Paysandú, Sábado 22 de Octubre de 2016
Opinion | 15 Oct Un amigo subió una foto a Facebook de la factura que debió pagar en una pizzería ubicada en Gorlero y Las Gaviotas, en Punta del Este, en el almuerzo de ayer. Por dos Coca Cola, dos Patricia de un litro cada una y dos pizzetas grandes con gusto abonó 2.480 pesos. Solo una cerveza costó 260 pesos. Aunque aún estemos en octubre, los comercios y operadores turísticos del Este ya se afilan ante una temporada de verano que parece será récord ante el encarecimiento del peso argentino, la apreciación del real brasileño y el aumento de la capacidad de compra de los uruguayos dentro del territorio nacional. Pero este tipo de abusos bien pueden ahuyentar a los visitantes. Una práctica que se podría extender a otras partes del país donde se brinden servicios turísticos. Desde el gobierno, por suerte, se alerta ante estas situaciones.
En entrevista con el programa “Quién es quién” que se emitió por Diamante FM y Televisión Nacional, la ministra de Turismo, Liliam Kechichián, pidió “control social” para contener los precios, al tiempo que coincidió en que se espera un “muy buen verano”. Tiene la expectativa firme de superar el récord de visitantes en la venidera temporada estival.
Según informó la semana pasada el portal web de Presidencia, Uruguay alcanzó un nuevo récord de turistas durante el año pasado. En los 12 meses de 2015 arribaron al país, incluidos los pasajeros de buques cruceros, 3.286.100 quienes dejaron 1.776 millones de dólares, generando un superávit en la balanza turística de 614 millones de dólares.
La gran mayoría de los turistas arribaron desde Argentina (68,8%) y un 16% lo hizo desde Brasil, según datos del Anuario 2016 elaborado por el Ministerio de Turismo en base a información de la Dirección Nacional de Migraciones, de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y de la Encuesta de Turismo Emisivo, Receptivo y de Cruceros.
En cuanto a destino específico en el país, Montevideo aparece en primer lugar con 31,6% de los turistas llegados del exterior, seguido de Punta del Este (20,9%), el litoral oeste (14,3%) y el departamento de Colonia, al suroeste (8,7%).
Respecto a los alojamientos, la investigación indica que 34,4% de los visitantes lo hicieron en hoteles, mientras que 27,5% en viviendas de familiares o de amigos residentes.
De acuerdo a la Encuesta Continua de Hogares, la actividad turística generó 111.000 puestos de trabajo, lo cual representó 6,7% del total, teniendo a los restaurantes como principal receptor de trabajadores, seguido de los bares y cantinas con 40,9% de los casos, transporte con 22,5% y la alimentación con 20%.
Son muchos datos alentadores, pero hoy el factor a cuidar es las subas violentas de precios, como ocurre en esta pizzería de Punta del Este. Por tanto, Kechichián llamó a los operadores turísticos a ser precavidos en este terreno. La ministra graficó su preocupación con un ejemplo. En los últimos días, dijo, se enteró de que por un apartamento en una zona turística se está pidiendo un alquiler 30% por encima al solicitado un año atrás. “Todavía vamos a tener que seguir insistiendo mucho, porque sin una buena política de precios es muy difícil tener éxito en una temporada turística”, subrayó.
En otro momento, la ministra mostró preocupación porque en un balneario del Este cobran 100 pesos un café. “Tengo algunas facturas ya de un café a 100 pesos. Hay preocupación, claro, cuando pasan estas cosas salen en las páginas web de todos los diarios del continente y esto nos perjudica”, dijo. “Sin una buena política de precios es muy difícil tener éxito en una temporada turística”, alertó Kechichián.
En este sentido, señaló que debería haber un “control social” de la Cámara Uruguaya de Turismo (Camtur), la gremial del sector. "En definitiva, yo promociono al Uruguay, pero el negocio es de los privados, y son ellos los principales perjudicados. Ellos pueden hacer un trabajo interesante en este sentido”, señaló la secretaria de Estado. Kechichián agregó que si la gremial detecta que uno de sus socios tiene un “comportamiento que perjudica al resto”, se podrían tomar medidas como “llamarle la atención” o, como una medida más dura, “desafiliarlo”. Ayudaría a “controlar esas medidas que no son la mayoría, pero que perjudican a todos”, aseveró.
El presidente de la Camtur, Juan Martínez, se defendió. En diálogo con El Observador dijo que los precios no los puede “regular nadie” al encontrarse ante una economía abierta como la uruguaya, y que “cada empresario toma la actitud que quiere”.
Sin dudas que han tomado la actitud que desean y, en muchos casos, solo han tomado en cuenta su propio interés, sin pensar en cómo afectan esas decisiones al mercado turístico uruguayo. Esto se puede observar también en Paysandú, cuando comercios proponen un cambio de lo más desfavorable a los turistas argentinos que vienen a visitarnos. No hay mejor forma de espantarlos.
Cada cual tiene derecho a hacer su verano, literalmente. Pero seamos inteligentes con el propio negocio. El no adelantar la hora es un logro del sector turístico, que no deseaba la variante de horario. Ahora les toca a ellos hacer de su parte para que la próxima temporada de vacaciones sea todo un éxito.
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