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Paysandú, Sábado 24 de Septiembre de 2016

Luz verde para la apertura comercial

Opinion | 23 Sep Recientemente, al defender posturas históricas que tuvo durante décadas el Partido Colorado en el ejercicio del gobierno, y aludiendo a las políticas económicas durante los gobiernos de José Batlle y Ordóñez y posteriormente de Luis Batlle Berres ya en la década de 1950, el expresidente Julio María Sanguinetti reconoció que las prácticas de encierro de la economía y políticas proteccionistas eran “hijas de ese tiempo”, y que ante la realidad, hacerlo en la actualidad, sobre todo para un país pequeño como Uruguay, sería suicida.
Es decir, en las actuales condiciones del comercio internacional la apertura de la economía, dentro de determinados límites y equilibrios, es un rumbo razonable a seguir, por encima de ideologías y porque la realidad ha resultado desastrosa para quienes han intentado aventuras colectivistas y/o populistas.
Por lo tanto debe evaluarse positivamente que el presidente Tabaré Vázquez, durante su visita a la Asamblea General de los Naciones Unidas, haya considerado en sus declaraciones ante la prensa internacional que su gobierno tiene intenciones de ampliar su horizonte comercial y concretar tratados de libre comercio (TLC) con China y Gran Bretaña.
Aludiendo a estas reflexiones, el presidente de la Unión de Exportadores, Alvaro Queijo, comentó a El Observador que esta postura se ve en el sector con muy buenos ojos porque significa aumentar recursos y los puestos de trabajo en el país.
"Uruguay es un país chico, necesariamente tiene que buscar abrirse al mundo y necesariamente, si quiere crecer y salir del status quo que tiene, necesita desarrollarse a través de las exportaciones", dijo.
Asimismo, el mandatario uruguayo, tras confirmar de primera mano en Nueva York con el presidente de Brasil, Michel Temer, la intención del país vecino de buscar una flexibilización del Mercosur que habilite a sus socios a firmar acuerdos comerciales en forma bilateral, aseguró que Uruguay ya está en la búsqueda de nuevos tratados de libre comercio.
Puede evaluarse a esta altura que su gobierno emprende una nueva ofensiva que tiene como objetivo establecer negociaciones con la mayor cantidad posible de países, una actitud que ha merecido desde siempre reparos de sectores radicales de la coalición de izquierdas y de la central sindical Pit Cnt, que tiñen sus alineamientos en matrices ideológicas por encima de toda otra consideración.
Al anuncio del inicio de conversaciones con China para lograr un TLC, el presidente Vázquez sumó la novedad de que el Reino Unido planteó negociaciones para llegar a un pacto de ese tipo, y en este sentido adelantó que “el Reino Unido nos adelantó ya su interés en ver si podemos lograr un acuerdo de libre comercio entre Uruguay y el Reino Unido. Todos esos caminos los vamos a explorar".
El presidente dijo que en la reunión que sostuvieron el lunes, el presidente de Brasil, Michel Temer, le transmitió que es partidario de "flexibilizar el proceso de integración de tal forma que permita a los países" buscar "acuerdos bilaterales", es decir de atender un reclamo uruguayo de muchos años, en cuanto a que el bloque regional permita la flexibilización en las relaciones comerciales para superar el corsé de comerciar dentro de la región, y sobre todo porque es prácticamente inexistente la complementación de procesos industriales e incluso de productos semielaborados, por lo menos.
Este planteo lo viene reiterando Uruguay desde hace varios años, pero no había encontrado eco suficiente en sus socios mayores, Argentina y Brasil. Incluso durante el período de gestión del excanciller Reynaldo Gargano, éste promovió la visita de su colega norteño para “explicar” en nuestro medio por qué no era posible que Uruguay firmara acuerdos de TLC con terceros países, en lo que fue una manifestación más de posturas ideológicas afines a los gobiernos “amigos” de la región.
Pero el encierro mercosuriano, sus graves problemas de funcionamiento, su falta de organicidad y deficiencias de institucionalidad han repercutido seriamente en el área de la negociación comercial, y las perspectivas de apertura hacia el resto del mundo a través del bloque ha sido prácticamente inexistente, al punto que el Mercosur no ha suscripto ningún acuerdo con otro bloque o región, y sigue en veremos desde hace casi veinte años por un tratado de estas características con la Unión Europea (UE).
Pero con el cambio de gobierno en la Argentina, y el más reciente en Brasil, con el ascenso de Temer –que en más de una oportunidad se ha manifestado en igual sentido–, el perfil ideológico del Mercosur ha tenido una reorientación saludable, al punto que Vázquez señaló en las últimas horas que "trabajamos en el seno del Mercosur, pero el espíritu que existe en este momento en los gobiernos" del Mercosur es "de una integración abierta".
Tan es así, que el jefe de Estado reafirmó que en su próximo viaje a China piensa avanzar en un tratado de libre comercio con ese país, que es el principal comprador de productos uruguayos.
El viaje de Vázquez está previsto para octubre, para seguir adelante en lo que debe ser considerado como una apuesta fuerte, teniendo en cuenta que el mandatario irá acompañado con una importante delegación empresarial y dos integrantes del Pit Cnt.
Debe evaluarse que este camino se inicia con un retraso significativo respecto a lo que han hecho otros países y regiones. Por ejemplo Australia, un competidor directo en los mercados internacionales de nuestros productos primarios de exportación, ya tiene en marcha un proceso de preferencias arancelarias que hacen que nuestros precios resulten más caros en el mercado chino.
Pero en este rumbo hay también una red de posibilidades, porque un tratado es una negociación de ida y vuelta, y ser más invadidos que lo que ya estamos por productos chinos es realmente difícil, por lo que el sentido común indica que tenemos más para ganar que para perder. Una de las posibilidades a explorar es la búsqueda de inversores de la nación asiática para por ejemplo financiar las obras ferroviarias a efectos de viabilizar la segunda planta de UPM a erigirse en las orillas del río Negro.
Otras alternativas son alcanzar o profundizar acuerdos comerciales con otros países como Chile (se firmará un TLC con ese país el próximo mes), Colombia, México y Perú, en tanto este año Vázquez viajará a España, Alemania, Rusia, Australia y algún país africano en busca de nuevos mercados.
Se abre por lo tanto una gama de posibilidades que en gran medida teníamos cerradas por los condicionamientos de un bloque regional que aún con la rémora e incertidumbre que implica Venezuela, gradualmente se va desembarazando de los obstáculos ideológicos para hacer lugar a la apertura comercial tanto tiempo ausente.
Y es de esperar que este golpe de timón no se frene por las resistencias internas que se han manifestado frecuentemente por una minoría que controla la fuerza de gobierno y que han frustrado instancias similares, con nefastas consecuencias para el país.


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