Locales | 14 Sep Éxito de público e incertidumbre económica, junto a la cancelación horas antes de sus actuaciones de algunos artistas y la anulación del evento principal (el “Súper Peón”), pautaron la primera Fiesta Nacional del Peón Rural, que se realizó el fin de semana pasado en El Eucalipto. Estimaciones oficiales cifran en 3.000 personas la concurrencia y otras cifras, como la venta del asado de tres vaquillonas, la cantidad de bebidas y otros rubros de venta, sostienen el éxito alcanzado.
Así lo valoró a EL TELEGRAFO el coordinador de la Junta Local de El Eucalipto, Elisandro Rosano, quien dijo que “vivimos una hermosa fiesta; mucha gente, muchas actividades en el escenario y las de campo también. Estamos muy contentos, aunque el dinero --creemos-- apenas llegará a pagar todos los gastos”. Agregó que “no se cobró entrada y muchas familias antes que comprar dentro del predio trajeron sus comidas y bebidas. Evaluamos con la comisión que si se hubiera cobrado entrada el resultado económico hubiera sido excelente”.
“Los estands trabajaron muy bien, se vendió todo, Hugo Webber cobró todo, sacó su porcentaje y el dinero que nos entregó nos ayudó a cubrir otros pagos”, explicó Rosano. Informó que “ya se ha pagado todo el escenario (artistas, amplificación, iluminación), seguridad, cocinero, asador, Pilsen. Solamente nos queda cubrir la compra de Nix”.
No obstante, tres números artísticos, el central, Abriendo Camino, Los Cantores del Palmar y Karina Muniz fueron cancelados horas antes que iniciaran viaje a El Eucalipto. Representantes de los dos primeros grupos confirmaron su situación a EL TELEGRAFO. Karina Muniz había sido designada madrina del festival.
Sergio Generalli, quien fue coorganizador, encargado de Prensa y de Relaciones Públicas, sostuvo que “las diferencias económicas que pueden aducirse se deben a que en abril la cotización del peso argentino estaba en el entorno a $1,50 y en setiembre la moneda argentina cotiza a $2,00. Cosa que al parecer el coordinador de la Junta (Local) nunca tuvo en cuenta, en virtud de que nunca respondió a los materiales que le fueran enviados por mail”.
Asimismo, explicó que “la no actuación de los conjuntos Abriendo Camino, Cantores del Palmar y Karina Muniz no fue decretada por el coordinador de Prensa y Relaciones Públicas; sino que la determinó la gente que estaba a cargo del manejo de las finanzas en cantina, quienes indicaron repetidamente que no había dinero. Con ese informe y a la vista de los hechos --aportar los viáticos a los artistas era poco menos que un parto-- informé a los responsables de los mencionados conjuntos que no estaban dadas las garantías mínimas para que pudieran cobrar sus honorarios. Ante el desafío de hacer 100 kilómetros en mala ruta, actuar y no cobrar, se les liberó del compromiso. Consta que la madrina del evento, Karina Muniz, y su representante, el señor Juan Muniz, hicieron todas las rebajas económicas posibles y hasta propusieron trasladarse a la fiesta por sus propios medios. Sus propuestas fueron rechazadas aduciendo que no había dinero”.
En cuanto a las causas de la suspensión del certamen del Súper Peón, Generalli indicó que “no se sabe a ciencia cierta qué fue lo que la determinó”.
Consultado por EL TELEGRAFO sobre posibles irregularidades en la administración de los ingresos, Generalli dijo que “si existieron o no fugas de dinero no puedo decirlo pues estaría opinando de algo que no conozco. Pero creo que sería muy bueno que se auditase a fondo y se hiciera público en los medios a fin de que quienes apoyaron la fiesta con donaciones, puedan saber el resultado económico de la misma”.
Asimismo subrayó que “yo no cobré remuneración económica, hasta hoy, como no ser algunos litros de gasoil para el traslado al pueblo centro del evento a requerimiento de los organizadores. Y tuve que poner de mi propio peculio dinero para cubrir gastos que no me correspondían”. Generalli había pactado el 25% de todo lo que generara por publicidad, en premios o efectivo. Asimismo donó la comisión por venta de artistas.
No obstante, y por eso la pregunta, otra fuente que solicitó anonimato “porque vivo en El Eucalipto” aseguró que “hubo un enorme desorden en la cantina. Cualquiera cobraba, cualquiera despachaba, cualquiera tomaba lo que quería. Si no faltó dinero, voy a empezar a creer en milagros”.