Policiales | 07 Jul La Justicia de Feria dispuso el procesamiento sin prisión de un hombre de 56 años, poseedor de profusos antecedentes penales, tras haber sido denunciado como autor de una golpiza a un anciano de 71 y hostigar a otros con quienes compartía una pensión en las inmediaciones de Libertad y 18 de Julio.
De acuerdo con información extraoficial obtenida por EL TELEGRAFO, hacía cierto tiempo que se registraban llamados en pedido de colaboración por problemas con el inquilino de una pensión que, tras ingerir bebidas alcohólicas, se tornaba agresivo con sus vecinos, en su mayoría personas de entre 70 y 85 años.
Presente en el lugar, efectivos de la Seccional Segunda se entrevistaron con la propietaria de la pensión, que expresó que desde hacía un tiempo le había alquilado una pieza al hombre y los problemas de convivencia eran cada vez más recurrentes. Incluso, en el marco de las averiguaciones, la Policía estableció que en mayo pasado había sido detenido por tener en su poder la cédula de identidad de una anciana no vidente con la que pretendería realizar una transacción, hecho que negó al ser indagado. Asimismo, una señora de 38 años, que vivió un tiempo en la pensión junto a dos menores de edad, también lo denunció por insultos y hostigamiento.
En tanto, el pasado domingo un nuevo desorden se produjo en la finca, lo que tuvo como resultado un anciano golpeado en el rostro y amenazado de muerte por Luis Alberto Perdomo, quien posee antecedentes desde 1985 (siete por rapiña y uno por atentado en reiteración real en Montevideo). Examinado, el anciano fue diagnosticado con “equimosis de ojo izquierdo y erosiones en cuero cabelludo”.
Elevadas las actuaciones y corroborado los testimonios de los testigos, el juez de Feria, Marcelo Silva, resolvió el procesamiento sin prisión de Luis Alberto Perdomo por un delito de lesiones personales, imponiéndole –como medida sustitiva a la cárcel-- la prohibición de acercamiento a la pensión en cuestión, así como toda comunicación y/o relacionamiento con los denunciantes y testigos.
Por su parte, la Policía debió acompañar al procesado a que retirara sus pertenencias del lugar como prestación de garantía hacia los demás involucrados.