Paysandú, Miércoles 26 de Octubre de 2016
Opinion | 19 Oct En el mundo cada minuto muere una mujer víctima del cáncer de mama, responsable del 21% de los fallecimientos por enfermedades no transmisibles, de los cuales el 35% ocurren en países de bajos y medianos recursos y cada vez a menor edad. En cifras globales significa el diagnóstico de 1,38 millones de nuevos casos y 458.000 muertes.
Así de complicada está la escena internacional para las pacientes que atraviesan por esta enfermedad, donde Uruguay sostiene el triste privilegio de encabezar las listas de países en la región con alta incidencia de esta patología en su población y el cuarto a nivel mundial. De hecho, se diagnostican unas 1.900 mujeres al año, y eso significa 5 por día o una cada 4 horas aproximadamente. Mueren 650 por año y de cada cien casos constatados, 99 son mujeres y 1 caso corresponde a los hombres.
Si bien la Organización Mundial de la Salud resolvió que octubre sea declarado como el mes internacional de lucha contra este flagelo, las organizaciones sociales de nivel internacional, nacional o local se dedican a la concientización y promoción de hábitos tendientes a la prevención de una enfermedad que afecta a millones de personas. Es así que invaden sus actividades con lazos y vestimenta de color rosa, que identifica al cáncer de mama desde la década del 90 para brindar una mayor visibilidad a la enfermedad.
Las posibilidades de acceder a un tratamiento con buenos resultados y conseguir la cura de esta patología, aumentan en tanto se detecte en forma temprana, donde el autoexamen mamario adquiere un destaque fundamental ante el empoderamiento que significa para la mujer, la visita periódica al médico especialista y la realización de mamografías.
“Hacelo por vos. ¡Cuidate!”, es el eslogan que presentó la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer para la campaña que se desarrolla este año y han invitado a las mujeres a compartir mensajes positivos, de aliento a quienes aún luchan contra esta patología y de prevención a través de las redes sociales. Por eso el lazo rosa se ha transformado en una trinchera de lucha y los monumentos más importantes del mundo se han iluminado con este color.
Los expertos señalan que la causa de algunos tumores es clara, sin embargo, en el aspecto mamario los factores determinantes son hormonales y el estímulo que experimenta el organismo a partir de la pubertad, por tanto, es la razón de su frecuencia en la mujer. Paralelamente, enfatizan en los antecedentes familiares directos y en tales casos deberán asistir con mayor frecuencia a los estudios concernientes.
No obstante, los mecanismos de control y los programas de sensibilización son las estrategias fundamentales que los distintos efectores y operadores sanitarios cuentan para llegar a la población en general, y fundamentalmente en Uruguay, que también enfrenta una doble carga con el cáncer de cuello uterino. Es que se trata de las principales causas de muerte en mujeres de más de 30 años y la eficacia de los mensajes o estrategias comunicacionales harán la diferencia entre la vida o la muerte.
La tecnología aplicada a la detección se basa en la mamografía, como una técnica de exploración basada en una radiografía especial de las mamas con rayos X, que utiliza bajas dosis de radiación. Se define como una prueba sencilla y no dolorosa, que se repetirá según el diagnóstico obtenido. No obstante, mantiene sus limitaciones especialmente en las mujeres jóvenes, ante la densidad de su tejido glandular, pero en dicho caso se complementará con una ecografía.
Es así que en Uruguay se realiza este análisis bajo dos premisas: algunas mujeres lo hacen convencidas de su efectividad y otras, por cumplir con un trámite requerido para obtener el carné de salud. En los últimos meses, la justicia le dio la razón a una mujer --funcionaria de un organismo público-- que se negó a la prueba y argumentó su derecho a la elección de los procedimientos médicos. En todo caso, en la mamografía se instrumentan las radiaciones y a raíz del fallo se generó una interrogante sobre los perjuicios, o no, para la salud.
Paralelamente, Uruguay se ha transformado en el país que detecta las lesiones más pequeñas y eso implica una mayor probabilidad de curación. Incluso se ha logrado bajar la tasa de mortalidad en aproximadamente un 10% en la última década y se han alcanzado mayores niveles de detección con esta técnica.
Los especialistas en esta área de la medicina calculan que un nódulo palpable y maligno, presentará un horizonte negativo en el 80% de los casos, al tiempo que el 70% de los casos corresponden a personas sin antecedentes familiares.
Del total de los casos constatados, menos del 30% cuenta con un precedente cercano y de acuerdo las experiencias constatadas, se vincula antes a la edad que al condicionamiento genético. Por eso, la negación a determinados estudios se presentarán como un riesgo que deberán afrontar individualmente.
Nuevamente, la detección precoz y el control de los factores de riesgo o la modificación de hábitos, además de la prevención integrada de las enfermedades no transmisibles –como este caso-- a la promoción de una alimentación conveniente, la actividad física, el control del consumo de alcohol, el sobrepeso y la obesidad, pueden llegar a tener una efecto positivo en el descenso de la incidencia del cáncer de mama a largo plazo. Pero eso es, desde ya, una cuestión de conciencia.
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