólica, mientras que en solar han sido unos 500 millones, y en fuentes de microgeneración se ubican en unos 15 millones de dólares.
Lo que ha expresado el jerarca es una realidad incontrastable y da la pauta de los resultados de una política de Estado en aras de objetivos estratégicos en los que hay amplio consenso en el sistema político, y es así que gradualmente primero y luego en forma casi explosiva en la década, han llegado las inversiones en parques solares, eólicos y en plantas de biomasa en complementación en este último caso de explotaciones madereras como las plantas de celulosa, para dar pasos significativos en la reconversión de la matriz energética, como señalaban la ministra de Industria y el titular de UTE.
Este escenario por ejemplo contrasta sustancialmente con la situación en la Argentina, donde las políticas populistas desarrolladas por los gobiernos K no solo desestimularon la generación energética en la vecina orilla, sino que se registró un retraso formidable respecto a los vecinos en inversiones en energía eólica, pese a las grandes ventajas comparativas de extensas regiones del país vecino.
Y si bien el gobierno de Mauricio Macri está dando pasos acelerados en procura de captar inversiones en parques eólicos, el mientras tanto es un serio problema en una Argentina necesitada de energía, al punto que nuestro país decidió encender las usinas térmicas para abastecer temporalmente al país vecino, y a la vez un desarrollador de parques eólicos de nuestro país aguarda por una autorización oficial para exportar energía eólica a Argentina. La producción es de 70 megavatios generados en ocho parques que insumieron una inversión de U$S 140 millones.
El 30 de marzo la empresa Ventus presentó ante el Poder Ejecutivo --a través de la Dirección Nacional de Industria (DNI)-- una solicitud para poder exportar energía eólica a Argentina. Por ser algo inusual todavía la autorización no fue concedida ya que debe recorrer otras dependencias oficiales. La solicitud ya salió de la DNI y ahora se encuentra a la espera de una autorización de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), entre otros trámites.
El director de Ventus, Francis Raquet indicó a El País que la empresa representa 70 megavatios de inversores uruguayos. “Son 35 aerogeneradores de 35 empresarios uruguayos que se jugaron a la política energética e invirtieron U$S 140 millones”, señaló.
Argentina se encuentra en emergencia eléctrica hasta el año que viene y ha tenido problemas de abastecimiento energético a la población en los últimos días.
Raquet explicó que en Uruguay ante la fuerte oferta que hay de energía, la eólica “literalmente no vale nada y en Argentina su precio está por encima de los U$S 100 el megavatio”.
El gran factor diferencial radica en que Uruguay invirtió por ejemplo 1.100 millones de dólares en proyectos de energía renovable en 2015, monto que lo posicionó como el tercer país con mayor inversión en relación a su Producto Bruto Interno (PBI) y también en función de sus habitantes. Estas inversiones indican una consolidación de la corriente que se ha dado fundamentalmente en la última década hacia el sector, lo que permite tener excedentes para exportación, nada menos, tras haber sufrido hasta no hace muchos años períodos de penurias energéticas, lo que hace que se reduzcan vulnerabilidades y condicionamientos para que al país le pueda ir mejor.


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