Policiales | 21 Oct La tarde del 20 de octubre de 2016 quedará grabada en la memoria de familiares y allegados de Néstor Darío Samudio González. Ese día --finalmente-- pudieron cerrar un capítulo en sus vidas, el de la incertidumbre sobre conocer qué fue de él. A casi nueve años de la denuncia de su desaparición, una pista aportada al propio jefe de Policía de Paysandú permitió aclarar que, en realidad, Samudio González había sido asesinado y su cuerpo desechado en las aguas del río Uruguay.
Por este crimen, en la tardecita de la víspera, la Justicia procesó a un sujeto carente de antecedentes penales, conocido como el lechero de la zona Este, que confesó la autoría del hecho.

NOVIEMBRE DE 2007
El 4 de noviembre de 2007, una señora de 49 años se presentó en la Seccional Tercera y denunció la falta de su hogar de su esposo de 48 años, quien se había retirado el día anterior de su finca, próximo a las 6.30, y no había regresado hasta el momento. Además, Samudio no atendía las llamadas telefónicas que sus familiares le hacían al celular. La señora dio cuenta de la vestimenta que su esposo llevaba al momento de su desaparición y detalló, con una fotografía, los rasgos fisonómicos del desaparecido.
Los efectivos, en aquel entonces, efectuaron algunas averiguaciones y se cursó a través de la antigua Mesa de Operaciones (actual Centro de Comando Unificado Departamental), la solicitud de localización a todas las dependencias policiales, no obteniendo resultados.

AL PROPIO JEFE
A casi nueve años, en ocasión en que el Comando de Jefatura se reunió con vecinos de la zona, en las instalaciones del Liceo Nº 4, en una Mesa de Convivencia y Seguridad, un hombre pidió para hablar a solas con el jefe, el comisario general (R) Luis Mendoza. En base a datos extraoficiales obtenidos por EL TELEGRAFO, durante esa charla privada el civil expresó que le preocupaba el caso de la desaparición de Samudio González y que tenía algunas sospechas sobre ello, indicando que para él había sido asesinado por R.G.M.C., de 51 años (edad actual).

EN BÚSQUEDA
Contando con varios elementos, personal de la Seccional Tercera procedió a indagar al sospechoso, que se encarga del reparto de leche en varios comercios de la ciudad y conocido como ex boxeador.
Indagado, finalmente admitió que próximo al mediodía de un día de noviembre de 2007 --sin recordar la fecha exacta--, Samudio González llegó a su casa en estado de ebriedad y comenzó a molestarlo. Dijo además que se generó una discusión entre ambos y que, en determinado momento, le propinó un golpe de puño a Samudio, causando que cayera sobre unos hierros y se golpeara fuertemente su cabeza.
Al constatar una profusa herida y abundante sangrado, indicó que colocó el cuerpo en un baúl grande donde lo dejó varios días para luego enterrarlo en el patio de su casa, en las inmediaciones de Joaquín Suárez y Larrañaga. Seis años después, retiró los restos, los colocó en una bolsa grande y los trasladó en su camioneta (con la que hacía el reparto de leche) hacia el muelle del Club de Pescadores, donde los arrojó al río, quedándose con los documentos del fallecido.
Elevadas las actuaciones a la órbita judicial, se resolvió el procesamiento con prisión de R.G.M.C. por un delito de homicidio a título de dolor eventual.

VECINOS SORPRENDIDOS
Una vez conocido el procesamiento, un equipo de EL TELEGRAFO se dirigió al barrio del homicida, donde los vecinos consultados no daban crédito de lo ocurrido. “Siempre se mostró muy servicial, hace año que lo conocemos”, dijeron los responsables de un comercio del barrio.
“Nos traía la leche cada mañana, siempre hablando y positivo, deseando el bien. Ayudaba a todo el mundo. Es de no creer que haya hecho eso”, indicó otra joven. Por su parte, un matrimonio de ancianos que hace pocos años viven en la cuadra expresó su estupor. “Todos estos años ocultando que había matado a una persona y lo tuvo enterrado en el fondo. Parece mentira todo esto”, sostuvieron.