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Paysandú, Sábado 30 de Julio de 2016

Malestar por el rápido apoyo a grandes inversiones “mientras la lechería sigue sin soluciones de fondo”

Rurales | 24 Jul La noticia referida a las negociaciones entre el gobierno y la empresa UPM para la posible instalación de una tercera planta de pulpa de celulosa en Uruguay, con una inversión de tres mil millones de dólares para la fábrica y otros mil millones para infraestructura vial y ferroviaria, que deberá encarar el Estado por medio de una Participación Público Privada (PPP) ha generado malestar a nivel del sector agropecuario y la lechería, en particular, al entender que desde el gobierno no aparecen tan rápidas soluciones para parar la problemática que atraviesa el sector.
El ingeniero agrónomo Roberto Ceriani, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe), señaló a EL TELEGRAFO que “recién después de seis meses tenemos un atisbo de respuesta que todavía no está claro”, en alusión a las propuestas que le habían presentado a Aguerre en una reunión mantenida en febrero.
Para Ceriani, “no es resorte del ministro, porque el secretario de Estado es consciente de la situación que está viviendo el sector lechero y creo que ha destinado los mejores esfuerzos a buscarle soluciones; entendiendo que hay un consejo de ministros y toda una estructura de gobierno a la que no es fácil entrarle. Sin embargo, cuando vemos en la prensa que hay intenciones de un capital forestal internacional de realizar importantes inversiones en el país, enseguida se pone todo a disposición”.
En definitiva, “se mueve todo un andamiaje, que no estoy en desacuerdo ni estoy haciendo un juicio de valor de ese tema. Pero sí nos hubiera gustado que los problemas del sector lechero y de otros sectores del país que también están con problemas hubieran tenido respuestas con la misma celeridad y similar impacto”, dijo.
El dirigente gremial y productor lechero de la zona de Esperanza manifestó que “si hablamos de inversiones en el país y de generación de fuentes de trabajo, creo que el sector lechero --por la inversión que hay en la industria, transporte, logística y el valor de las hectáreas dedicadas a la lechería, la infraestructura montada arriba de esas hectáreas, el valor del rodeo lechero que tenemos en genética y un valor intangible que es la familia radicada en el medio rural-- supera con creces ese capital de 5.000 millones de dólares”, afirmó Ceriani.
Pero aclaró que el sector lechero “no está pidiendo subsidios ni dádivas, sino liquidez. Y como siempre, el sector ha pagado sus deudas y obligaciones, por lo que pretendemos flexibilidad y aire para seguir trabajando”.
Ceriani explicó que con el ministro se habló de algunas exoneraciones y soluciones para el sector, “pero cuando vienen empresas del exterior, tienen exoneraciones porque la ley así lo prevé”.
“Vemos un sector en donde todas sus ganancias y todas sus rentabilidades que genera básicamente quedan en el país. Se reinvierte en Uruguay, en los tambos o en donde sea. Nadie del sector lechero tiene cuentas en las Bahamas o en Islas Caimán, sin embargo, las ganancias de estos otros emprendimientos sabemos que se van del país”, indicó molesto el productor.
De todas maneras, “si bien generan trabajo y entendemos que deben ser complementarios a lo que acontece en el país, nos hubiera gustado que las respuestas para el sector lechero sean más rápidas”.

EMPRENDIMIENTOS
Ceriani también se refirió al grupo inversor argentino venezolano que instalará un tambo en Florida, donde en principio ordeñará 1.200 vacas al día y una industria lechera que apuntará a la elaboración de 6 toneladas de queso por día, para exportar a mercados de Centro América y cadenas de supermercados de La Florida (Estados Unidos), con una inversión que ronda los U$S 14.000.000.
“Son empresas que vienen con capitales del exterior y aprovechan algunas ventajas que se le brinda a este tipo de emprendimientos. Y son empresas que tienen espalda y el tiempo necesario para soportar que la situación internacional mejore y nada mejor que venir en tiempo de crisis para hacer buenos negocios”, sostuvo el dirigente.
Agregó que “eso lo saben todos los uruguayos y ha sucedido en otras oportunidades, que en tiempos de crisis, los que tienen plata y disponibilidad de capital hacen buenos negocios, porque encuentran gente con necesidad de disolver el capital y vender sus cosas”.

ENCUESTA
La encuesta difundida la semana pasada por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) estableció que, durante 2015, un total de 2.879 tambos aportaron a la remisión total en el país, 48 menos que los que había en 2014.
“Esta situación es muy difícil de seguir soportándola”, dijo Ceriani. “Hoy el sector está en una situación grave. Hay productores que no han cerrado sus tambos porque el momento no es bueno para eso, pero hay muchos con voluntad de retirarse del sector cuando mejore la situación”. En cuanto a los 48 tambos que desaparecieron en 2015, “a esta altura deben estar duplicando esa cifra, porque hay un montón de tambos que no figuran en la estadística”, aseguró.

CON EL BROU
Las gremiales lecheras efectuaron una reunión en Florida con jerarquías de la División Agropecuaria del Banco de la República, para abordar la situación de los créditos a productores de este sector que estén en dificultades.
Allí se trató la postergación por un año de la amortización de los créditos de mediano y largo plazo ya asumidos, no incluyendo los préstamos para capital de giro. También el financiamiento para el sector sobre la base de garantías de terneras y vaquillonas con plazo para el pago de hasta cuatro años.
En relación con la prórroga de los vencimientos por un año, luego de transcurrido ese período, el banco tiene la disposición de analizar la evolución del sector y mediante un estudio individual de cada productor verificar si está en condiciones de asumir el compromiso de pago o si necesita seguir tomando más tiempo o pasar el pago de ese capital del primer año para el final del plazo.
En cuanto al crédito para la recría, que tiene establecido un tope de U$S 30.000 por productor, tiene previsto un financiamiento a base de un ficto de U$S 350 por ternera y U$S 700 por vaquillona, de los cuales se tomará 60% de las terneras y 50% de las vaquillonas para el financiamiento. Se establece un plazo de entre 24 y 36 meses para el pago de capital y 12 meses iniciales como período de gracia. La tasa de interés se ajustará de acuerdo con el perfil de cada productor como cliente del BROU.
También el diálogo giró en torno a la situación que se presenta con el comienzo del pago del tercer fondo lechero en setiembre próximo, que coincide con un momento crítico para el sector, pero se concluyó que cualquier postergación --por la propia seriedad del fideicomiso y para futuras aplicaciones de esta herramienta financiera-- sería inconveniente.


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