Paysandú, Domingo 11 de Septiembre de 2016
Rurales | 11 Sep El economista Ignacio Munyo catalogó al presente año como “perdido”, al tiempo que observa “perspectivas optimistas en el corto plazo, porque el próximo año será mejor que este. Estamos viendo un crecimiento superior al 1,3% del Producto Bruto Interno (PBI) para el año que viene, cuando este año el crecimiento va a ser cero prácticamente”, dijo al analizar la situación actual del país.
En diálogo con EL TELEGRAFO tras disertar en el cuarto ciclo de charlas de Louis Dreyfus Company (LDC) realizado en el Golf Club Paysandú, Munyo se mostró “pesimista en el largo plazo”, porque ahí es donde “ya los factores externos no son tan relevantes, sino que importa lo que estamos haciendo nosotros y ahí comienzan a jugar los cuellos de botella a la productividad que tenemos”.
Subrayó que “son muy fuertes en materia educativa, en la capacitación de mano de obra, en materia de inserción internacional y la posibilidad de libre comercio con países avanzados”. Fundamentalmente resaltó que el costo del Estado, “a través de las empresas públicas, no ha tenido una mejora muy sustancial en materia de eficiencia operativa, sí en materia de resultados”.
Esta situación se plantea “ante un panorama en donde hay cambios fundamentales en el tipo de trabajo que se está realizando y con la robotización de la mano de obra, que es uno de los fenómenos que hoy se discute a nivel internacional y que ya llegó a Uruguay”.
Respecto a la mano de obra, mencionó dos problemas. “Tenemos una regulación que no está adaptada al nuevo mercado de trabajo, en donde debe ser más flexible en materia de horarios, de remuneraciones fijas, variables y extras”.
Señaló que Uruguay posee una regulación laboral que es nueva porque tiene pocos años --de fines del siglo XIX y principios del siglo XX-- pero no se adapta al siglo XXI en materia de automatización de la mano de obra.
También se refirió al problema de la calidad de la mano de obra. “De acuerdo con lo que indican los estudios internacionales, la mitad de las personas que ingresan al mercado de trabajo de Uruguay --de 15 años están ingresando-- no tiene la capacidad para generar valor a las empresas; no tiene la capacidad de resolver problemas complejos; cuando se debe razonar, la mitad de las personas no puede solucionar los inconvenientes, por más simples que sean”.
AJUSTE FISCAL
El ajuste fiscal que se discute y que entrará en vigencia a partir de enero del próximo año “ha generado mucho ruido y malos humores, en un momento en donde tenemos cambios de vientos positivos”, explicó Ignacio Munyo.
“Desde el entorno externo, tenemos un aumento de la carga tributaria a los sectores más elevados del IRPF y a las empresas, que genera falta de incentivos a la inversión, porque más allá de que se pueda recaudar un poco más, hay que ser conscientes de que esto rebota en una menor recaudación futura, porque habrá menor actividad y menor inversión de la que habría en igualdad de condiciones si no estuviera este cambio de aumento de impuestos que habría a partir de enero del año próximo”.
Y agregó que en la evolución del PBI en la actividad económica “dos terceras partes se juegan en variables de afuera. Condiciones financieras internacionales, commodities y la actividad en la región”.
“En materia interna y con los cambios impositivos que estamos imponiendo, vamos a tener una reacción más lenta a un entorno externo más favorable que el que podríamos haber tenido si el ajuste fiscal se hubiera dado más por el lado de las gastos y no tanto por el lado de la suba de impuestos”, aseguró Munyo.
BRASIL
Indudablemente Brasil es uno de los países más importantes para la economía uruguaya, al ser el que recibe el mayor volumen de lo que se exporta en varios rubros, especialmente en lácteos y granos.
Respecto a la situación interna de Brasil, Munyo dijo que es “claro que se tocó fondo, porque ese país ya está mirando para arriba y se ven brotes verdes en los indicadores económicos. La confianza del consumidor está subiendo y las proyecciones de actividades para el año que viene se ajustan hacia arriba todas las semanas, hablándose de 1,2% de crecimiento”.
Más allá de aclarar que este año la caída será “relevante”, hace unos meses “se pensaba que la economía caería 4% y ahora se habla de que caerá 3% en 2016”. Entiende que se debe a “una conjunción de factores económicos y políticos que vinieron con anuncios muy relevantes, porque más allá del cambio de gobierno --el actual ya consolidado--, durante el interinato hizo anuncios relevantes con respecto a temas de fondo de la economía brasileña, como por ejemplo ponerle un techo al gasto público”.
También mencionó “una reforma constitucional para darle más autonomía al Banco Central de Brasil y evitar que la política se meta dentro de las decisiones macroeconómicas que deben ser tomadas con autonomía del citado banco”. Profundizó que “esto genera mucha confianza a nivel internacional”.
Esto se suma al ajuste del tipo de cambio que determinó que la nación norteña se abaratara con respecto a sus socios comerciales, cerrando hoy su desequilibrio comercial, aumentando las exportaciones y cayendo las importaciones.
Aclaró que Brasil tiene un sistema financiero “sólido y que durante la crisis política no se resintió. Los bancos están con niveles muy altos de liquidez y bajísimos niveles de morosidad, menores al 5%, a pesar de tener dos años --2015-2016-- muy malos de actividad económica, que determinó la mayor caída desde 1930”.
ARGENTINA
En cuanto a la situación en Argentina, Munyo entiende que la recuperación “está más demorada que lo pensado. Desatar todos los nudos que quedaron de la administración anterior a este gobierno le está costando mucho trabajo, pero hay que reconocer que lo está haciendo de forma exitosa”.
Aclaró que los nudos externos se solucionaron más rápido. Mencionó “los fondos buitres y el cepo cambiario, pero el tema de las tarifas ha sido una piedra gigantesca para la administración de Macri”.
Si se observan las proyecciones de los analistas argentinos, “el consenso es que 2017 será un año mejor que este, con un crecimiento estimado del 3%, sustentado en un impulso que viene de la mano de la inversión y está en niveles récord desde 2003”.
Hoy Argentina tiene “mucho para ofrecerles a los inversores del exterior, lo que contrasta bastante con la situación de Uruguay”. Para eso citó el ejemplo de la energía eólica. “Argentina no tiene nada desarrollado y es muy atractivo, a diferencia de Uruguay donde este proceso se inició hace bastante y está prácticamente cerrado”.
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