Paysandú, Martes 06 de Septiembre de 2016
Opinion | 30 Ago En las últimas horas el presidente Tabaré Vázquez anunció en Fray Bentos que el gobierno saldrá a buscar inversores fuera del país para financiar la parte de infraestructura del proyecto de instalación de la segunda planta de celulosa de UPM, que se ubicará cerca de Paso de los Toros, en el Departamento de Tacuarembó, que es una condición sine qua non para posibilitar este emprendimiento en el centro norte del territorio nacional.
En este caso la inversión para hacer realidad la tercera plante de celulosa en el país rondará los 5 mil millones de dólares, y ya en detalle, debe tenerse presente que el acuerdo alcanzado entre el gobierno y UPM establece que la empresa financiará la inversión de 4 mil millones de dólares y el estado uruguayo invertirá U$S 1.000 millones en infraestructura.
El mandatario adelantó que viajará España, Alemania y China con el objetivo de interesar a inversores para las obras de infraestructura que requiere el proyecto de la planta, apuntando a que a través de sus capitales se integren al desarrollo del plan estratégico en infraestructura que anunció el año pasado cuando asumió el gobierno.
En aquel entonces se comprometió a priorizar la recuperación, mantenimiento y desarrollo de la red carretera y ferroviaria, así como de puertos y aeropuertos, pero en este caso el leit motiv será posibilitar con infraestructura la viabilidad del proyecto de la planta de celulosa, cuyo aspecto crítico es precisamente el de contar con una logística adecuada para recibir materia prima y luego sacar el producto semiterminado, con destino de exportación.
Igualmente, Vázquez adelantó que dentro del proyecto de UPM, el gobierno ya ha llamado a licitación por el mecanismo de Participación Público Privada (PPP) para la construcción y reconstrucción de siete puentes sobre el río Negro y para la reconstrucción ferroviaria desde Durazno hasta el puerto de Montevideo. "Esto ya se está llamando y para esto ya está el capital para poder llevarlo adelante", dijo a la vez de anunciar que en quince días comenzarán las reuniones bilaterales definitorias con la empresa multinacional.
A propósito de esta perspectiva de promover inversión anexada a la construcción de esta industria, es de señalar el cambio de postura del actual partido de gobierno, que cuando estaba en la oposición, bajo el eslogan del “no a los piratas” capitalistas extranjeros que sus publicistas representaban con el parche en el ojo y todo, rechazaba toda “injerencia” de estos capitales y de los organismos multilaterales de crédito, como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, los recibió y alentó a participar con su dinero, cuando pocos años antes había incluso promovido un plebiscito contra la supuesta venta y hasta asociación de empresas estatales con el capital extranjero, porque evidentemente es imposible para un país como Uruguay intentar un mínimo desarrollo con los recursos que percibe el Estado de los tributos y eventualmente del endeudamiento por toma de capitales, cuya amortización también sale del bolsillo de todos nosotros los contribuyentes.
Nadie con dos dedos de frente puede dudar que la postura que realmente atiende el interés general es la que ha asumido la izquierda ya al frente del gobierno, que está en las antípodas además de los planteos que adoptó su bancada en la oposición, que estuvo en contra de la ley forestal y de la instalación de las plantas de celulosa que sin embargo ha respaldado y promovido en el ejercicio del gobierno.
Y una muestra de la repercusión positiva de tales inversiones se percibe a través de la reacción eufórica en Tacuarembó por el anuncio de la instalación de esta tercera planta. En Paso de los Toros, población de 15 mil habitantes, la noticia generó gran expectativa por cómo se reflejará la inversión privada más grande a concretarse en Uruguay.
En este contexto, en los últimos días creció la demanda de terrenos en los alrededores de la ciudad, y ya son pocos los predios disponibles. En el área netamente del negocio inmobiliario, y tal como ocurriera en su momento en Fray Bentos y en Conchillas, zonas en las que se instalaron las dos anteriores plantas de celulosa, quienes hoy alquilan propiedades en la ciudad buscan casas para comprar porque consideran que en poco tiempo el precio de los arrendamientos se irá por las nubes.
Asimismo, según da cuenta El Observador, en los agentes inmobiliarios "hay mucha expectativa" desde el anuncio del gobierno y en los últimos días se percibe un movimiento inusual, "con mucha gente que no es de acá", de acuerdo a lo manifestado por fuentes del sector, con interesados preguntando por terrenos, locales comerciales y casas.
Y aquellos que tenían los ojos puestos en algún negocio inmobiliario ahora apuran el paso para comprar antes de que la --por ahora pronosticada-- escalada de precios se instale.
Pero debe tenerse presente que como consecuencia de la ley de la oferta y la demanda, estamos en un período de efectos distorsivos en el mercado, porque aparece ya la espuma de las acciones previas y paralelas a la inversión en el período de construcción. Ocurre que este no es el escenario de efecto duradero ni mucho menos, sino la creación esperada de demanda de infraestructura y fuentes de empleo --se estima en unos seis a ocho mil puestos temporarios-- que se extiende por unos pocos años, para luego despejarse y dar paso a una realidad que es rotundamente distinta.
Y la realidad es que el efecto beneficioso de la inversión no debería quedar limitado a lo que han sido las anteriores plantas, donde la logística de apoyo es el factor de mayor presencia en el tiempo, sino que el verdadero desafío radica en la inversión colateral que conlleve el procesamiento a la madera, que hasta ahora ha estado prácticamente ausente en el Uruguay.
Tacuarembó es el lugar donde precisamente siguen funcionando aserraderos y plantas de contrachapado, que procesan apenas un mínimo porcentaje de la materia prima que proviene de buena parte del millón de hectáreas forestadas en el país.
Vázquez ha hablado de posibles plantas de papel y de fábricas de cartón como eventuales inversiones conexas, para lo cual además se requiere mucha energía en las plantas de procesamiento.
Con todo, y a pesar de no pasar de un enunciado y estar todavía en una nebulosa, la misión que cumple el presidente en sus visitas a Europa y China debería encaminarse a explorar alternativas en estas áreas, además de la infraestructura, porque es la gran materia pendiente en la cadena de explotación de la madera.
No podemos seguir perdiendo el tren y patear una y otra vez la pelota para adelante, para ver si un día por casualidad recibimos las inversiones que desde hace décadas estamos reclamando como factor diferencial para no seguir solo exportando materias primas o productos semielaborados, sino generar los puestos de trabajo que tanto necesitamos dentro de fronteras.
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