Paysandú, Lunes 27 de Junio de 2016
Locales | 26 Jun En la noche de San Juan, en una de las noches más largas del año, cuarenta personas se reunieron en Montevideo, en el barrio Palermo. Las cuarenta, sanduceras, reunidas en la Asociación Paysandú, un añejo edificio en la calle Eduardo Acevedo, adquirido por otros sanduceros, allá en 1944.
Uno de los concurrentes, el intendente del departamento; otros cuatro, integrantes de su equipo de gestión (Mario Díaz, Helena Heinzen, Andrés Piaggio, Sergio Babic). Además, treinta y tres de diferentes profesiones, muchos de ellos residentes en Montevideo y otros que se trasladaron especialmente desde Paysandú. Completaban los cuarenta una “escribiente”, Karina Farall, de Secretaría Privada del intendente, y un periodista, representante de EL TELEGRAFO.
Un congreso en toda regla, en una noche muy especial, aquella en la que se anotan en un papel las cosas malas que se quieren superar y luego se las quema. Un encuentro donde los sanduceros participantes expusieron los lastres que arrastra la comunidad, con el objetivo de dejarlos a un lado (aunque fácil no sea). Aportaron ideas para ayudar en la transformación permanente de una ciudad y un departamento que pasa por una etapa de letargo arropado por su pasado de gloria y de grandes industrias. Fue, en definitiva, una tormenta de ideas a la sanducera.
La convocatoria surgió entre charlas de un grupo de sanduceros que propuso el encuentro entre el Ejecutivo local y residentes en Montevideo integrados en el Grupo de Amigos de Paysandú. Obtuvieron luego el apoyo de la Fundación Paysandú y de otros sanduceros dispuestos a viajar a la capital para una reunión, un cara a cara, un mano a mano por la ciudad y por el departamento.
“RECOBRAR UN DEPARTAMENTO
QUE VIENE OPACÁNDOSE”
“Crecí escuchando sobre el espíritu de Paysandú. Cuando de él se habla, ¿de qué se habla? De las ganas de ir a más, de la osadía, de la imaginación. Eso es el espíritu de Paysandú”, dijo el intendente Guillermo Caraballo, sentado en una mesa en la que también estaban Mario Díaz, Amado Laurino (presidente de la Asociación Paysandú), Rodrigo de León y Gerardo Irazoqui. “Creo que estamos ante una instancia histórica, porque hay una predisposición social para recuperar ese espíritu”, dijo y agregó en el mismo sentido que “a Paysandú le está haciendo falta un empujón, porque no termina de crecer ni una cosa ni la otra; somos muchas cosas y nada a la vez. Estamos buscando recobrar ese espíritu de Paysandú”.
Mirando a los presentes, sentados en derredor, aseguró que “el desafío es poder recobrar ese espíritu sanducero y recobrar un departamento que viene opacándose; con dolor lo digo”, lamentó Caraballo. Destacó que los presentes “son sanduceros destacados en educación, negocios, ciencia; en lo que fuere. Son parte de esa materia gris que el departamento muchas veces pierde, porque parte del talento sanducero se va, viene a Montevideo y se queda a vivir acá, por múltiples razones”.
“Paysandú necesita un empujón histórico”, insistió. “No tenemos hoy esa combinación de criollos e inmigrantes, pero ustedes son como aquellos inmigrantes, porque son los que están vinculados con los nuevos desafíos, tienen contactos”, afirmó.
Según el intendente sanducero, “podemos pensar en grande, que el Florencio (Sánchez) sea el teatro más importante del Uruguay; se puede pensar en el Astor, se puede pensar en la innovación. Pero lo que no nos puede seguir pasando como sociedad es la exportación del talento interno”.
“Los invitamos a un ejercicio hipotético de cosas que pueden suceder y que nosotros podemos contar con ustedes, con su asesoría, con sus vínculos”, dijo abriendo la etapa de discusión en general.
“DE ALLÁ VENIMOS, SIN HABERNOS IDO NUNCA”
Hubo muchas ideas expresadas con entusiasmo por los sanduceros que viven en Montevideo, los que “de allá venimos, sin habernos ido nunca”, como dijo uno planteando la frase a modo de eslogan y los que continúan residiendo en la Heroica.
En general, coincidieron en que lo que falta es la gestión de proyectos desde todas las áreas, que permitan la recuperación del espíritu de Paysandú, que permitan dejar de lado la visión negativa de la propia comunidad, con un pensamiento romántico de la época de las grandes industrias.
Se hizo hincapié en la necesidad de recuperar la ciudad de “mente abierta, que reciba de buen agrado a todos, sin tomar en cuenta diferencias” y mejorar la estructura de servicios de diversa índole para poder impulsar áreas como el turismo.
A continuación, se reflejan algunas de las ideas planteadas.
-“A mí me parece que en la plaza principal nuestra, utilizándola como punto de encuentro, se pueden hacer pequeñas exposiciones con fotografías de la Defensa”.
-“Quiero aportar una idea: En Texas una vez vi una representación de la batalla de El Álamo (6 de marzo de 1836, en San Antonio de Béjar, entonces territorio mexicano). Fue algo realmente emocionante. Desde entonces me pregunto por qué en Paysandú no se puede hacer algo similar, con actores, en un lugar arreglado como en la época de la Defensa. Traería turismo, no tengo dudas, y nos haría sentir orgullosos de nuestra historia”.
-“Creo que se hace necesario, a la luz que van surgiendo diferentes ideas, hacer un inventario de ideas, una matriz donde registrar todas para desde allí poder establecer lo que se puede y lo que no se puede hacer. Para pensar, quiero pensar en grande, no quiero empezar pensando en chico”.
“Miro a Paysandú, su centro termal y me doy cuenta cómo Salto nos está ganando, cómo Colón nos está ganando. Tenemos que pensar qué podemos hacer mejor que Salto y que Colón. Para que la gente tenga una mejor calidad de vida, se puedan pagar mejores salarios, que Paysandú encamine sus pasos”.
-“Una de las ideas que hemos conversado con el grupo de amigos, donde siempre que nos reunimos surge Paysandú, es tomar el modelo de Lavalleja (Premios Lolita Rubial), que a través de una fundación otorga un reconocimiento a quienes se destacan en actividades artísticas, deportivas, culturales, científicas o artísticas. Y hacer algo similar, con alto impacto comunicacional, para destacar el talento sanducero. Eso a su vez impulsará el espíritu sanducero, apreciando cuáles son los hechos concretos en que se materializa”.
-“Las cosas relacionadas con la memoria y el turismo son las que pueden usarse para el corto plazo. Y más que pensar en qué le saco a Salto o a Colón, creo que se debe pensar en qué puedo aportar para subirme al mismo tren que Colón y Salto, para que la gente también elija venir a Paysandú”.
-“Creo que hay que plantearse la instalación de un polo logístico en Paysandú, que tenga incidencia nacional y regional. Existen nichos para ese tipo de emprendimientos que generan altos salarios, que no contaminan y establecen servicios conexos que quedan en la ciudad de esa rémora industrial, que pueden ser bien utilizados. Hacia qué área encararlos, eso será cuestión de especialistas”.
UNIDOS ES MEJOR
Hubo otras intervenciones que apuntaron en otra dirección, relacionadas con la necesidad de incorporar un proceso de autocrítica, por un lado, y de unir esfuerzos en una misma dirección.
Uno de los participantes dijo: “Para transformar la ciudad, resultará imprescindible que estén todas las generaciones. Por lo menos hay dos generaciones que no están acá (en la reunión) y el desafío será convocarlos. Entre todos hacer una autocrítica como sociedad. Por ejemplo, desde que tengo uso de razón en las termas de Guaviyú se iba a hacer un hotel 5 estrellas. No sé por qué nunca se llegó a plasmar.
Partiendo de manera simultánea, Salto hizo un desarrollo a partir de un chorro de agua caliente que nosotros nunca fuimos capaces de hacer. Es algo que nunca entendí por qué pasó así”. Otro agregó: “Cuando nos hemos alineado sin mirar colores partidarios, cuando sacamos eso de Nacional y Peñarol, de blanco y negro, nos alineamos y los proyectos salen y abrimos puertas de las más diversas. Tenemos experiencia como las del básquetbol, la recuperación de la playa o el hotel 5 estrellas, que estaba todo encaminado hasta que se vio que entre los sanduceros había diferencias. Hay diferencias naturales, pero tenemos que buscar los consensos y alinearnos juntos. Así vamos hacia adelante”.
“MUY SATISFECHO”
“Vuelvo muy satisfecho a Paysandú”, dijo Caraballo al final de la reunión. “Aquí estamos unidos por el sentido de pertenencia, porque nacimos en un mismo lugar, independientemente del sitio adónde estemos ahora”, dijo.
“Estoy totalmente de acuerdo en que hay que incorporar a los jóvenes; esto no intenta ser una cuestión de élite”, agregó.
Y volvió a insistir en el concepto expresado al comienzo: “Hoy vivimos un momento histórico para dar un empuje, con la misma convicción que lo hicieron quienes nos precedieron. Tenemos historia, memoria, tradición y vivimos en la Heroica. Tenemos que hacer honor a eso, sin entrar en que los sanduceros somos los capos. Es una tarea más de cirujano que de barrabrava”.
Aunque al final expresó “no sé cómo vamos a seguir”, dejó en claro que esta es una primera instancia, solo el comienzo de algo que de seguro será muy positivo para Paysandú, integrando a hijos de esta tierra que hoy se encuentran en la capital desempeñando tareas que mucho pueden aportar al departamento que los vio nacer y crecer.
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