Rurales | 07 Ago La Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía recibió a dos nuevos estudiantes franceses en los últimos tres meses, quienes están adquiriendo experiencias no solo en las actividades inherentes a la carrera, sino en las nuevas formas de vida que encuentran en su diaria actividad.
Nicolas Apoteker tiene 22 años y proviene de Palaiseau, población perteneciente al departamento de Essonne, en la región de Isla de Francia (ubicada a unos 25 kilómetros de París). Cursa estudios en el Institut d'étude du développement économique et social (IEDES), de la Universidad de París I, Panteón-Sorbona, especializada en ciencias sociales.
Está culminando su trabajo final de maestría en Evaluación Económica de Políticas de Desarrollo. A través de una expasante francesa que estuvo hace dos años en la Eemac, a principios de año se contactó con la docente del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía, Inés Ferreira, para conocer si existía la posibilidad de acceder a una experiencia similar. En abril ya estaba en Paysandú.
Antes de emprender el viaje hacia América de Sur, el estudiante francés reunió algunos datos sobre cómo es y qué se hace en la Eemac, que le proporcionó la chica que había estado en la estación experimental de Paysandú. A su llegada, conoció a un joven también francés que estaba culminando su experiencia en la ciudad.
Tomando en cuenta que su área de estudio es la economía, las docentes Inés Ferreira, del Grupo Disciplinario Extensión Rural, y Virginia Courdín, del Grupo Disciplinario Extensión Rural (ambas del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía) le presentaron un proyecto que consiste en la realización de una estimación del impacto social y económico de la utilización de agroquímicos en el cultivo de soja.
Este trabajo, dijo Nicolas, es parte de un proyecto BID-PDU, más amplio, que tiene por objetivo estudiar el impacto ambiental asociado con buenas y malas prácticas en el manejo de herbicidas para el control de malezas en la soja, desarrollado por un equipo de trabajo del que son responsables la ingeniera agrónoma Grisel Fernández y la química farmacéutica Verónica Cesio. Parte de estos resultados sirvieron para realizar una consultoría que solicitó una empresa uruguaya dedicada a la originación y exportación de cereales y oleaginosas, trabajo que desarrolló el estudiante extranjero junto a la ingeniera agrónoma Daiana Peloche, integrante del Grupo Gestión de Empresas del mismo departamento.
Esta es su primera experiencia en Uruguay y su estadía culminará en agosto. La pasantía es una condición indispensable para terminar su maestría y no necesariamente debe cursarla fuera de su país. Sin embargo, Nicolas escogió viajar al exterior para practicar la lengua española. El 11 de setiembre volverá a su país, pero antes disfrutará de unas vacaciones en Brasil, en donde vivió siendo niño durante tres años. En ese tiempo, contó a la Unidad de Difusión, tuvo oportunidad de conocer Argentina y Chile.

ESTUDIANDO AGRONOMÍA
Marie Opplert tiene la misma edad. Llegó a Uruguay desde Orgeux, un pueblo ubicado en la región de Borgoña, departamento de Côte-d'Or, en el distrito de Dijon. Asiste al Instituto Nacional Superior de Ciencias Agronómicas de la Alimentación y del Medio Ambiente, Agro Sup Dijion.
Estudia agronomía y está cursando el último año de su maestría. Supo que podía venir a Uruguay porque su tutor en la pasantía conoce al docente ingeniero agrónomo Pedro Arbeletche, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Agronomía y sabía de estas oportunidades que brinda la estación experimental.
Su pasantía tendrá una duración de seis meses, aunque su período en la Eemac abarcará la mitad. Llegó a nuestra ciudad en mayo, desconociendo que un estudiante de su misma nacionalidad se encontraba temporalmente en la Eemac. Marie dejará la Estación Experimental a principios de setiembre.
La joven ha construido un modelo que representara la multifuncionalidad de la ganadería y junto a Arbeletche intenta determinar si su modelo es adaptable al de los productores ganaderos de nuestro país. Siendo estudiante de Secundaria, en las clases de Geografía y cursos de Español, supo de la existencia de nuestro país, en el sur del continente americano.
Como su coterráneo, Marie también se interesó mucho por mejorar su castellano. “Me encanta viajar. El año pasado estuve en Sudáfrica para aprender más el inglés y este año quería aprender el español. Y después creo que voy a ir a otro país para aprender otro idioma”, confesó. Uruguay es el único país de América del Sur que conoce y tiene intenciones de llegar hasta la capital argentina en las próximas semanas y luego hasta Lima, Perú.

LOS SANDUCEROS
Para el joven, la gente de Paysandú es simpática, las personas son sencillas. “En la Estación Experimental se vive bien; siempre todos son muy abiertos, simpáticos”. En el mismo sentido, Marie caracterizó a los sanduceros como “amables” y hospitalarios. “Siempre te preguntan si necesitas algo, si precisas cualquier cosa. Son re amables”, expresó.
Respecto de la Eemac, Nicolas indicó que “no tenía idea muy bien de cómo sería”. Pensaba que estaría más cerca de la ciudad y que los edificios serían más grandes. Marie se imaginó edificaciones más amplias, “como una universidad”, y ubicada dentro de la ciudad, ya que su escuela está emplazada en el centro de la comunidad. Sin embargo, dijo que los campos del instituto al que concurre son más pequeños respecto de los de aquí.
El hecho de que hayan coincidido en la Eemac les ha resultado de gran utilidad. “Ayuda hablar con otro el francés cuando uno se cansa de hablar español”, señaló el chico. Marie agregó que cuando llegó, “no podía hablar el idioma” y la presencia de Nicolas “fue una ayuda para traducir todo”. Nicolas recomendó la experiencia de vivir y estudiar en la Eemac. “Si otro estudiante de otro país o incluso de Uruguay tiene la posibilidad de venir, este es un lugar muy lindo para estudiar. Está cerca del campo, es muy práctico. Para alguien que no conoce la agronomía, es interesante. Va a conocer mucha gente acá, puede jugar al fútbol. Está divino”, concluyó el joven.