Paysandú, Viernes 08 de Julio de 2016
Opinion | 02 Jul El Mercosur lleva 25 años de existencia y desde entonces no ha podido arrancar del todo. Pensado como alianza comercial, se ha entreverado en objetivos políticos y más que alentar los negocios, ha supuesto una tranca. Uruguay ha tenido experiencia al respecto. Con Brasil malherido, por una grave crisis política y económica, el gobierno argentino de Mauricio Macri ha tomado la posta para relanzar este bloque que conforma además Paraguay y Venezuela. El mandatario de Argentina llamó salir del “congelamiento” y, en ese sentido, a un mayor acercamiento con la Alianza del Pacífico que integran Chile, Colombia, Perú y México. La administración de Tabaré Vázquez, acertadamente, acompaña la idea. Es momento de salir del letargo.
En la III Cumbre Empresarial que se realizó el jueves en la ciudad de Frutillar, en el sur de Chile, Macri dijo que el Mercosur debe relanzarse con un mayor acercamiento con la Alianza del Pacífico, conglomerado al que Argentina se incorporó recientemente como observador. Uruguay también lo es desde 2013. “Hay que dinamizar el Mercosur, que viene congelado desde hace mucho tiempo. Tenemos una visión de convergencia con la Alianza del Pacífico, es el mejor camino para todos”, aseguró.
Macri recalcó que una de las prioridades de su gobierno es trabajar para una integración “ordenada”, que abarque tanto a los países del Mercosur como a los de la Alianza del Pacífico. “Debemos integrar nuestras infraestructuras, mejorar la logística de la región y pensar en una matriz energética única”, propuso el mandatario argentino.
La intervención de Macri ante los ministros de Finanzas, Relaciones Exteriores y Comercio de la Alianza, y representantes del sector privado había generado una gran expectación en los días previos a este encuentro. El principal motivo es que el presidente argentino, a diferencia de sus antecesores en la Casa Rosada --Néstor Kirchner y Cristina Fernández-- es partidario de acelerar el acercamiento entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico.
Este interés es similar al manifestado por Uruguay. Ya en mayo pasado, el canciller, Rodolfo Nin Novoa, dijo que para el país era necesario “adoptar un posicionamiento” respecto al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP, por sus siglas en inglés), un súper bloque comercial, en el que están por ejemplo Estados Unidos y Japón, al que deberíamos coquetear con más frecuencia. “Más apertura comercial, más valor productivo y mayor diversificación de mercados”, indicó por entonces.
En la misma cumbre que asistió Macri, Nin Novoa ratificó ese propósito de apertura con el deseo de alcanzar rápidamente un Acuerdo de Libre Comercio entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico. La idea no cae bien en buena parte del Frente Amplio que critican la política exterior de Vázquez. “Queremos que se avance en negociaciones comerciales del Mercosur con la Alianza del Pacífico inmediatamente para romper de una vez por todas con ese imaginario segundo Tratado de Tordesillas que nos separaba hasta ahora”, dijo Nin Novoa, en referencia al acuerdo de 1494 entre los reinos de Castilla y Aragón y de Portugal sobre esta parte América, aseguró ayer El País.
Según este medio, que toma información del diario La Nación de Buenos Aires, el canciller uruguayo adelantó que el presidente Vázquez le solicitó a Paraguay que se constituya en el país “coordinador” de unas eventuales negociaciones entre los dos bloques. Sin embargo, fuentes de la cancillería argentina relativizaron el ánimo optimista de Uruguay y aclararon que “nada se podrá hacer desde el Mercosur sin un acuerdo previo con Brasil”, de acuerdo a La Nación. Brasil hoy no está en condiciones de abordar nada que no fuera ordenar su propia casa, pero tanto el gobierno suspendido de Dilma Rousseff como el interino de Michel Temer, creen que el Mercosur tiene que ser reformulado. Y un estrecho vínculo con la Alianza del Pacífico no escapa a ese objetivo.
El conglomerado que conforman Chile, Colombia, Perú y México, fundado en 2011, logró liberalizar en ese tiempo el 92% del comercio entre sus miembros. Gracias a su pragmatismo y flexibilidad para alcanzar acuerdos comerciales, ha atraído la atención de más de 50 países. En cambio, el Mercosur ha intentado por años sin éxito concretar negocios con otros bloques, como la Unión Europea --cuyas negociaciones llevan más de una década--, debido principalmente a sus restrictivas políticas arancelarias.
El Mercosur precisa de ese pragmatismo y de esa flexibilidad para que empiece a servir en base a lo que fue pensado en 1991, en el momento de su fundación. Uruguay es un país pequeño que necesita apertura con el mundo entero y, si bien se logró ampliar el espectro comercial luego de la crisis de 2002, aún queda camino por recorrer. La idea de estrechar lazos con la Alianza del Pacífico debe fortalecerse en los próximos meses y que las palabras de Nin Novoa no caigan en saco roto.
Por lo pronto, la postura del canciller y, por tanto, de Vázquez, al coincidir con Macri, confirma la buena onda entre los gobiernos del río de la Plata, algo que ya había quedado de manifiesto esta semana cuando la ministra de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, y Nin Novoa, que expusieron en un encuentro de la Unión de Exportadores, coincidieron en flexibilizar la rígida estructura del Mercosur.
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