Deportes | 13 Jun Claro, contundente, y planteando los objetivos de manera transparente. Así se plantó el jefe de Policía de Paysandú, Luis Mendoza, durante la charla con los representantes de los clubes e integrantes del Consejo Directivo Central de la Liga de Fútbol en la noche del viernes.
La charla, de la que participaron además los comisarios John Franco y Juan Custodio, dejó en claro que la Policía quiere contar de una vez por todas con la colaboración de los dirigentes para erradicar la violencia de los escenarios futbolísticos.
"La apuesta es a prevenir, lo que significa coordinar para que el fútbol se juegue en paz y pueda volver la familia. Y la única manera es juntarnos, porque no podemos permitir que un puñado de inadaptados perjudiquen a los clubes", dijo Mendoza.
El jefe de Policía repitió una y otra vez que se debe realizar un trabajo preventivo y de disuasión para que los violentos no tengan lugar en las canchas. Y tiró varios aspectos sobre la mesa: conocer ni bien sean fijados los detalles cuáles serán los partidos considerados de alto riesgo; que alguno de esos partidos pueda ser filmado ("las pruebas son fundamentales, porque después nadie sale como testigo", sentenció), así como tener un responsable de la seguridad en cada club, que pueda tener contacto directo con la Policía en caso de algún inconveniente en la cancha.
Y, lógicamente, habló del derecho de admisión. "Cada uno sabe dónde aprieta el zapato, pero a veces hay un doble discurso de los dirigentes. A veces ustedes están desunidos, y ofrezco unión", tiró sobre la mesa.
En ese sentido, destacó "la valentía de Bella Vista al pedir derecho de admisión algo que no pasa ni en Montevideo". Y agregó que sería ideal tener "un delegado de cada equipo por partido, para trabajar juntos. No puede ser que el dirigente se siente a mirar el partido y que la Policía solucione los problemas", explicando que ese delegado ("no lo vamos a exponer porque conocemos la realidad") pueda señalar cuáles son los hinchas problemáticos.
"Se necesita el compromiso de los dirigentes, que nos digan cuáles son esos dos o tres" que generan problemas.
Mendoza dejó en claro no solo que espera conocer tras su fijación cuáles son los partidos complicados para diagramar un operativo, sino también que se realizará un patrullaje en el exterior de los escenarios "como forma de persuasión y para que ustedes tengan un respaldo", así como también espera una reunión aparte, a mediados de semana con los dirigentes cuyos clubes serán protagonistas de partido de alto riesgo, "los que requieren una presencia policial especial".
El jerarca policial sentenció además que "la Policía no quiere plata, tampoco les vamos a andar cobrando", lo que fue visto con buenos ojos y reconocido por los dirigentes, que señalaron que hasta hace algún tiempo "la Policía decía cuántos efectivos mandaba y solo pensaba en cobrar el Servicio 222, castigando económicamente a los clubes".
La dirigente que representó a Los Sauces, hizo una autocrítica importante y preocupante: "Los dirigentes tenemos mucha culpa y no nos hacemos responsables, sino que damos entradas e incluso carné (de jugador a quienes no lo son) para que no nos molesten".
Pero, al menos en la reunión que terminó con aplausos, quedó en claro que la Policía --a la que generalmente se culpaba de gran parte de los problemas-- tiene el compromiso asumido de brindar seguridad sin costo económico, con la intención de que "la familia vuelva al fútbol". Y también es de esperar a partir de ahora un compromiso serio, contundente, de los dirigentes del fútbol para erradicar definitivamente a los violentos.