Locales | 15 Ago La baja continua de la matrícula y el cierre de los locales por el despoblamiento son algunos de los problemas que padecen las escuelas rurales. Unas 600 instituciones, de 1.100 que hay en todo el país, tienen 10 alumnos o menos, según informó a EL TELEGRAFO Limber Santos, responsable del departamento de Educación Rural de Primaria, que días pasados ofreció unos talleres a docentes rurales y alumnos de magisterio en Paysandú.
Santos explicó que la matrícula en las escuelas rurales desciende porque es una respuesta directa del descenso de la población rural y la migración del campo a las ciudades que es un problema de décadas. Además, reconoció que el último tiempo este fenómeno se ha complejizado. “Aunque podemos encontrar medios rurales puntuales donde la población se mantiene estable, aumenta en distintos departamentos”, dijo y aclaró que esos incrementos son circunstanciales. “Está atado a dinámicas laborales que son circunstanciales o fuentes laborales que hoy están y mañana no”, dijo. Explicó que hay muchas migraciones internas en las zonas rurales siguiendo nuevos trabajos.
El responsable de la educación rural señaló que la cambiante matrícula a veces complica por la cantidad de cargos que se necesitan o por los recursos que cuentan los centros. “Cuando la matrícula no es estable eso puede traer algunas dificultades en la distribución de recursos por el Consejo”, explicó.
Aseguró que es un problema que excede a la escuela. Además de la matrícula, otro efecto contundente es la desaparición de algunas escuelas cuando se quedan sin niños. “También ha pasado que escuelas cerradas han tenido que reabrir”, manifestó.
Ante este problema, Santos sostuvo que una manera de abordar el problema es apoyar a los docentes para que puedan gestionar la escuela en esa situación tan excepcional de contar con menos de cinco niños. En el país hay unas 250 escuelas rurales con menos de esa cantidad. “Eso implica un vínculo donde la mayor cantidad de esa comunidad vivan en la zona, pero no tengan niños en la escuela”, dijo. Añadió que esa es otra característica en el medio rural: el envejecimiento de la población.

CRATIVIDAD EDUCATIVA
Respecto a la enseñanza, indicó que en escuelas de pocos alumnos pueden presentarse problemas en los aprendizajes. “En el sentido que el docente se las tiene que ingeniar para que sus propuestas sean innovadoras. Esa es una situación que se soluciona acompañando a los maestros de la mejor manera posible, con los equipos técnicos y apoyo en su formación”, argumentó.
Casi la mitad de las escuelas son rurales, pero solo asisten menos de 18% del total de alumnos de toda la escuela pública. Si se tiene en cuenta la totalidad de escuelas públicas, y no se cuenta Montevideo que no tiene escuelas rurales, las instituciones rurales son muchas más que las urbanas.
Santos dijo que desde el punto de vista pedagógico es importante que una institución pública esté en una comunidad por más que tenga pocos alumnos. “La escuela es una referencia y tiene un rol social, es la presencia del Estado para las comunidades”, dijo e informó que en los centros rurales de todo el país asisten 18.500 niños.
Aunque señaló que la mayor parte de las escuelas tienen bajo alumnado, de hecho, unas 600 escuelas de 1.100 que hay en todo el país tienen 10 alumnos o menos. “Tenemos muchas instituciones pero baja matrícula en respuesta a lo explicado anteriormente”, señaló.
Otro dato llamativo es que se pierden más alumnos que escuelas por año en el medio rural. “Las escuelas se tratan de tenerlas abiertas hasta tanto sea posible. Nos quedamos con escuelas con bajo alumnado porque es el referente para la comunidad y porque para esos niños no hay otra institución cercana”, explicó.
También aseguró que no son muchas las escuelas rurales que cierran por año. “Hay años que se cierran tres o cuatro escuelas en todo el país, pero dos que se reabren. Pero también el número de escuela rurales baja no porque cierren, sino que se transforman en urbanas y eso es por la categorización”, explicó.

NUCLEAMIENTOS RURALES
Consultado sobre los nucleamientos rurales, que son una modalidad pedagógica basada en los principios de calidad e integralidad y que apunta al fortalecimiento de la educación rural, Santos respondió que no es partidario de este proyecto.
El año pasado el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) propuso otra modalidad de agrupamiento territorial y lo llamó nucleamiento. “Esta modalidad implica algo distinto y las escuelas terminan uniéndose en una escuela centro. Se coloca transporte para que vaya a esa escuela y los otros centros, si bien no se cierran, quedan para uso social y no educativo”, explicó.
Recordó que esta modalidad se ha intentado muchas veces en la historia de la educación rural pero que ha tenido malos resultados. “Son modalidades que se basan en el transporte de llevar a los niños de un lugar a otro; al menos en el contexto uruguayo ha fracasado porque el transporte falla o porque lo que parecen distancias razonables terminan siendo grandes trayectos por la condición de los caminos”, argumentó y agregó que otro motivo es que las comunidades tienen un gran arraigo por “su escuela”.
Sin embargo, el año pasado se puso a prueba un plan piloto sobre los nucleamientos en ocho escuelas en Paysandú, Tacuarembó, Cerro Largo y Rivera. “De esos nucleamientos hoy en día está funcionando solo tres, uno en Paysandú (escuelas 19 y 43), y dos en Cerro Largo”, dijo. Explicó que los tres tienen en común que no dependen de un transporte por Primaria, ya que contaban con uno. “Por ejemplo, en Paysandú hay un transporte de línea”, señaló.
“Desde el Departamento de Educación Rural nunca estuvimos a favor de los nucleamientos porque sabemos lo que implica el transporte y, además, sabemos lo que las comunidades sienten por sus escuelas”, sentenció.