Paysandú, Lunes 01 de Agosto de 2016
Nacionales | 28 Jul El informe “Pobreza multidimensional: ejercicio de medición para Uruguay”, que considera los diferentes componentes del bienestar como ingresos, salud, educación, seguridad social y la vivienda, subraya que 570.000 personas pudieron salir de esa situación entre 2006 y 2015 en Uruguay, debido al crecimiento económico, reformas y políticas sociales. El acceso a la salud se considera universal pues llega a 98 % de la población.
Como parte de una línea de trabajo, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) elaboró este estudio que observa la situación desde una nueva perspectiva que permite a la política pública realizar el seguimiento del ejercicio de los derechos de la ciudadanía.
El grupo de población con alguna carencia --pobres multidimensionales, vulnerables por ingresos y vulnerables por derechos sociales-- disminuye 13 puntos porcentuales entre 2006 y 2015, lo cual equivale aproximadamente a 201.000 personas.
Esa merma importante puede explicarse por las siguientes trayectorias: 92.000 personas que eran vulnerables por ingresos en 2006 dejaron de ser pobres en 2015 y 570.000 que sufrían la pobreza multidimensional entonces pudieron superar esa situación para 2015.
El informe da cuenta, específicamente, de que el derecho a la salud es ahora de acceso universal en Uruguay, pues se llega a una cobertura de 98% de los 3,3 millones de habitantes del país, quienes pueden acceder tanto a prestadores estatales como privados.
El estudio elaborado por el Mides toma la medición de la pobreza bajo el enfoque de derechos, lo cual implica una medición multidimensional que considera los diferentes componentes del bienestar, como los ingresos, salud, educación, seguridad social y la vivienda.
La evolución de los resultados en términos de pobreza multidimensional presentan una evolución a la baja de 29 % en 2006 a 9 % en 2015, período caracterizado por un gran crecimiento económico y despliegue de políticas sociales y reformas estructurales.
SERVICIOS DE SALUD NO ESTÁN DESBORDADOS POR CASOS DE GRIPE
El ministro de Salud, Jorge Basso, informó que la situación en torno a los casos de influenza registrados este invierno está controlada, ya que no se registraron desbordes en puertas de emergencia ni en otros servicios. Dijo que la experiencia de estos años permite que los directores técnicos de los centros cuenten con planes alternativos para afrontar una mayor demanda, como convertir camas de cuidados intermedios en cuidados intensivos.
“Tenemos la propia tensión de un Sistema de Salud que en pleno invierno tiene la mayor afluencia de cuadros respiratorios. Ese escenario se está manejando bien con los recursos que se van adaptando a las circunstancias, con los directores técnicos de los prestadores trabajando intensamente”, indicó Basso.
Explicó que la medicina moderna permite actualmente transformar relativamente rápido una cama de cuidados intermedios en una cama de cuidados intensivos, lo que permite aumentar la capacidad y la dotación de recursos. Asimismo se cuenta con planes de invierno en los que se incrementa la dotación de recursos para poder satisfacer la demanda.
“De alguna manera se puede decir que estamos administrando bien el invierno”, dijo Basso. “Como todos los años tenemos momentos en que hay mayor exigencia pero no estamos desbordados, los directores técnicos se están administrando bien. Las circunstancias puntuales se van resolviendo como cada año con la experiencia ganada en este tiempo que permite incorporar más recursos”, agregó.
En cuanto al nivel de respuesta de la gente a las recomendaciones preventivas de, por ejemplo, no concurrir a la puerta de no ser necesario, dijo que es un desafío permanente.
“En el marco de este proceso de atención en el que hacemos tanto énfasis en que todos tengamos un médico tratante, que no es de buena calidad hacer consultas con un médico distinto, que en el caso de pediatría se tenga contacto permanente con el pediatra, son muchos los casos que se pueden resolver sin trasladar al paciente, siempre asegurando la continuidad en la atención. Es fundamental que haya adecuada prevención, adecuada promoción, asistencia y rehabilitación”, concluyó.
ALERTAN FALLAS EN PROGRAMAS EDUCATIVOS
Un informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) señaló que no existen pruebas de que los programas de Primaria y Secundaria --muchos acompañados por otros organismos-- para abatir la repetición, el rezago y el abandono, funcionen. Además alertó la falta de personal capacitado y dificultades económicas.
“El panorama actual muestra que se está bastante lejos del uso de evaluaciones de impacto para la toma de decisiones, sea por su ausencia (no se evalúa) o porque cuando existen no logran estimar el beneficio exacto de esa intervención o no logran captar la atención de los tomadores de decisiones a niveles estratégicos”, advierte el informe titulado "Panorama de los trabajos educativos", que toma datos de 2012 a 2014, que fue publicado días atrás por el Ineed y al que accedió El País.
En lo que respecta a si los programas cumplen con lo que se plantean, las conclusiones advierten que “el inconveniente es que no es claro que estas propuestas, con objetivos relevantes y coberturas amplias o relativamente extendidas, efectivamente estén cumpliendo con lo que se proponen”.
Añade que “sería deseable” la “implementación de evaluaciones de impacto que puedan dar luz sobre los efectos de estas intervenciones”. Asimismo llama a que cuando se creen nuevos programas se evalúen desde el principio.
El trabajo concluyó que de 17 programas analizados 10 fueron evaluados alguna vez entre 2008 y 2014 (en tres esto se hizo recién en 2014) y solo ocho de ellos cuentan con dispositivos de monitoreo, mientras que seis tienen evaluación y monitoreo. Por ejemplo, el programa “Maestro más maestro” no ha contado con ningún tipo de evaluación. El de alimentación escolar, que llega al 90% de los alumnos matriculados, se fiscalizó tan solo una vez en ese tiempo.
El informe insiste en que “el faltante de información y cuantificación de los beneficios” hace que tampoco se pueda hacer un “análisis costo-beneficio” de los programas.
“Es decir --insiste-- que no podemos determinar el costo unitario de cada programa en relación a los beneficios que produce”.
“Se está bastante lejos de poder medir el impacto de los programas uruguayos”, continúa el trabajo, que además lanza la sospecha de que la evaluación no se lleva a cabo o no se toma en cuenta, debido a posibles resultados negativos.
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