Locales | 05 Oct El paro del sindicato de Riogas hace mella en diferentes comercios y emprendimientos de Paysandú. Ha dificultado el funcionamiento de restaurantes, de piscinas, de hoteles y de comercios que distribuyen gas. A la espera de una solución, buscan la manera de sostenerse ante la falta de un elemento esencial para sus negocios.
Esta situación lleva “casi un mes” y desde entonces ya no pueden repartir gas en el barrio, aseguró a EL TELEGRAFO Silvia Machuca, que junto a su esposo, Juan Tabárez, distribuyen el producto por la zona sur de la ciudad, desde el local de Entre Ríos y Francisco Bicudo. “No solamente nos quedamos sin trabajo, sino que dejamos de brindar un servicio a la sociedad”, aseveró.
Suelen recargar las garrafas de tres kilos y realizar los recambios de las de 13. Incluso cuando alguien no puede pagar, venden medio kilo de gas. “Estamos en un barrio de no muchos recursos y necesitan el gas”, ahondó Machuca. “Uno va para arriba y para abajo buscando y no encuentra. Pedimos a otras empresas (trabajan con Riogas) y tampoco conseguimos”.
Este comercio fue visitado por la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea) el mes pasado que, al no observar carteles indicadores --como no fumar o apagar el celular--, los multó con 15.000 pesos. “Cuando nos cobraron la multa no nos agarraron jugando con un rifle con las garrafas al lado. Pagamos la multa para seguir trabajando, estamos habilitados y ahora nos pasa esto”, dijo Machuca, que tiene este negocio desde hace 12 años.
Este conflicto comenzó cuando Riogas de Maldonado despidió a tres trabajadores que fueron vistos por las cámaras manipulando un rifle en el lugar de trabajo. El sindicato decidió un paro con la reivindicación de que le devolvieron el puesto de trabajo a esos operarios, pero la cuestión de fondo ha sido otra. “Acá el tema central no son los tres despedidos de Maldonado por la manipulación del arma que se vio en las cámaras. El conflicto se agravó cuando se despidió a trabajadores zafrales, cuando se elimina un segundo turno en la empresa Riogas. Seguiremos insistiendo en la búsqueda del diálogo y de la negociación”, ha dicho el ministro de Trabajo, Ernesto Murro.
La Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) es otra entidad afectada por la falta de gas. No pueden calentar el agua de la piscina y desde hace 20 días se encuentra inhabilitada. “Estamos sufriendo y mientras no se solucione, vamos a seguir con problemas. Somos rehenes de esta situación y no vemos la hora que se solucione o se tomen medidas. Desde que comenzó el conflicto estamos con la piscina fría. No está en funcionamiento porque la temperatura no es la correcta para que la gente se meta al agua”, indicó Raúl Maldonado, director de la ACJ.
La ACJ contaba con una reserva de cuatro tubos pero “duró muy poco”. “Cada cuatro a cinco días los cambiamos, así que imaginate que ya se acabó”. Maldonado reclamó algún tipo de legislación que los proteja cada vez que se desate un conflicto de esta naturaleza.

DE 45 A 13 KILOS
En las Termas de Guaviyú, la situación no es muy diferente. Una fuente de la parte privada de los moteles --cliente de Riogas-- relató a EL TELEGRAFO que tienen todos los alojamientos con calefón a gas, al igual que el secado de la ropa y las cocinas. “Lo que hacemos ahora es cambiar el sistema que teníamos de las garrafas de 45 kilos; cambiamos las válvulas para abastecer con garrafas de 13 kilos. Es otro tipo de gas, ensucia más las cañerías”, afirmó.
Por el momento, les quedan algunas de 13 kilos, gracias a que consiguieron en Acodike. “Como no somos clientes (de Acodike), tenemos complicaciones. El vecino que hace churros y tortas fritas se quedó sin gas el fin de semana. A todos nos está afectando”, añadió.
El encargado del restaurante del Yacht Club, Jorge Rosas, también tiene algo que decir. Toda su línea de fuego, hornos, cocina, quemador, filtrador y plancha funciona a gas. Estos días ha podido subsistir, pero recalcó que no llega al fin de semana, de mantenerse las medidas sindicales. “Nos quedaremos sin materia prima para cocinar y tendremos que cerrar”, señaló Rosas. Este cliente de Riogas no pudo conseguir nada en Acodike. “Esto es una cadena. Al no abrir yo, tampoco vendrán los proveedores: la carnicería, la verdulería, la fiambrería ni las bebidas”, subrayó.