Paysandú, Domingo 11 de Septiembre de 2016
Locales | 07 Sep Las certificaciones médicas representaron al Banco de Previsión Social (BPS) en subsidios por enfermedad y complemento de accidentes de trabajo un costo de 150 millones de dólares durante 2015, y cifras levemente inferiores en 2014 y 2013. Cuando un trabajador se certifica recibe una prestación económica por el valor del 70% del total de sus remuneraciones. El subsidio se cobra a partir del cuarto día de certificado por enfermedad y en caso de estar internado el trabajador lo recibe desde el primer día.
Esta situación determinó que en el BPS se denunciara ese creciente gasto y ya se anunció desde el instituto de seguridad social que se nombrará un gerente de administración de salud, y contratará 20 médicos certificadores, diez para Montevideo y otro tanto para el interior.
Por su parte, el Colegio Médico del Uruguay (CMU) está tomando posición sobre el tema, y comenzó en Montevideo con una jornada denominada “Certificaciones médicas y la ética profesional”, la que se repetirá el 8 de octubre en Artigas con médicos de Paysandú, Salto y el departamento norteño.
LA OPINIÓN SANDUCERA
Los médicos de la región norte del CMU “vemos con preocupación el tema de las certificaciones porque, como es público y se está abordando a nivel nacional, debemos solucionarlo de alguna manera”, dijo a EL TELEGRAFO el delegado del Colegio Médico en Paysandú, Germán Echenique, al afirmar que “no es un problema exclusivamente médico, pero sí es algo que al colectivo médico le preocupa”.
Entre los problemas que se presentan a los médicos, está “la presión social pero hay otros” por lo que “hay un mal uso del certificado; hoy en día el certificado médico es casi una mala palabra, pero en realidad es muy necesario - hay que saber hacerlo”.
Por ejemplo, explicó que “no todas las patologías tienen el mismo tiempo de recuperación, por lo que hay que tener un entrenamiento para emitir correctamente un certificado”.
NO HACER MAL USO Y ABUSO
A su juicio, “todos precisamos un certificado médico en algún momento, el hecho es no hacer un mal uso y abuso”. Entre las razones que puede haber, mencionó “algo de desconocimiento del médico, también algo de presión social porque puede haber gente que quiere tomarse más días de lo que corresponde, pero hay que ser consciente que es un servicio (del BPS) que todos lo pagamos, y cuanto más tiempo esté la gente mal certificada, más caro nos sale a toda la sociedad. Hay que ser consciente de eso, y es lo que trataremos de hacer en octubre en Artigas”.
Dijo que “en principio vamos a informar sobre el tema al colectivo médico sobre lo que es en realidad el verdadero uso del certificado médico, y una vez que estén todos informados y haciendo bien las cosas, hay que hacer difusión en la población de lo que es el certificado, lo que será probablemente a fin de año o principio del que viene”.
HAY VARIOS CERTIFICADORES
En Paysandú hay varios médicos que se dedican laboralmente a la supervisión de las certificaciones médicas, como por ejemplo en la Intendencia Departamental, en el Hospital Escuela del Litoral, en Paycueros, Jefatura de Policía, el Ejército e incluso la Inspección de Primaria, pero “el certificado médico lo emite cualquier colega, lo que hacen esos médicos es refrendar esos certificados que son emitidos por el médico tratante”. Esos médicos certificadores oficiales no tratan al paciente para saber exactamente su situación, sino que “solamente refrendan el tiempo que tiene que estar en reposo según el médico tratante del paciente, y que fue presentado en el BPS”. De todas maneras, los médicos “hemos tratado el tema por teleconferencias o en conferencias personales realizadas en diferentes lugares del país”, y ya van tomando posición.
OPINIONES DESDE LA CAPITAL
Mientras tanto, en Montevideo ya se conocieron varias opiniones sobre el tema, generadas en el encuentro del CMU. Participaron Hugo Rodríguez, director del Departamento de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República e integrante del Tribunal de Ética del CMU; Fernando Tomassina, decano de la Facultad de Medicina y director del Departamento de Salud Ocupacional; y Juan Errandonea, asesor jurídico del CMU. También asistieron Gustavo Grecco, en nombre del SMU, y María del Rosario Oiz, en representación del BPS. Durante su exposición, Rodríguez indicó que la certificación es un motivo de preocupación permanente para la cátedra que dirige, por los problemas éticos y legales que genera en la práctica. “Otro tema importante es que los médicos estamos sometidos a una fuerte presión social para que certifiquemos hechos que no nos constan”, señaló en relación a los frecuentes casos de solicitud de informes para justificar ausencia laboral o a nivel educativo. También dijo que esto es un problema cultural que no solo incluye a los médicos, “es de los uruguayos, los médicos, los trabajadores, los liceales y las mamás de los escolares. Todo el mundo cree que es normal pedir un certificado falso y está naturalizado”, afirmó.
ESTÁ PENADO POR LEY
Errandonea repasó las consecuencias penales de una certificación que no es veraz y que está específicamente establecida como un delito de falsificación ideológica con pena de prisión. En el plano ético, apuntó que también hay sanciones y que la acción está regida por el Código de Ética Médica, que establece como falta la realización de informes falsos o tendenciosos y de certificados por complacencia con el paciente.
“No se trata solamente de reprimir las eventuales conductas individuales, sino que debería abordarse un cambio del sistema de contralor que está teniendo el BPS en este momento”.
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