Policiales | 28 Sep La Justicia resolvió el procesamiento de un depravado de 36 años tras comprobarse que sometió a sus bajos instintos a una niña. El sujeto gozaba del privilegio de libertad desde hacía unos días, luego de casi dos años de cárcel tras haber sido hallado responsable de la violación de un niño de seis años, hecho ocurrido en Nueva Palmira (Colonia).
De acuerdo con información remitida por Jefatura, una señora se presentó en la Seccional Tercera y denunció que su hija de 7 años había sido víctima de abuso por un sujeto de su entorno familiar. Asimismo, dijo que el acto tuvo lugar en su domicilio, cuando ella estaba ausente y que --además-- el sujeto tenía amenazada a la niña para que no contara lo ocurrido.
La Policía pudo saber que Carlos María De Los Santos Indart, alias “el Pancho”, se dirigía rumbo al sur del país, por lo que fue librada (por la Justicia) su orden de captura. Contando con colaboración de la Seccional Quinta de Río Negro, fue localizado cuando se desplazaba por Ruta 3, a la altura del límite departamental entre Río Negro y Paysandú, en un camión en que había pedido tiraje. De inmediato fue detenido y conducido hacia la Seccional Tercera. De Los Santos Indart admitió haber abusado de la niña y agregó que hacía pocos días había quedado en libertad.
La Justicia dispuso el procesamiento con prisión de De Los Santos Indart por un delito de atentado violento al pudor especialmente agravado. Posteriormente fue alojado en la Unidad local del Instituto Nacional de Rehabilitación, antigua cárcel departamental.

UN HISTORIAL COMPLICADO
El ahora procesado, que comenzó a delinquir desde muy joven, dio un giro en su perfil al incursionar en delitos complejos, tales como atentado violento al pudor y secuestro. El 17 de febrero de 2014, la ciudad de Nueva Palmira (al noroeste de Colonia) amaneció conmocionada por la noticia de que un niño de seis años había sido abusado por un hombre que se hallaba de paso por allí, ya que se desempeñaba como peón para una empresa tercerizada.
En aquella oportunidad, el degenerado arribó en motocicleta a una finca de un barrio de bajos recursos con intenciones de hablar con un compañero. Como éste no se encontraba se retiró, a la vez que se llevó consigo, secuestrado, a un pequeño de seis años, hijo de su conocido. El malviviente condujo al niño a un sitio apartado, donde lo sometió a sus bajos instintos. Luego, trasladó a su víctima hasta cerca de su casa y le dejó abandonado no sin antes amenazar con que no debía contar lo ocurrido.
En una reacción de extrema vulnerabilidad, el pequeño corrió a casa de un vecino al que abrazó fuertemente para narrar con sus palabras toda la pesadilla vivida. De los Santos fue a la casa de su patrón, le pidió dinero para regresar a Paysandú bajo el pretexto de que su madre estaba gravemente enferma y a partir de ese momento no se lo volvió a ver, por lo que la Jefatura de Colonia emitió una orden de captura.
El delincuente fue finalmente detenido en un procedimiento de tránsito efectuado en Mercedes. En la ocasión se le solicitó documentación de la moto en que circulaba y exhibió un documento de compra venta pero el número de motor no coincidía con el chasis. Consultado por la Policía sobre si estaba trabajando en alguna obra en virtud que llevaba puesto un pantalón de los que habitualmente utilizan los obreros de la construcción, respondió que procedía de Colonia y se dirigía a Paysandú porque “tenía la madre enferma”.
Por su parte, al solicitársele la cédula de identidad, quedó al descubierto que estaba requerido por la Policía de Colonia. Fue prontamente detenido y trasladado a Dolores, hacia donde concurrieron funcionarios de Seccional Cuarta de Nueva Palmira para ponerlo a disposición de la Justicia. En aquel momento fue oportunamente procesado con prisión por atentado violento al pudor, agravado por la edad de la víctima y derivado a la Cárcel Departamental de Piedras de los Indios de Colonia.