Rurales | 03 Jul Buscando alternativas que permitan a los productores combatir predadores y situaciones de abigeato en ovinos, técnicos del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) trabajaron en un establecimiento del departamento de Paysandú clasificando burros de una importante manada para ser utilizados por quienes requieran de un animal de guarda para su majada.
Los ingenieros agrónomos Javier Frade y Marcelo Grattarola utilizaron prácticamente toda una mañana para seleccionar 29 burras en “La Negra” de Fernando Dutra, en la zona de Tambores, que fueron elegidas por su reacción frente a los perros.
Los burros son dóciles con las personas, pero agresivos con los cánidos y pueden usarse con ovejas y cabras para disuadir predadores. En Estados Unidos y Canadá se están volviendo populares como animales de guarda.
En Uruguay, el denominado “burro californiano” es el que se emplea en los trabajos de investigación del SUL. “En otras partes del mundo, ya se están utilizando los burros”, aclaró Frade ante consulta de EL TELEGRAFO, explicando que “los técnicos de transferencia detectaron que hay establecimientos en el país con una gran cantidad de burros, algunos de ellos prácticamente con 200 ejemplares en sus predios”.
A partir del conocimiento de que no todos los burros sirven, “lo primero que hicimos fue una extracción de pelos de una muestra de 47 burros (machos, hembras, grandes y chicos) e hicimos un convenio con el Clemente Estable para determinar si esas poblaciones de burros podían tener diferencias genéticas. Se detectó que son todos prácticamente iguales genéticamente”, precisó.
En 2015 se experimentó con 5 burras, tres en el campo experimental del SUL en Florida y dos en predios particulares, “con resultados muy auspiciosos, sobre todo contra perros y zorros, que fue lo que intentamos ver”. Hoy se está en una etapa de validación o incrementar en 15 o 20 establecimientos rurales más”.
La primera etapa fue seleccionarlos, tarea desarrollada en el establecimiento de Tambores. “Buscamos hembras o machos castrados”, puntualizó Frade, aunque aclaró que esta semana seleccionaron solo hembras, “porque después hay que ver el tema de la castración, la edad y cuánto demoran en sanar, entre otros aspectos”.
Lo que hicieron Frade y Grattarola junto al personal de “La Negra” fue separar del lote cuatro o cinco burras y llevarlas al ‘huevo’ de ganado y les presentábamos perros, algunos de ellos atados, para que no fueran mordidas. Ahí observábamos y la que tenía la reacción primaria más agresiva frente a los cánidos era elegida”, acotó.

VALIDACIÓN
“Como estamos en una etapa de validación y no podemos asegurar 100% que esas burras sirvan y tengan la misma efectividad, procuramos conseguir para estos ejemplares unos 15 establecimientos para ampliar la investigación”, indicó el técnico.
Frade manifestó que los productores que tengan interés se tienen que comunicar con los técnicos de transferencia del SUL, quienes les explicarán el costo del burro y del traslado, además de las pautas para buscar la mayor eficiencia en el contacto del animal con la majada. Puntualizó que “ya hay una lista de unos 20 ejemplares para entregar y quedan algunas más en esta primera etapa”.
“La idea es poder entregarlos en el mes de julio, porque queremos que se concrete antes de la parición, pensando en el tema de los zorros y para que haya previamente un período de adaptación, que por la experiencia que tenemos llevará entre 15 días y un mes”, sostuvo.
Explicó que se debe poner una sola burra en la majada, siendo mínimo el cuidado del animal y en lo sanitario prácticamente nulo.
CHILE
En Chile se realizó un proyecto que duró tres años, con la inclusión de burros, llamas y perros de guarda para la protección de ovinos, principalmente contra perros, en 22 predios. Frade estará viajando próximamente a ese país para conocer más de cerca la experiencia en la nación trasandina.
El proyecto concluyó que en ninguno de los predios hubo muertes o lesiones por ataque de predadores (básicamente perros sueltos) en el transcurso del estudio, lo que avala la efectividad del uso del perro de guarda, burro y llama como protectores de ovejas.

PREDADORES
Los predadores de los ovinos más importantes en Uruguay son el jabalí, los zorros nativos “zorro-perro” y “zorro gris”, carancho y el perro doméstico.
Tanto el “zorro perro” como el “zorro gris” y el carancho tienen estatus de animales silvestres protegidos incluidos en la nómina oficial de especies de la fauna silvestre, según decreto del 26 de diciembre de 2001. Esto hace que esté prohibida la caza, tenencia, transporte, comercialización e industrialización de dichas especies zoológicas silvestres.
Los diversos métodos de control de la predación se pueden dividir en dos grandes grupos: los directos, que se caracterizan por actuar en forma explícita sobre los individuos de la población predadora, y los indirectos, que no actúan directamente sobre la población de predadores, sino que impiden su accionar.
Entre las medidas contempladas para reducir la mortalidad por efecto de la predación, se puede mencionar la utilización de animales de gran tamaño, entre los que cabe citar: perros protectores de rebaños, burros, llamas, guanacos y otros métodos, como los cercos eléctricos.

SERIO PROBLEMA
La predación se considera un problema permanente y difícil de controlar y más aún de erradicar, “pues la mayoría de los predadores están protegidos por ley y, en el caso del perro doméstico, no existe en nuestro país una legislación específica que pene en forma drástica el daño causado”, manifestó Frade.
El impacto económico de la predación es tremendamente variable, dependiendo del tipo de predador, de la región, las características topográficas, del sistema productivo y de la infraestructura existente.
Los predadores pueden representar un serio problema para la industria ganadera, especialmente para los pequeños rumiantes y particularmente para los ovinos, puesto que constituyen una de las presas más fáciles de acceder, pudiendo deberse, entre otras causas, a su gran número, hábito gregario, vale decir, tender naturalmente a juntarse en grupos y su escasa conducta antipredadora.

ADQUISICIÓN
Hace muchos años los productores adquirieron estos burros con diferentes fines, por ejemplo, “cuando el potrero tiene poco forraje, los burros comen la cardilla --como lo hace el cerdo--, la dan vuelta con el vaso o el hocico y le comen el bulbo”, explicó Frade.
Otro de los fines era su posterior comercialización en Argentina con destino al traslado de carga en algunas zonas de ese país.