Paysandú, Lunes 19 de Septiembre de 2016
Policiales | 12 Sep Desde 2013, luego del tristemente célebre caso de la Casita del Parque, Paysandú cuenta con un equipo de profesionales, dependiente de INAU, que atiende y orienta a víctimas de explotación sexual.
Este trabaja activamente con una población que abarca mujeres, hombres y trans, cuyo rango etario predominante es de 15 a 17 años, aunque han atendido casos con menores de 10 y 12 años.
En su mayoría, estos son explotados por integrantes de su propio entorno familiar, lo que hace más difícil generar el vínculo de confianza necesario para el abordaje de las diferentes situaciones, explicó a EL TELEGRAFO la licenciada en Trabajo Social Andreina Arévalo.
“El INAU ha venido trabajando con la explotación sexual desde que se tiene conocimiento y en diferentes modalidades. Este equipo que funciona hoy está desde 2013, cuando se dio el episodio (de la Casita del Parque) de público conocimiento en Paysandú. El poder judicial nos asignó la intervención con estas chiquilinas que fueron víctimas de explotación. Se empezó a visualizar que este es un tema que necesita un abordaje específico y con un tiempo prolongado. Hay que elaborar las demandas porque son menores con mucho daño, situaciones de maltrato o casos de abuso sexual y que están inmersas en la problemática y no lo están pudiendo ver. Entonces hay que elaborar con ellas y problematizar su situación y esto lleva mucho tiempo”, mencionó.
Agregó que lo que les ha dado resultado “en estos años es contar con una estrategia de mucho acompañamiento, de cercanía, de generar vínculos de confianza con las víctimas, porque en muchos casos la explotación está en conocimiento de su familia o de alguien muy cercano”.
Con este tipo de denuncias, INAU decidió contratar profesionales que trabajen especialmente con explotación sexual. “Actualmente, (INAU) tiene cuatro talleristas que son formados en educación social, operadores psicosociales, además de una abogada, que reciben denuncias de diferente manera; o las manda el Poder Judicial o a través de la línea azul (0800 5050).
Otras, como en este último caso que vino de un equipo de territorio que está trabajando con una familia y vio indicadores, por lo que se comenzó a trabajar. Contamos con el apoyo de un equipo itinerante que es la ONG El Paso, contratada por INAU, que está enfocado en trabajar en la sensibilización y capacitación de actores de diferentes instituciones que puedan hacer una detección y una primera respuesta a estas situaciones. Nuestro equipo lo que hace es empezar a hacer un proyecto de trabajo con las víctimas”, mencionó Arévalo.
Con el trabajo, “se busca diferenciar los casos de abuso y la explotación sexual, es decir donde existe una retribución a cambio de mantener relaciones sexuales o la generación de material pornográfico. Generalmente, las víctimas llegan después de haber vivido algunos daños que las hacen más vulnerables. Esto requiere mucho trabajo, porque debemos trabajar el empoderamiento, poder problematizar que están ante una situación de vulneración de sus derechos y esto lleva su tiempo. Ven a los adultos como personas que las vulneran y nosotros (el equipo) también lo somos, entonces al enfrentarnos con ellas no les queda muy claro, por temor, si vamos a ayudarlas o no”, precisó.
EN EL ÁMBITO RURAL
En tanto, la referente del equipo de trabajo de INAU destacó que muchas de las situaciones de explotación sexual ocurren en el ámbito rural, como el reciente hecho de Paraje Sauce de Buricayupí por el que seis personas --entre ellas, la madre de las menores-- resultaron encarcelados.
“Hay muchos casos de adolescentes que son explotados en la ruralidad con la complejidad que eso implica, tanto por el acceso a nuestro servicio como el trabajo en ese lugar. El hecho de que sea en lugares con poblaciones chicas, donde todo "se conoce", es también una forma de exponerlas en algún punto al trabajar y la dificultad con el traslado. La ruralidad tiene sus particularidades. El patriarcado está muy fuerte todavía. Tanto la violencia como la sexualidad son temas donde no se ha logrado avanzar respecto de la ciudad. Está como muy marcado el machismo, la mujer en lugar de objeto y es mucha más complejo”, sostuvo Arévalo.
Los profesionales que atienden a las víctimas cuentan además con talleres de orientación en su sede de Ituzaingó y Felippone. “También estamos en el teléfono 472 28144, que está disponible de 9 a 17 horas, donde cualquier persona que quiera hacer una denuncia o un planteo será atendida.
Igualmente está activa la Línea Azul (0800 5050), que es gratuita y anónima, donde se puede denunciar algún hecho o sospecha de vulneración de derechos de menores. Esas denuncias son atendidas máximo en 48 horas, pero se trata de que entre las primeras 24 horas se haga, por lo menos, un acercamiento de la situación”, manifestó la licenciada.
LÍNEA AZUL GRATUITA
El Departamento Línea Azul de INAU ofrece una línea telefónica de recepción de denuncias de cualquier tipo de maltrato --físico, psicológico, abuso sexual-- o forma de vulneración de derechos hacia niños y adolescentes.
Además de recibir las denuncias, a través de este servicio se brinda orientación y se interviene sobre la situación realizando derivaciones a distintas instituciones especializadas en el trabajo sobre dichas áreas.
El acceso a la atención es a través de la línea gratuita 0800 5050. Pueden llamar menores que se encuentren en un contexto familiar de maltrato, familias con problemas de abuso, padres con consumo problemático de sustancias o con patologías psiquiátricas o incapacitados para el correcto cuidado de sus hijos.
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