Paysandú, Sábado 10 de Septiembre de 2016
Rurales | 07 Sep Sin ser similar al brutal impacto del temporal de setiembre de 2013, la sucesión de días fríos, lluviosos y por momentos de fuerte viento causó la muerte de miles de corderos recién nacidos, aunque un menor porcentaje de ovinos adultos, de acuerdo con las primeras estimaciones recogidas por EL TELEGRAFO ayer.
“Lamentablemente, asistimos a otro temporal con condiciones adversas de lluvias, frío y viento sostenido en los últimos cuatro días”, manifestó a EL TELEGRAFO el doctor Adolfo Casaretto, jefe del Área de Transferencia del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Además, reconoció que, en general, “y con respecto a la mayoría de los corderos que han nacido en las últimas 96 horas, hay un porcentaje de mortandad perinatal importante”.
De todas maneras, el profesional indicó que “no tenemos sucesos importante de muertes de adultos, algún caso esporádico de menor cuantía, pero en los casos que presentan parición en un pico están afectando los porcentajes de procreos”.
El profesional explicó que un temporal de estas condiciones “es muy difícil para el manejo de los ovinos en productores grandes o con escalas extensivas”.
La institución “está trabajando mucho con el tema de parideras para productores chicos e intensivos, o con alto valor genético, pero igualmente, tras cuatro días de estas inclemencias, se hace difícil preverlos y solucionarlos”.
Casaretto explicó que “el grueso de las esquilas preparto ya habían sucedido hace algunos días y buena parte esquila con peines altos y deja un remanente de lana en el lomo del animal, que ayuda en estas instancias de temporal”.
Consideró que, en general, la majada “estaba en buen estado, porque había venido un golpe de verde por las altas temperaturas de agosto y eso determinó que no tengamos insucesos importantes en animales recientemente esquilados”.
En la medida en que se restablezcan las condiciones normales del clima, que se concretarían a partir de este miércoles, con temperaturas en ascenso y algunos días soleados, “va a recuperar la vitalidad de muchos corderos”, precisó el técnico del SUL.
Varios productores consultados no quisieron brindar cifras exactas, pero coincidieron en manifestar que “la mortandad es grande de los corderos que nacieron en los últimos días, porque en campos de mayores extensiones lograron un mayor control en la parición”.
PASO DEL PARQUE
De acuerdo con el relevamiento efectuado ayer, una de las zonas más afectadas del departamento fue Paso del Parque, al norte y limítrofe con Salto, donde la majada de muchos productores estaba pariendo desde la semana pasada.
De unos 3.500 vientres encarnerados, el establecimiento “Los Manantiales” llevaba, hasta el lunes, algo más de 200 corderos cuereados, muertos a causa de la inestabilidad climática.
“Venimos de soportar la muerte de más de 500 corderos y 70 ovejas durante el temporal de 2013 y ahora esto”, lamentó la familia Pérez Jones. “Es otro golpe que debemos soportar a causa de los temporales que cada vez son más fuertes”, indicaron.
En el caso de “Atalaya”, de Carlos Artía, hasta el sábado llevaba más de 40 corderos muertos y un par de ovejas, “pero hasta que no vuelva no llamo, porque no quiero amargarme más, pero sé cómo es la realidad”, dijo a EL TELEGRAFO el productor.
“Los animales, cuando llueve muy fuerte, una noche la pasan, pero cuando ya son más de tres días no aguantan, fundamentalmente los corderos recién nacidos mueren”, dijo. “Hasta que esto no termine, no se sabe cuántos animales han muerto”, apuntó.
Expresó que algunos productores “apuestan a la parición temprana y entonces cuando llegue Santa Rosa, los corderos ya están más fuertes y pasan el temporal. En cambio, hay otros productores que dicen 'vamos a encarnerar después del temporal' y nunca se sabe cómo será de grande y cuándo va a llegar”.
Pero subrayó que en estas condiciones “no hay vueltas. Si a nosotros bien abrigados y bien comidos nos da frío, imaginate cómo pasan los animales, con campos que no tienen mucho pasto y buscando el abrigo que los puedo resguardar del frío”.
En su caso particular, explicó que a la esquila “ya la había terminado hace varias semanas y la majada está fuera de peligro, pero sé que a nosotros y a mucha gente les mató muchos corderos el temporal”.
“HACÉ VOS LA CUENTA”
Un productor de la zona de Andrés Pérez nos dijo: “Hacé vos la cuenta, porque yo ni ganas tengo de hacerla, pero llevamos entre 40 y 50 corderos muertos por día desde el viernes. En donde tenemos algo de refugio se murieron alrededor de 20 por día, pero en otro campo más llano son entre 40 y 50, y desde el viernes a hoy superamos los 30 corderos muertos al nacer”, manifestó con gran desilusión.
EL TEMPORAL DE 2013
En oportunidad del gran temporal de setiembre de 2013, superior al de estos días por la fuerza y mayor volumen de las precipitaciones, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, había estimado en alrededor de 50.000 los ovinos muertos en el país. En ese momento, el secretario de Estados había indicado que “es el 0,6% de mortandad de animales. Si lo miramos en términos globales, eso está dentro de lo normal. El problema es que afectó puntualmente a algunos productores”. El evento climático que derivó en la mortandad de animales afectó a entre 250 y 300 productores.
Los departamentos que presentaron más denuncias fueron Salto, Tacuarembó, Paysandú y Artigas. También sufrieron los efectos del clima los productores de Rivera, Cerro Largo y Treinta y Tres.
En Paysandú, fueron más de 10.000 los lanares muertos a causa del temporal. En la zona de Guichón, Piñera, Merinos y Tres Árboles, fueron varios los productores con pérdidas que van desde los 200 y hasta los 700 animales.
Por su parte, el entonces presidente del SUL, el licenciado Joaquín Martinicorena, había indicado que fue “un temporal histórico y único”, con epicentro en los departamentos de Paysandú, Salto, Artigas y Tacuarembó. De acuerdo con datos estimativos y primarios, causó pérdidas por encima de los U$S 2,5 millones.
Productores consultados por EL TELEGRAFO no podían creer, en esa oportunidad, cómo animales con más de 30 días de esquila y bien alimentados, incluso en algunos lugares con una lluvia arriba, morían acalambrados a pesar de estar en lugares especialmente acondicionados en el campo para afrontar este tipo de fenómenos.
La coincidencia es que fue un temporal que prácticamente nadie ha visto, de cinco días muy fríos, con lluvias por momentos muy fuertes, al igual que el viento, que imposibilitó comer a los animales en campo abierto y que determinó que fundamentalmente los corderos con pocos días de nacidos no tuvieran posibilidades de subsistir.
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