Deportes | 25 Jul La final de la Copa Nacional de Clubes en su Divisional A, entre el a la postre campeón 18 de Julio y Nacional de Florida, fue una verdadera fiesta del fútbol del Interior, vivida en total tranquilidad y respeto.
Nacional no tuvo un gran respaldo en cuanto a público en el Estadio Campeones Olímpicos de Florida, y tampoco de los clubes locales: solo lució una bandera de Quilmes en apoyo al tricolor.
De hecho, si bien por orden de Nacional no se dieron datos de la recaudación, oficialmente se vendieron 1.050 boletos y se recaudaron $ 130.000, con anticipadas a $ 150, y a $ 200 en la taquilla.
Los hinchas ubicados en la Tribuna Amado Fleitas, frente a la oficial, embanderaron el tejido y recibieron al equipo con bombos y redoblantes que sonaron a lo largo del partido, y con fuegos artificiales y papel picado, dándole un colorido importante a la previa al compromiso. Del otro lado, la parcialidad de 18 de Julio alentó durante todo el compromiso, integrada no solo por hinchas que llegaron desde Paysandú sino también desde Montevideo.
Los equipos ingresaron a la cancha con mascotas. Decenas acompañaron a los tricolores, mientras que cada jugador de 18 de Julio acompañó de la mano a un niño. Antes del pleito se realizó la presentación oficial, que incluyó el ingreso de chicos con las banderas de OFI y FIFA, invitando al Fair Play. Luego sonaron las estrofas del Himno Nacional.
Los visitantes vivieron el partido intensamente. El técnico Sergio Esquivel recibió a los 10 minutos la primera reprimenda del cuarto árbitro por protestas, mientras afuera de la cancha los jugadores Juan Bicca y Gerardo Daglio, vibraban y alentaban como un hincha más, sufriendo en ese primer tiempo la expulsión de Martínez.
Los últimos minutos del partido fueron emocionantes, teniendo en cuenta que Nacional llegaba con chances clarísimas al arco de 18 de Julio, que aguantó para alcanzar la definición por penales. De allí en más todo fue para el infarto, ya que tras los dos penales desperdiciados por los tricolores todo hacía pensar que los de Porvenir tenían todo liquidado, y finalmente tuvo que sufrir más de la cuenta.
Nahuel Méndez pateó el último penal y le dio el título a los sanduceros. Mientras los jugadores festejaban en el terreno, el cuerpo técnico se abrazó frente al banco de suplentes. Esquivel cayó luego de rodillas, ahogado en llanto, junto al presidente Nilson Ayende, quienes fueron instantes después abrazados por Ignacio La Luz.
El público de 18 de Julio pudo ingresar a la cancha a festejar con sus jugadores. "Está todo tranquilo, las dos hinchadas demostraron gran respeto, así que lo lógico era QUE los hinchas sanduceros pudieran estar con sus jugadores en este momento histórico", dijo el presidente de OFI, Gustavo Bares, tras entregar la Copa a Rodrigo Torres.
18 de Julio recibió la “orejona”, la Copa Antel, y cada jugador e integrante del cuerpo técnico se llevó una medalla dorada.