Locales | 18 Jun La ONG Amigos de los Animales Paysandú realizó una “Marcha por la vida”, por 18 de Julio desde plaza Constitución hasta plaza Artigas, “en repudio al envenenamiento masivo de nuestras mascotas”, señalaba la convocatoria.
Con carteles alusivos al reclamo y en compañía de sus canes, decenas de personas transitaron en silencio por la principal arteria. “Este tipo de situaciones es bastante común que suceda. Cada cierto tiempo se hace como una razia con intenciones de eliminar a los perros callejeros de una forma terrible, porque el envenenamiento es una muerte espantosa y con mucho sufrimiento”, dijo a EL TELEGRAFO el veterinario Germán Matosas, encargado de las esterilizaciones que lleva adelante la ONG, en el marco de una campaña que a lo largo del año se efectúa con aportes voluntarios, el Presupuesto Participativo o a un costo económico.
Matosas resaltó que ante esa situación “pueden caer perros que están en la calle, ladran a los conductores de motos --porque sabemos que este problema existe-- pero también las mascotas que salieron a dar una vuelta o cuando una persona entró su vehículo a la casa, ese animal salió por unos minutos, volvió envenenado y todavía se puede tomar alguna medida para sacarlo adelante”.
El veterinario opinó que “es un desastre que suceda esto en tiempos donde se quieren adoptar medidas para el control de la fauna –que no sean ni la perrera ni el envenenamiento-- con una ley de Bienestar Animal. Evidentemente hay una confabulación, porque hablamos de más de 250 perros envenenados o tal vez más, porque seguramente habrá alguno que desconozcamos”.
Explicó que “eso significa que quien lo preparó, lo hizo con ganas y mucho sebo. La realidad es que debemos hacer una manifestación para demostrar nuestro repudio a este tipo de situaciones”.
Matosas remarcó que el veneno utilizado “es un insecticida, un órgano fosforado y los síntomas son bien claros. Es muy difícil saber qué veneno se tiró en la calle, pero el tratamiento es el mismo para todos y en este caso se utilizó el que vulgarmente se denomina 'para matar zorros'. Hay que decir también que esto es terrible porque se ha diezmado la población de zorros y se encuentran en peligro de extinción por esta razón”. El veterinario añadió que este producto puede resultar tóxico para los humanos. “Es muy difícil que un niño que esté con un perro tome un trozo de carne cruda y lo lleve a la boca, pero hubo casos de venenos tan potentes, donde el perro muere con el sebo en la boca. En este caso lo ingerían y cuando sus dueños lo hacían vomitar, se logró salvar a algunos gracias a la difusión de la noticia a través del Facebook o WhatsApp”, consignó.

PROVOCAR VÓMITOS CON SAL
El técnico recordó que existen medidas “clásicas, como la ingestión de leche con aceite, que solo provoca vómitos, pero no es algo seguro. A veces las personas piensan que si le dan eso al perro, producirá un efecto de bloqueo del veneno, pero en realidad se absorbe a través de las grasas y aceites; entonces si se suministra leche con aceite, se propicia que el efecto sea más rápido. Lo que se debe lograr es que el animal vomite lo más rápido posible y que lo haga con sal porque no provoca otros problemas”. En este caso, especificó que puede tratarse de “una buena dosis de sal pura o una salmuera fuerte y que el perro lo coma. Si está intoxicado, hasta cualquier perro callejero se deja abrir la boca” para el suministro de esta solución de emergencia.
Posteriormente “se dará el antídoto, denominado sulfato de Atropina, que todos los veterinarios tenemos en nuestras maletas, al igual que las protectoras de animales, porque interactúa con el veneno y el animal sale adelante”. Sin embargo, “si el veneno permanece por mucho tiempo en el tubo digestivo, se produce una contracción muscular y muere porque no puede respirar”, concluyó.