Policiales | 07 Oct La abuela de 64 años que se encargaba de regentear y ofrecer los servicios sexuales de sus nietas fue finalmente encarcelada, al igual que tres de los habituales clientes. El hecho conmocionó la tranquila zona de El Eucalipto, donde se llevaban a cabo estas prácticas, aunque a sotto voce era algo que “ya se sabía”, confió una fuente consultada.
Según datos obtenidos por EL TELEGRAFO, la investigación llevaba más de tres semanas en el Juzgado a instancias de una educadora del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), que fue quien radicó la primera denuncia, ya que se sabía que dos pequeñas de 8 y 11 años y tres adolescentes de 14, 15 y 17, todas integrantes de la misma familia, eran explotadas sexualmente. El caso fue ingresado al Juzgado de Familia y posteriormente derivado a la órbita penal, desde donde se solicitó la intervención de la Policía.
Efectivos de las Seccionales Octava y Novena, de la zona de ruta 26, fueron los encargados de ahondar en el tema y recabar datos sobre los potenciales clientes, así como el testimonio de pobladores de la zona que conocían la situación. Asimismo, se trasladó el caso a la Unidad de Investigaciones de la Zona 2, procediéndose a la detención de al menos 14 personas, entre componentes del turbio negocio y clientes, cuyas edades oscilaban entre los 50 y 65 años. Los detenidos fueron conducidos desde varias localidades, como El Eucalipto, Zeballos y Buricayupí.
El trabajo de sicólogos e integrantes de INAU, que atienden a víctimas de este tipo de hechos, fue vital para poder contar los testimonios de las pequeñas, cuyas conductas denotaban que algo malo estaba ocurriendo. Disminución en el desempeño escolar --en el caso de las más chicas--, trastornos del lenguaje, conductas violentas, sumisión y actitud evasiva, fueron algunos de los indicadores que alertaron a las autoridades.
Indagada, la abuela, N.E.D., admitió que tanto sus hijas adultas, de 31 y 36 años, como sus nietas trabajan ofreciendo servicios sexuales, que eran concertados por ella a través de mensajes de texto y llamadas telefónicas.
Las prácticas eran consumadas, generalmente, en una pieza acondicionada para tal fin en la finca de la mujer.
Al menos tres clientes confesaron haber pago por mantener encuentros íntimos con las niñas.
La juez de Cuarto Turno, doctora Elsa Montín, resolvió el procesamiento y prisión de N.E.D., por un delito de contribución a la explotación sexual de personas menores de edad. Y el procesamiento con prisión de E.E.S.F., de 53 años; O.C.D.L.C., de 64; y D.R.R.G., de 55 años, por un delito de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo.
Los cuatro procesados fueron remitidos a la unidad local del Instituto Nacional de Rehabilitación, antigua cárcel departamental.