Paysandú, Lunes 22 de Agosto de 2016
Locales | 21 Ago La empresa Frigorífico Casa Blanca iniciará acciones legales contra Ancap, cuyo directorio consideró “altamente improbable que haya existido contaminación del agua” en el área de la empresa, tras el derrame de gasoil ocurrido el viernes 2 de octubre del año pasado.
El presidente del directorio de la empresa, Eugenio Schneider, relató a EL TELEGRAFO que “nosotros habíamos faenado el sábado de mañana, por lo tanto ese día de tarde estaban todos descansando en sus casas. En ese momento llegó la fatídica mancha a Casa Blanca, en forma muy concentrada por los remolinos y las corrientes del río, donde se formó una mancha muy compacta. Eso fue tan así, que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) acaba de dictaminar que el lugar más afectado por ese derrame fue en primer lugar Playa Park y luego el sur del poblado de Casa Blanca, donde nosotros tenemos nuestra planta de potabilización de agua”.
Schneider aclaró que en la usina propia de la empresa se potabilizan “20 millones de litros de agua por mes y eso significa que toda nuestra industria depende del agua”, en tanto “el pueblo recibe agua de OSE que sale de un pozo en (barrio) Bassotti”.
El empresario recordó que cuando sucedió la catástrofe de Ancap, “la Intendencia --como ‘gauchada’-- nos ofreció dos camiones cisterna para solucionar el problema del agua contaminada. No tienen ni la menor idea del agua que se usa en una faena, que son tres metros cúbicos por animal (3.000 litros). Si se faenan 400 animales, son 1.200 metros cúbicos por día, o sea, 1.200.000 litros de agua diarios”.
En tal sentido, precisó que su casa se encuentra ubicada “en una roca, sobre el río y estaba rodeada de petróleo el domingo de mañana. En tanto, mi nieto tenía turno (de trabajo en la planta industrial) a esa hora, y me dijo que había que cortar todo porque salía agua con olor a gasoil y así paralizaron un planta, que en total tiene 673 empleados”.
FAENA SUSPENDIDA
El lunes no hubo faena, los camiones cargados con animales “debieron volverse a los campos y otros quedaron cargados por 48 horas por si lo solucionábamos, pero no fue nada fácil. A su vez, los obreros se quedaron sin trabajar durante dos turnos y perdieron dos días de trabajo que no se recuperan porque esos ganados ya estaban comprados”.
A raíz de un contacto personal que lo acercó al vicepresidente de Ancap, Ruben Barboza, el empresario elevó un informe de la problemática ocurrida con la suspensión de la faena y el episodio de contaminación en torno al poblado. Asimismo, cuantificó los gastos que la empresa debió afrontar, para paliar el hecho y continuar con la faena, al tiempo que lo comunicaba al Banco de Seguros del Estado (BSE). “Cuantifiqué el daño en U$S 102.000, donde detallé los camiones que debieron volver, las faenas y el agua potable perdida, la purga de todo el sistema y una serie de gastos colaterales, pero lo básico era la pérdida de la faena, que fueron dos días y medio. Eso significa alrededor de mil vacas y no quise mentir en nada porque apelaba al honor de Ancap”, señaló.
Schneider consignó que sus asesores le solicitaron que detallara “el lucro cesante, pero yo había decidido que no podía sumarme a todos los que estaban atacando a Ancap en ese momento --y que era defendida de muy mala manera por los involucrados--”, a raíz de la investigación por el déficit en el ente petrolero. “Jamás se me ocurrió la peregrina idea de que Ancap podía negar el derrame, porque parece que el agua no corre para abajo en el río, sino que disuelve el gasoil y la desparrama equitativamente hacia Argentina”, ironizó.
El titular del frigorífico sostuvo que el margen de contribución impositiva que deja una vaca faenada (“no la ganancia”), son U$S 100, por tanto “si yo hubiera puesto los mil animales que no se pudieron faenar, eran U$S 100.000 solamente por eso; pero me referí únicamente a las faenas que ya estaban compradas y que tuvieron que retornar”.
LA NOTIFICACIÓN DE ANCAP
Al lunes siguiente del derrame “mandé la carta a Ancap y la respuesta llegó la semana pasada, o sea, que demoró 10 meses”, con una notificación “que dice que tenemos cinco días hábiles para tomar nota de la decisión de Ancap, que denegó la petición”.
Consultado sobre las pruebas fotográficas o de filmaciones que tiene la empresa para probar que el derrame llegó al lugar, Schneider dijo que “puedo traer a 1.500 testigos que lo vieron, además de las fotos y el personal del Ministerio de Ganadería”. Sin embargo, aclaró que “ahora tengo la suerte de que la Dinama, independientemente y sin que yo le pidiera nada, dictaminó que el peor lugar --después de Playa Park-- fue Casa Blanca”, reiteró. “Y aunque la Dinama no lo hubiera expresado, tengo el testimonio de todo mi personal. O sea, Ancap no se dio cuenta que apelé al honor y ahora me tratan como si fraguara un accidente o un daño”, remarcó. “Incluso dicen que Casa Blanca está a 20 kilómetros de Paysandú, pero son 12 kilómetros por agua y yo lo sé, porque lo hice a nado”, recalcó.
A raíz de la notificación recibida que “no hace lugar” al reclamo de Schneider, el empresario decidió iniciar acciones legales a Ancap. “Me siento como padre, abuelo y bisabuelo de uruguayos, realmente escandalizado de la superficialidad y frivolidad” existente en el organismo.
Explicó que su abogado, Andrés Supervielle, “grado 5 en Derecho Ambiental en la UdelaR, habló con la abogada de Ancap para evaluar la posibilidad de un acuerdo amistoso y no hubo tal instancia. Por eso iniciaré un juicio y que la Justicia lo dictamine”.
Según el empresario, “esto es grave y ocurre solo en países de África, donde existen reyezuelos, pero me entristece profundamente que ocurra en Uruguay” y añadió que “el BSE me confirmó que la empresa está asegurada contra huracanes, tormentas, tornados, o sea, fuerzas de la naturaleza. Yo me pregunto ¿Ancap es una fuerza de la naturaleza?”, concluyó.
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