Rurales | 25 Jun En la zona norte del departamento de Paysandú existe un género de hormigas que “no es frecuente encontrar en otras zonas del país”, señaló el ingeniero agrónomo Bernardo Castillo a los numerosos productores que asistieron a la charla promovida por la Sociedad Fomento Rural de Colonia Porvenir, en coordinación con la Dirección General de la Granja (Digegra) y la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
El profesional señaló que es una hormiga que se ubica en la zona cercana al límite con Salto. Se denomina “Rodeo” y no es muy común en otras regiones, y aclaró que “si bien es muy dañina, es novedosa la información que se posee”.
Comentó a EL TELEGRAFO que “las hormigas cortadoras de vegetales son un problema latino que se da desde el sur de Estados Unidos hasta el sur de Argentina y está limitado por el clima y la Cordillera de los Andes. Hacia el otro lado del Pacífico no existen hormigas cortadoras de vegetales”, acotó.
“Al ser un problema nuestro, se convierte de interés regional”, dijo el técnico. “La información que hay no es la suficiente, lo que tratamos es de investigar y así conocer más sobre su comportamiento”, precisó.
De la familia de la Formicidae, la Acromyrmex striatus es conocida como “hormiga de rodeo”. Se sabe que las obreras miden entre 3 y 7 milímetros (mm), de color rojo caoba claro. El macho alado mide unos 9 mm y es de coloración oscura, casi negra.
Se hospedan en praderas, cereales, cultivos hortícolas, árboles frutales y forestales. Y de acuerdo con la información que se conoce, parece mostrar preferencia por la vegetación espontánea y las gramíneas. Ocasiona daños sustancialmente inferiores a los provocados por otras especies. Sensible a las bajas temperaturas, se vuelve prácticamente inactiva durante el invierno. Existen en Uruguay varias especies más de Acromyrmex, las más frecuente son A. lobicornis, A. hispkidus y A. laticeps.
CONCIENCIACIÓN
Castillo indicó que desde el MGAP “procuran lograr una concienciación en el uso de agroquímicos en la aplicación para el control de las hormigas”. De todas maneras, aclaró que “en el ámbito internacional no existe mucha información y es un problema que actualmente es más latino y de la región”.
“Se busca optimizar los métodos de control de la mejor manera y utilizando productos que sean lo más benevolentes posible para el medioambiente”, dijo. Y aclaró que se procura “controlarlas y no eliminarlas”.
“Sectores como el forestal y el de olivos tienen métodos de control muy eficientes (sistemáticos), muy novedosos para el país, con mejor tecnología y mejor cuidado del ser humano ante el contacto de los agroquímicos”, precisó.
El profesional explicó que “evitan utilizar productos categoría 1 y 2, y sí apuntan fuerte al uso de los hormiguicidas granulados, que son categoría 4. Incluso hay evaluaciones y existen estudios que indican la utilización de productos orgánicos para el control de las hormigas”.

COSTOS
Días atrás, José Rivero, presidente de la comisión fomento organizadora de la actividad, citó su caso a EL TELEGRAFO, en el que evaluó los costos de controlar la hormiga: “un kilo de veneno sale $150 y en momentos pico, cuando aparece la hormiga, he gastado 2 kilos por día. O sea que gasté 300 pesos por día para controlarla y si lo sumo a fin de año, es un presupuesto bastante importante”.
La problemática es generar para la granja y la agricultura, y especificó que “la hormiga negra es la que más daño hace. Por ejemplo, en un verdeo o pradera, cuando está recién sembrada y comienza a nacer con seis o siete centímetros, la hormiga la corta toda y ya no viene más. Sucede lo mismo con el raigrás, trébol o lotus”, indicó.