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Paysandú, Viernes 02 de Septiembre de 2016

Cambio de actitud

Opinion | 01 Sep En diversos lugares del mundo se trabaja, con enfoque pedagógico, para el cambio de actitudes como medio para la mejora del tránsito en las ciudades. En Paysandú, la tarea que se desarrolla en este sentido comienza a mostrar sus primeros frutos.
La mejora del tránsito es una preocupación desde hace mucho tiempo, aunque hasta ahora poco se ha logrado avanzar. Distintas administraciones departamentales han intentando con mayor o menor énfasis hincarle el diente a este problema, obteniendo muy pocos resultados a lo largo del tiempo.
En paralelo, a nivel nacional se ha desarrollado un importante trabajo desde la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev), enfocado no solo en informar para prevenir sino también en la generación y seguimiento estadístico, en coordinación con las intendencias y Unidades Departamentales de Tránsito.
Uruguay cuenta actualmente con una política nacional que apunta especialmente a la prevención, usando herramientas legales como la denominada “tolerancia cero” de alcohol en la conducción de vehículos.Pese a esto, los accidentes de tránsito siguen siendo un problema grave, razón por la cual la siniestralidad vial es considerada un problema de salud pública. En este sentido, cabe recordar que el Ministerio de Salud Pública ha tomado este tema como uno de sus 15 objetivos prioritarios de atención, asumiendo el compromiso de disminuir un 30% los fallecidos por esta causa para 2020.
Una meta de esas características será muy difícil de alcanzar si no se logra un verdadero cambio en los hábitos y la forma de interactuar las personas en los distintos roles que adquieren en el tránsito.
Aquellas ciudades y países que están trabajando en un diseño pedagógico para el tránsito han tomado como fundamento el desarrollo de actitudes de prevención ante los riesgos de accidentes. Esto implica bastante más que la entrega de manuales y folletos con información: ahora el objetivo es educar. Las cifras de los últimos informes oficiales nacionales son alentadoras en la medida que indican que en el primer semestre de este año los siniestros de tránsito disminuyeron 12%, los fallecidos 16% y la cantidad de lesionados descendió en 14%. Por otra parte, las espirometrías positivas disminuyeron un 14%, lo que el presidente de la Unasev, Gerardo Barrios, atribuye al impacto de la ley para no consumir alcohol si se va a manejar. “El cero alcohol y drogas para conducción vehicular fue y es una estrategia adecuada”, afirmó.A nivel local, la actual administración departamental ha iniciado el desarrollo de una serie de medidas que mediante de diferentes estrategias pretenden generar e instalar soluciones para los problemas del tránsito en Paysandú.
Por un lado, la fiscalización más exhaustiva fue realizada por la Guardia Republicana, que realizó procedimientos de alto impacto que incluyeron la incautación de vehículos y procesamientos de personas. Luego se inició un proceso llamado “Diálogo Social por el Tránsito” que persigue, entre otros objetivos, involucrar a la comunidad desde todos los sectores que la componen enfatizando no solo en la importancia de la información por ser multiplicadora de mejores hábitos, sino en el rol que cada ciudadano debe desempeñar para alcanzar las mejoras deseadas.
Las medidas fiscalizadoras, los controles, carteleras y campañas de comunicación en materia de tránsito continúan pero el nuevo componente es la búsqueda de un cambio de actitudes y hábitos en el tránsito. Visitas a centros educativos, reuniones con maestros y padres son algunos de los nuevos instrumentos empleados en procura del cambio con la convicción de que todos ya tenemos la información sobre cómo actuar en el tránsito. Lo que es necesario son cambios en el comportamiento.
Uno de los problemas de larga data en la circulación vehicular ciudadana eran los congestionamientos de vehículos a la hora de ingreso y salida de los alumnos de centros educativos. Al respecto, se viene desarrollando un trabajo con los responsables y personal de dichos centros de enseñanza, así como con padres de los niños que concurren a los mismos, que son quienes deben cambiar de actitud para que el mensaje que se da en el salón de clase tenga efectos concretos en la calle brindando mayor seguridad a los menores.
Cualquiera que haya transitado por calles de escuelas y colegios céntricos seguramente habrá sufrido los efectos del aumento de la circulación en esas horas pico, así como la caótica situación del tránsito en esos minutos en que los padres van a buscar a sus hijos en auto o motos y estacionan en doble fila. Esta situación ha mejorado sustancialmente en los últimos meses mediante una combinación de presencia de inspectores de tránsito y el trabajo con las comunidades educativas involucradas, con información a las familias, charlas y el trabajo con los niños, enfatizando en la necesidad de respetar las normas para asegurar la integridad física de todos y en conducir y conducirnos con responsabilidad. El llamado diálogo social en materia de tránsito está dando sus primeros frutos y, aunque queda mucho por hacer, es un dato esperanzador. La clave está en el cambio de actitud de quienes hacemos el tránsito. Si somos capaces de entenderlo y practicarlo estaremos contribuyendo no solo a dotar de mayor seguridad vial sino a vivir en una sociedad mejor.


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