Paysandú, Lunes 26 de Septiembre de 2016
Rurales | 25 Sep El creep-feeding es una tecnología utilizada en el establecimiento “La Milagrosa” del técnico agropecuario Rosendo Laca Rodríguez, en la zona de Piedra Sola, departamento de Tacuarembó, que permite suplementar al ternero en forma diferencial.
El monitoreo que realiza el Instituto Plan Agropecuario en sistemas de cría vacuna establece que se aplican múltiples combinaciones tecnológicas en pro de mejorar los resultados productivos de los predios. Uno de los máximos esfuerzos realizados está centrado en la mejora de una de las variables que más impacto económico tiene, como lo es el peso al destete de los terneros.
El sistema ganadero de cría vacuna del citado productor se desarrolla sobre suelos de basalto con índice Coneat promedio 43, basado exclusivamente en el campo natural. Laca manifiesta que le llevó varios años ajustar y adaptar la tecnología al sistema hasta obtener los resultados esperados e incluso superar sus expectativas.
El creep-feeding se trata de la suplementación diferencial del ternero al pie de la madre, donde además de la leche materna y forraje, consume una ración especialmente formulada para esa etapa. Según Rosendo fundamentalmente habría tres factores claves a tener en cuenta: la infraestructura y el diseño de comederos, el producto o suplemento, y el manejo del rodeo y la logística.
En cuanto a la infraestructura, debe estar lista antes del primer parto del año. Se deben tener en cuenta cuatro aspectos clave a la hora de hacer las instalaciones: capacidad de comedero, ubicación, orientación y piso.
Según el productor, se observa que dado el tamaño de los potreros (desde 70 a 200 hectáreas), el comedero debería adaptarse a rodeos con 120 vacas y 120 terneros. La batea de las vacas debe tener determinada altura para que los terneros al crecer no accedan a ella. Esto depende del tamaño de ganado, lo mismo para la altura del corral de los terneros. Laca también considera sumamente importante utilizar una malla sombra doble por encima de la batea techada que cubra la mayor parte posible de los 25 metros cuadrados del corral.
Ello cumple tres funciones: proteger el producto de la humedad; generar protección y sombra, fomentando el confort de los terneros, y generar una barrera visual para la vaca, impidiendo que se tienten a acceder al comedero del ternero.
Los comederos deben ubicarse en el centro de los potreros. La ubicación en los extremos son menos visitados por el rodeo. Cuando no hay otra opción debido a la forma del campo, el comportamiento del rodeo no es el mismo. En ese caso conviene poner el rodeo parido cabeza de parición ya que los terneros son más pesados al destete.
Otro aspecto importante es que deberían estar cerca del agua y a la sombra. En ese sentido, considerar que las razas británicas son más exigentes en confort durante las altas temperaturas. Las razas cebuinas y sintéticas resisten temperaturas más altas o tienen un grado de confort más elevado, sostiene el productor.
Agregó que la orientación de la batea debe ser en dirección norte-sur. La de los terneros con preferencia debe quedar hacia el norte, porque los vientos predominantes son del sur. Se busca que el viento no impacte en forma frontal, sino de perfil.
El piso debe ser firme y bien drenado, sin presencia de barro y lo más plano posible. “El barro es el peor enemigo”, sostiene Laca.
SUPLEMENTACIÓN DEL TERNERO
Inicialmente se probó productos de distintas marcas y origen. “Durante nuestra experiencia, introdujimos algunas adaptaciones. Creímos importante variar la proteína del producto de acuerdo con la edad del ternero y la calidad forrajera de los campos”, sostuvo Laca.
“Al principio, para que los terneros empezaran a comer lo más temprano posible, les ofrecimos un iniciador. El iniciador es una ración, 100% proteína vegetal o ración para destete precoz. Luego no hacemos cambios bruscos, sino que gradualmente vamos mezclando con el producto específico recomendado para creep-feeding”, dijo.
SUPLEMENTACIÓN DE LAS VACAS
Al mismo tiempo, es imprescindible suplementar a las madres con sales minerales de acuerdo con lo acostumbrado durante todo el período de cría (desde que paren hasta el destete).
Ello aumenta la frecuencia de acceso a los comederos y que no sientan la tentación por comer la ración de los terneros, rompiendo así la instalación. Durante los primeros 60 días posparto, es recomendable utilizar un producto de buena calidad y con alto contenido de fósforo.
Al inicio se le ofrece ración peleteada de destete precoz de la mejor calidad y palatabilidad con 18% de proteína. Se disponen unos 3-4 kilos, bien distribuidos en la batea hasta que se constate el consumo.
En cuanto a la reposición del producto, se debe realizar en forma frecuente según la observación y si fuera posible, agregar melaza en polvo. El atractivo de la melaza es por el aroma o, en su defecto, algo de sal de las vacas como un condimento. El ternero tiene un sentido del olfato muy agudo.
A los 40 días, se debe comenzar a mezclar la ración con el producto específico para creep-feeding en partes iguales durante 20 días. Esta mezcla puede ser extendida en el tiempo hasta que los terneros tengan 140 kilos. Así, el peso objetivo puede ser logrado en menos tiempo consumiendo algo más de producto. Luego pasar gradualmente a utilizar el producto para creep-feeding exclusivamente.
A los 100 días, mezclar un núcleo proteico (40% de proteína, monensina, minerales y vitaminas) en una proporción de 1/3 y 2/3 del producto recomendado para creep-feeding durante 15 días. “Hasta ahí el consumo observado era muy bajo y buscando lograr más peso y ganancia decidí esta variante”, sostiene Laca.
Finalmente se debe mezclar partes iguales de núcleo proteico y el producto creep-feeding hasta el destete. La variante es considerando que la lactancia está en la etapa declinante y transcurre en un período en que las pasturas perdieron mucha calidad.
CONSUMO Y COSTOS ESTIMADOS
En cuanto al consumo de los terneros, comienzan comiendo 10 gramos por día y terminan comiendo entre 200 y 300 gramos diarios. Al final del período consumen unos 80 gramos por animal por día promedio. El consumo total por animal en 200 días es de unos 16 kilos.
El costo total de todos los productos consumidos por los terneros varía entre 9,5 y 12 dólares por cabeza. El costo de las vacas utilizando productos de calidad durante todo el período (setiembre-abril) fue aproximadamente de 15 dólares por vaca.
Respecto al manejo del rodeo y la logística de implementación, se debe tener en cuenta una especial consideración con respecto a la preparación del personal de campo.
Lo ideal es ordenar las vacas por fecha de parto, para que los terneros tengan la menor diferencia de edad posible, “creemos que los terneros deben estar en la misma etapa de vida para brindarles una misma calidad de producto”, sostiene el ingeniero agrónomo Juan Andrés Moreira, técnico del Plan Agropecuario.
El personal de campo se debe familiarizar con los tipos de productos de consumo y cuándo deberán ser suministrados. El propio personal luego identifica los productos, incluso poniéndole nombres singulares.
“Debemos tener en cuenta que la reposición del producto se podría realizar con una frecuencia semanal. En ese sentido, hay que considerar el transporte de las bolsas del galpón a los comederos. Un carro de pértigo es suficiente”, acotó.
La infraestructura de comederos debe estar bien mantenida. Contar siempre con repuestos (alambre, clavos, tornillos, tenaza, etcétera), por si algo falla. Es común que la malla sombra se afloje o vuele. Se debe comprender que cumple la función si está estirada y sana.
Es fundamental juntar los rodeos con una frecuencia de unas 2 a 3 veces por semana. Esta medida sustituye la tradicional recorrida ya que el ganado se acostumbra y al primer movimiento se reúne prácticamente solo alrededor del comedero, lo que facilita la observación de los animales. Las recorridas de potrero son para los períodos de pariciones, no para la etapa de cría.
RESULTADOS
Rosendo Laca indicó que, entre los resultados de la estrategia de alimentación, se destaca la obtención de terneros más pesados al destete; mejor condición corporal de las vacas al destete y terneros que saben comer al destete.
Se obtienen recrías más desarrolladas, con más peso a campo natural; mayor porcentaje de preñez; preñeces tempranas; mayor tasa de crecimiento; mejor ganancia de peso posterior y mejor desarrollo de la flora ruminal.
Moreira explicó: “estaríamos frente a una tecnología que, bien diseñada, tendría un alto impacto en el peso final de los terneros al destete”.
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