Policiales | 15 Sep Luego de casi dos horas de interrogatorio, la jueza penal de Cuarto Turno, Elsa Montín, resolvió el procesamiento con prisión del docente sanducero de 49 años que al atardecer del martes ultimó a su esposa de dos balazos, en la zona de chacras al norte de la ciudad.
Tal como informara oportunamente EL TELEGRAFO, la Policía tomó conocimiento de lo ocurrido a través de un llamado al 911, efectuado por el propio heridor, quien avisó que había efectuado dos disparos con arma de fuego contra su esposa, Alicia Margarita Andrioli Benítez. Al arribo de los efectivos a la chacra familiar, ubicada en las inmediaciones de camino Santa María y Calle 38, a unos 1.000 metros al norte de la planta de ALUR, avistaron al sujeto, de iniciales J.L.P.R., que aparentemente se retiraba de la escena.
Una vez que le manifestó a la Policía que había matado su esposa, fue detenido. Luego de ingresar al predio, los funcionarios policiales recorrieron unos 300 metros desde la portera hacia el oeste y, a unos 40 metros de la costa del arroyo San Francisco, hallaron el cuerpo sin vida de la señora. Se encontraba boca arriba y presentaba dos heridas de bala en el tórax. Mientras personal policial trabajaba en la escena del crimen, junto a integrantes del Comando de Jefatura, la jueza penal de Cuarto Turno dispuso que el cadáver fuese trasladado hacia la morgue departamental. En tanto, J.L.P.R. permaneció detenido en la Seccional Quinta, en cuya jurisdicción tuvo lugar la tragedia.

ADMITIÓ EN TODO MOMENTO
Por disposición de la magistrada no fue necesario cumplir con la reconstrucción del homicidio, ya que J.L.P.R. fue claro en admitir su responsabilidad y en precisar cómo se había suscitado el fatídico episodio.
Fuentes extraoficiales consultadas fueron unánimes al manifestar que el uxoricida (es decir, hombre que asesina a su pareja) no habría demostrado arrepentimiento ni puso excusas sobre lo acontecido. “Se mostró frío, con pocas palabras y con actitud de indiferencia hacia el crimen”, sostuvieron.
En la chacra se llevó a cabo un levantamiento de indicios que permitieran precisar con mayores detalles lo ocurrido. Mantuvo igual versión que la brindada inicialmente, alegando que hacía un tiempo tenía problemas de convivencia con su esposa y varias desavenencias. Asimismo, sostuvo que la discusión comenzó cuando se encontraban juntando leña, ocasión en que tomó la escopeta doble caño que llevaba consigo y le descargó dos disparos en el pecho, los que fueron efectuados a corta distancia.
Paralelamente, personal policial se hizo presente en la finca del matrimonio, en Washington al este, donde incautaron tres escopetas y una pistola Bersa calibre .22, con papeles al día e incluso el Título de Habilitación para la Adquisición y Tenencia de Armas (Thata). Trascendió que el hombre era asiduo concurrente al campo, donde participaba de actividades de caza, razón por la que contaba con varias armas.
Una vez en la sede penal, la magistrada dispuso el procesamiento con prisión de J.L.P.R., por un delito de homicidio especialmente agravado en reiteración real con un delito de tenencia no autorizada de arma de fuego. Finalizada la instancia, la Policía condujo al homicida al edificio de Policía Científica (previa vista por el médico) donde se confeccionó su prontuario y se lo trasladó hacia la Unidad local del Instituto Nacional de Rehabilitación, antigua cárcel departamental.