Paysandú, Miércoles 27 de Julio de 2016
Opinion | 24 Jul En su reciente visita a Paysandú, el intendente de Concepción del Uruguay se mostró como un ferviente partidario de hermanar ambas ciudades. “Por un tema de educación, hemos tenido mucha gente de Paysandú y de otras partes del Uruguay que ha transitado la ciudad de Concepción del Uruguay. Esta es la ciudad que más visitaba Artigas en la Argentina, hasta un nieto de Artigas está sepultado en Concepción del Uruguay, y Artigas llevó adelante allí el famoso Congreso de Oriente. Además, bueno es recordarlo, cuando la amenaza de las invasiones portuguesas fue perceptible, la gran mayoría de las mujeres sanduceras iba a Concepción del Uruguay y tan es así que se dice que los libros perdidos sobre los nacimientos, matrimonios y sepulturas están en algún lugar de Concepción del Uruguay”, afirmó José Eduardo Lauritto.
Agregó que: “esto puede ser tiempo histórico, pero nosotros queremos restablecer aquellos vínculos que supimos tener con Paysandú y como intendente lo aliento profundamente, primero porque soy un admirador de los uruguayos y también porque siento con Paysandú, desde mis tiempos jóvenes, este vínculo que casi hemos perdido, porque una vía física nos ha desunido”.
Cambiar esta realidad “depende de nuestra voluntad. Yo como intendente la tengo, ese es un paso adelante, pero debemos entender que lo deciden las comunidades, no un intendente. Y si nos reflejamos en las instituciones de Concepción del Uruguay y de Paysandú, tenemos que avanzar. Cuando veo muchos estudiantes sanduceros que hacen ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional, pienso que puede darse identidad y pertenencia a esos estudiantes, vinculándolos más con Concepción del Uruguay. Y los lazos de unión deben ser culturales, deportivos y comerciales”.
Un compañero de tareas en nuestra Redacción trabajó, hace algunos años, por unos cuantos meses realizando una auditoría interna en el diario “La Calle” de aquella ciudad, que era en ese momento lo que es EL TELEGRAFO para Paysandú. Este periodista nos comentaba sobre el tema: “Mirá, cuando te aprendés el nombre de algunas calles y te acostumbras que el sol salga por el otro lado y los centésimos se llaman centavos, te sentís en Paysandú. Así de parecidas son las ciudades y, fundamentalmente, la gente. Recuerdo que muy pocos se daban cuenta que no era oriundo de Concepción y, en la actividad diaria, encontré a muchos sanduceros”.
Está claro que nos parece fenomenal el planteo del intendente de Concepción y creemos que a toda la población sanducera le ocurrirá lo mismo. Es de destacar que solo a los efectos de dar a conocer los antecedentes de esta “hermandad”, publicamos en nuestra revista Quinto Día de hoy un artículo sobre el tema. Sería plasmar en papel lo que en los hechos siempre fue, no por decisión de alguien en particular, sino por la propia historia de las ciudades, de la idiosincrasia de sus pueblos, de usos y costumbres en común.
Tan hermanas han sido desde siempre las dos historias de ambos márgenes del paterno que incluso han sido pioneras en las comunicaciones internacionales entre ambos países. Ya en las primeras décadas del siglo pasado había una línea de teléfono subfluvial --que cruzaba a la altura del arroyo San Francisco, del lado uruguayo--, que conectaba tanto con Colón como con Concepción del Uruguay. Y esa tradición quedó hasta nuestros días, primero cuando en 1980 se instaló la microonda en Paysandú, que ya contaba con telediscado a Concepción y Colón --el telediscado internacional entre Uruguay y Argentina, por ejemplo para hablar desde Montevideo a Buenos Aires, llegó más de 15 años más tarde--, y luego con una tarifa regional y discado directo, con el prefijo (084). Y cuando se construyó el puente internacional General Artigas, inaugurado en 1975, el gran paseo de los sanduceros era visitar la ciudad hermana de Concepción del Uruguay, más allá de hacer las compras de rigor en Colón, que en esa época era apenas un pueblito de provincia en pleno crecimiento. Tan es así que inmediatamente Copay estableció una línea de ómnibus con cabecera en las dos grandes ciudades, que posibilitó que miles de sanduceros viajaran para estudiar una carrera en las universidades de Concepción del Uruguay, cuando de este lado del río la única opción para continuar con estudios terciarios era morir en Montevideo.
Es claro que debemos hermanar nuestras ciudades, acaso incluyendo también a Colón, pero es más claro aún que debemos hacer las cosas bien, con voluntad y ambición.
No solo debemos firmar un par de papeles cuya fría letra diga que ahora somos hermanos (como lo fuimos desde el fondo de nuestra historia), sino que debemos integrar inmediatamente un organismo, acaso similar al comité que impulsó la construcción del puente internacional, con representación, por nuestro lado de la Intendencia Departamental, la Junta, la educación escolar, media y superior, el periodismo, el Centro Comercial o, en su defecto, un grupo muy pequeño que coordine con todos esos organismos y se encargue de derribar muros.
Las posibles actividades a desarrollar son muchas, muchísimas, y vamos a enumerar algunas solo a título de ejemplo. Es así que deberíamos establecer la realización de excursiones de escuelas para conocer los diferentes puntos de interés, tales como los edificios del centro de la ciudad así como el Palacio San José y, fundamentalmente, participar en clases especiales a dictarse en las aulas escolares uruguayenses. Lógicamente que algo muy similar se haría de allá para acá.
También sería realmente valioso que estudiantes de Secundaria de nuestro departamento realizaran una visita similar, pero con especial énfasis en las oportunidades que brinda Concepción en materia de educación universitaria y lo mismo para quienes vengan al Centro Universitario de Paysandú.
No debemos olvidar las artes y para ello sería sumamente interesante establecer una programación de espectáculos uruguayenses en nuestro Florencio Sánchez y de sanduceros en el Auditorio Municipal de Concepción.
Por otra parte, es adecuado proponer la realización de certámenes literarios y plásticos a todo nivel pero con temas vinculados a la hermandad de ambas ciudades. En otros aspectos, creemos muy conveniente la realización de una reunión exploratoria de posibilidades entre el comercio y la industria de nuestras respectivas zonas.
Hay mucho más para hacer, pero, en pocas palabras, hermanarnos hoy mismo y hacer las cosas en serio, sin más preámbulos.
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