Paysandú, Lunes 05 de Septiembre de 2016
Locales | 04 Sep DE LA DESCENTRALIZACIÓN Y EL ORDENAMIENTO A LA DESPOBLACIÓN Y EL CIERREDE ESCUELAS RURALES
Un jerarca de la educación rural de Enseñanza Primaria vino, días pasados, a Paysandú y expuso con propiedad sobre las escuelas rurales. Dijo que muchas de esas escuelas quedan sin niños y se van cerrando por la migración de gente que se va del campo para la ciudad. Esto nos motivó a exponer sobre varios temas mal resueltos que arrastran a eso.
Desde hace dos décadas explotó una “corriente renovadora” que “descubrió” la vieja bandera de la descentralización. El partido por excelencia descentralizador en Uruguay fue el Partido Nacional. Tanto es así que las únicas tres juntas locales autónomas electivas que hay en Uruguay fueron creadas por ley durante los pocos períodos que le ha tocado gobernar. Ellas son las de Río Branco, San Carlos y Bella Unión, creadas con territorio delimitado, dentro del que se cobran contribuciones inmobiliarias, patentes de vehículos y otros tributos menores que quedaban en la caja de la junta. Es decir, nacieron con recursos económicos propios. Esas instituciones fueron auténticamente descentralizadoras, porque a diferencia de los municipios actuales traídos de la mano del Frente Amplio, tenían independencia económica para cumplir con su cometido. Los municipios actuales, al no tener esa independencia, viven conculcados por los intendentes. Peor aún si son de un partido opositor al del intendente.
LA “NEODESCENTRALIZACIÓN”
El inicio de esta corriente “neodescentralizadora” --copiada de España-- fermentó en la intendencia frentista de Montevideo al calor de la Agencia Española de Cooperación Internacional y la Junta de Andalucía. En realidad a lo más que se acercaron fue a la desconcentración administrativa, pero descentralizar, muy poco. Copiaron mal y adaptaron peor. Para colmo, los funcionarios que dirigen y ejecutan las acciones raramente “dan con la tecla”; es como si manejaran el celular con guantes de boxeo. La muestra evidente de lo que decimos es la improvisación con la que legislaron sobre el tema. La “ley madre” con que arrancaron fue la ley Nº 18.567 (“Descentralización política y participación ciudadana”) de 2009. Luego dictaron leyes ampliatorias, correctivas y sustitutivas. Así fue como en los cinco años siguientes dictaron: la ley Nº 18.644 (“Descentralización territorial y participación ciudadana”); la ley Nº 18.659 (“Alcaldes”) y la ley Nº 18.665 (“Alcaldes y concejales”). La última --hasta ahora-- fue la ley Nº 19.272 del 18 de setiembre de 2014. Cinco leyes en cinco años. Luego de tanto “pedalear”, se votó esa última ley 19.272 que “mató a la madre”, porque le derogó a la ley original Nº 18.567 de 2009 los artículos Nº 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 13, 14, 15, 16, 18, 21, 22, 24, 25, 26, 27 y 28. ¡Nada más ni nada menos que 22 artículos! Y además derogó de “un solo tajo” las otras tres leyes Nº 18.644, 18.659 y 18.665.
Mientras se hacía y deshacía esa pseudodescentralización, fue aumentando la emigración de gente del campo a la ciudad. Se suponía que al descentralizar se iban a crear incentivos eficaces para sacar actividades de la agroindustria y del comercio del área metropolitana hacia el Interior. Esto iba a llevar trabajo y fijaría gente allí. Pero eso no ha sucedido.
EL ORDENAMIENTO
De la mano de todo eso, vino otra corriente que perjudicó la radicación de gente en el campo, fruto de otra “copiatina” de España. El tiro de gracia fue la ley de ordenamiento territorial Nº 18.308. Esa ley obligó a que los pueblos de Mevir (Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural), proyecto creado por el doctor Alberto Gallinal (del Partido Nacional), se tengan que hacer en suelo urbano o suburbano. Con ello, la erradicación de la vivienda insalubre rural solo se puede lograr demoliendo la insalubre del campo y haciéndole a ese poblador rural una casa nueva en el área urbana o suburbana de un pueblo. ¡Obviamente deja de ser poblador rural y pasa a ser otro poblador urbano más, de ese pueblo, villa o ciudad! Resultado: los corren del campo. Como prueba evidente de esto, veamos la realidad de nuestro propio departamento. Nos referimos a la negativa pertinaz con que el Ministerio de Vivienda y este Mevir “nuevaolero” se resisten a hacer un barrio a 36 familias de Parada Daymán. La negativa se basa en decirles que se muden a Chapicuy o a Salto, que son centros urbanos cercanos y consolidados. ¡Eso es centralismo descarado y brutal, mientras 36 familias esperan hace años! Esa ley 18.308 es agente de despoblación rural y por tanto de que no queden niños en el campo y, como consecuencia, se cierren las escuelas. Mataron el espíritu de Mevir, o sea, del propio movimiento. Ahora hacen casas en la ciudad. El Frente Amplio gobernó Montevideo 26 años fomentando los asentamientos irregulares. Fuimos testigos en la administración de Olivera y también como oposición nacional. Hoy posan de ordenadores del territorio. ¿Doble discurso? En ese “corso contramano” que trajina en sus mentes, ni descentralizan ni ordenan. Un fracaso envuelto en la improvisación y la mentira.
En la década del 70, la población rural era del 17%. Pasaron 40 años de los que el Frente Amplio lleva 12 en el gobierno y no solo no se revirtió esa situación, sino que ahora dicen que queda el 5%. Suponiendo que es cierta la intención de descentralizar, ordenar y poblar, evitando la migración campo-ciudad, fracasaron rotundamente. Un pedido urgente: ayuden y cuiden la clase media para que procree y crezca. Es la levadura que hace crecer los países. Aún así, contra todo, las escuelas rurales dispersas por nuestra campaña siguen siendo “puestos de avanzada” de instrucción y cultura que todavía albergan 18.500 niños. Todo eso con base en el profesionalismo y sacrificio del magisterio rural. A ellos nuestro reconocimiento y los mejores deseos de éxitos personales y colectivos, que son, al fin, los del país mismo.
Ing. Agrim. Ramón Appratto Lorenzo
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