Paysandú, Jueves 13 de Octubre de 2016
Locales | 07 Oct Un emprendimiento privado que transformaba el ecosistema en el área protegida de Montes del Queguay fue cancelado por la Intendencia Departamental de Paysandú y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama).
Se trata de una extensión de tierra dedicada actualmente a uso ganadero y que se pretendía convertir en área de cultivo. La tierra no es adecuada para ese fin, pero se iba a construir un dique de ocho kilómetros, que iba a transformar en inundables unas 400 hectáreas, propias y de establecimientos vecinos. Margarita Heinzen, directora general de Promoción y Desarrollo, confirmó que el establecimiento se encuentra en la zona de influencia de Guichón y aseguró que tras asumir la actual administración, se tomó conocimiento de “un proyecto que ya había sido presentado con anterioridad” que implicaba “la construcción de un dique para transformar el destino de 400 hectáreas --hoy de uso ganadero, relativamente extensivo, más o menos manteniendo el balance ecosistémico-- y pasarlas a tierra de cultivo”. No obstante, “la rápida intervención de la Intendencia de Paysandú como coadministrador del área protegida Montes del Queguay impidió el avance de una iniciativa, cuyas consecuencias hubieran sido irreversibles”, acción que se realizó “en plazo y con alto nivel técnico”.
La empresa privada vio así cancelado su proyecto de construcción de un dique de ocho kilómetros que transformaría en inundables unas 400 hectáreas de uno de los reservorios más ricos del país. Para tomar esa decisión, “el trabajo de la Intendencia fue definitorio para que el informe de la Dirección Nacional de Medio Ambiente saliera no aprobatorio” y se interrumpiese el proceso.
El área protegida Montes del Queguay, única en el Uruguay, está situada en la zona de confluencia de los ríos Queguay Chico y Queguay Grande. Tiene una superficie de alrededor de 20.000 hectáreas y alberga --según informa el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente-- “masas de montes ribereños naturales del país, tierras altas (sierras basálticas y bosques de cerritos asociados), arbustales o chircales, bosques parque y pastizales no inundables”. También se encuentran allí “varias especies vegetales prioritarias para la conservación”, además de “altos valores culturales, históricos y arqueológicos”.
Margarita Heinzen informó que esta área “está casi toda en manos de privados” y, de un total de 40.000 hectáreas, 20.000 constituyen área protegida; las restantes están “en condiciones de producción”, lo que plantea la estructuración de un plan de manejo “que permita compatibilizar esos dos destinos: el uso productivo de los privados y la conservación de ese ecosistema único”. Por su parte, la responsable de la Dirección de Desarrollo Rural, Sandra Zibil, indicó que se trata de “un área protegida con recursos manejables”, es decir que requiere un plan de manejo que contemple al máximo la conservación, pero también la viabilidad de la actividad productiva. La Intendencia, después que la Dinama divulgara en la página web del Ministerio de Vivienda los detalles del proyecto, en fase de estudio de impacto ambiental --en la que se establecía un plazo de 30 días para la anteposición de objeciones u observaciones--, actuó “con celeridad”.
A través de varias reparticiones y junto con otras organizaciones y vecinos de la zona “advirtió que la construcción de una estructura de esa naturaleza, de ocho kilómetros de longitud, modificaba la línea de inundación de esta planicie y pasaban a ser inundables unas 400 hectáreas”, subrayó Heinzen.
Zibil abundó en detalles al indicar que se llevó a cabo “una acción muy coordinada con las unidades de Ordenamiento Territorial, Gestión Ambiental, secretaría del intendente y Desarrollo Rural, para conversar sobre el tema y determinar por qué objetábamos dicho proyecto, por qué considerábamos que no era pertinente que se llevase adelante”.
“Se elaboró un informe con más peso técnico para que quedara claro que nosotros, como coadministradores, opinábamos que eso no podía ser llevado adelante”, agregó. Heinzen destacó “la celeridad con que actuó la Intendencia al tomar conocimiento de este posible proyecto” y también “el informe técnico” que, según expresó el director del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, Guillermo Scarlato, “fue definitorio para que el informe de Dinama saliera no aprobatorio”.
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