Policiales | 13 Sep Impotencia, dolor y sobre todo miedo, es lo que siente un matrimonio sanducero que fue víctima de los malvivientes por sexta vez en el año.
La última “fue peor”, dijo el dueño de casa, ya que --además de llevarse pertenencias de la familia--, el o los malhechores lo hicieron cuando ellos se encontraban descansando.
“Uno se queda con una sensación tan fea. Emocionalmente es un golpe muy fuerte. Pensar que entraron a tu casa a robar estando uno acostado”, relató a EL TELEGRAFO Alberto Sabatella, de 60 años.
Como si hubieren sido seleccionados por los delincuentes, el damnificado relató que les han robado de todo.
“Desde herramientas de trabajo que teníamos en dos galpones hasta algo tan irrisorio como los cereales que comen las cuatro gatitas que tenemos”, sostuvo. “Lamentablemente es el sexto que tenemos en lo que va de este año. Los robos comenzaron el 13 de marzo, después el 23, en abril, en julio y en agosto. Pero el de anoche fue el más triste porque entraron estando nosotros durmiendo”, mencionó, sin salir del asombro.
HASTA LA CÁMARA DE SEGURIDAD
La finca elegida por los dueños de lo ajeno está ubicada en las inmediaciones de Joaquín Suárez y Washington.
“La situación se ha puesto muy complicada en esta zona. Hace pocos días, a la vecina de al lado le robaron la moto desde la vereda, a otro de enfrente también le han llevado cosas. Hemos pensado en pagar algún sereno entre los vecinos para que nos cuide, pero no se puede llegar a ese punto. Y hoy (por ayer) me llamó una vecina para contarme que en la noche del domingo un señor de la zona se encontró con un ladrón intentando entrar a su casa”, indicó.
“En el fondo que tengo un parquecito, en los galpones. Todas las herramientas de trabajo se llevaron, desde pinzas, tenazas, cortadoras de cercos y otras, algunas que las había heredado de mi padre. Un reloj antiguo que tenía con la hora en que falleció mi padre y un candado de bronce que era de él. Dos veces se llevaron las bolsas de 8 y 10 kilos de comida de las gatas que tenemos, que duermen en uno de los galpones, y que por suerte no les ha pasado nada”, mencionó Sabatella.
Asimismo, mencionó que luego del cuarto robo optaron por instalar una cámara de seguridad en el patio. “Estaba orientada hacia los galpones. Duró uno o dos días y nos la robaron. En la grabación se ve que el ladrón entró y cuando vio la cámara se cubrió la barbilla. Después la iluminó con la pantalla del celular y la arrancó”.
En tanto, respecto al último robo, el damnificado dijo que volvió a su casa, junto a su esposa, próximo a las 2 de la mañana. “Habíamos ido a ver la murga Agarrate Catalina y después tomamos algo en el bar pegado al teatro. Llegamos y nos acostamos como siempre. Tengo todo con rejas, cerrado y prolijo. Hoy (por ayer) de mañana, cuando me levanté vi la mesa del comedor sin mantel, me llamó la atención, y cuando miré el rack de madera estaba limpito, sin el televisor”, detalló.
Para cometer el hurto, los malvivientes tomaron un lampazo “de esos largos de dos metros y algo”. “Sacaron desde la mesa del comedor un canasto con las llaves, que estaba sobre la mesa, y desde ahí accionaron todo. Tiraron un mantelillo individual que estaba bajo la canasta y ahí abrieron la reja. Entraron a la cocina y el comedor. Lo que nos robaron esta vez fue un televisor LED de 32 pulgadas, dos celulares que habíamos dejado cargando, una canasta tipo frutera que era traída de Alemania, con las frutas incluidas, un recipiente con tres kilos de jabón en polvo que habíamos repuesto el viernes, una campera de nailon de mi señora, el mantel y hasta 190 pesos en cambio que habíamos recogido de una venta de bolsas de papel que hacen chicos con capacidad diferente, con los que trabajamos y habíamos estado vendiendo en la playa esa tarde. No perdieron nada, porque salí y no encontré nada en el camino como pauta de por dónde agarraron”, relató Sabatella.