Paysandú, Viernes 28 de Octubre de 2016
Opinion | 21 Oct Hace ya más de un lustro se dejó que pasara --en el primer gobierno de Tabaré Vázquez--, el tren del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, y se prefirió seguir “acogotados” en un Mercosur sin horizontes, con más frustraciones que buenas noticias para el país, en ancas de un funcionamiento anodino e ideologizado que se convirtió en un club de presidentes amigos por estar sintonizados en un rumbo populista.
En las últimas horas, a todo esto, el presidente Tabaré Vázquez está retornando de su periplo a China, encabezando una delegación cuyo leit motiv ha sido la búsqueda de un TLC con el gigante asiático, lo que indica que se ha asumido implícitamente que aquella idea de no hacerlo con Estados Unidos ha sido un error que estamos pagando caro, cuando además ha cesado el viento de cola internacional que permitió disimular las consecuencias de perder la oportunidad.
Vázquez concluyó su visita de Estado a China con un TLC en proceso con el gigante asiático y aseguró que los países del Mercosur apoyarán a Uruguay en su acercamiento comercial a Pekín.
Vázquez llegó a la segunda economía mundial para potenciar nuevos mercados como actor individual y consiguió abrir el camino para un TLC con el que actualmente es su primer socio comercial y establecer un calendario.
“En este momento, las relaciones diplomáticas entre los dos países han cumplido 28 años. En el año 2018 cumpliremos 30 años y hemos fijado esa fecha como límite para firmar el Tratado de Libre Comercio”, anunció Vázquez al término de su agenda de encuentros, donde se reunió primero con el primer ministro chino, Li Keqiang, y el martes con el presidente Xi Jinping.
Según el mandatario uruguayo, esta misión a China, en la que le ha acompañado una amplia delegación de ministros, empresarios y líderes sindicales, “ha sido altamente positiva, muy productiva y muy exitosa”, y el mayor logro, en su opinión, no es el TLC, sino la “asociación estratégica” Uruguay-China que acordaron en el encuentro entre presidentes. Pero hay que ir despacito por las piedras, y ocurre que estamos todavía ante una serie de elementos a tener en cuenta. Así, si bien en el Mercosur, tras la derrota de los gobiernos populistas de Brasil y Argentina, sucumbidos además por una ola de corrupción, hay un cambio de rumbo que tiende a la flexibilización, el acuerdo todavía sigue vigente, y existen compromisos asumidos que significan que pese a los enunciados de buenos deseos no tenemos las manos libres ni mucho menos.
Por lo tanto hay mucho paño para cortar, y en el plano comercial, Brasil y Argentina también jugarán un rol importante, ya que Uruguay deberá contar con el apoyo de los miembros del Mercosur para que las negociaciones no fracasen.
“Yo creo que no va a haber inconveniente”, afirmó sin embargo el presidente al respecto, al recordar que el TLC que Uruguay firmó con México fue autorizado por el resto de países del bloque del que forma parte. Vázquez comentó que ya había mantenido conversaciones con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, con el que se reunirá la semana que viene en Buenos Aires, y con el brasileño Michel Temer, y que “estaban de acuerdo en flexibilizar al Mercosur”.
“Uruguay defiende al Mercosur y al bloque como proceso de integración regional indispensable, pero también que los países de menores economías tengamos la oportunidad de hacer algún acuerdo bilateral con otros países u otros bloques fuera de la región”, enfatizó.
Sin embargo, el presidente argentino Mauricio Macri dijo que su gobierno prefiere que ese acuerdo lo negocie todo el Mercosur y no solo uno de sus socios. Igualmente, manifestó que está eventualmente dispuesto a negociar con Tabaré Vázquez una excepción a la resolución del Mercosur que impide a cualquiera de los socios firmar un acuerdo bilateral de esa magnitud por fuera del bloque.
“Preferiría que lo hagamos todos juntos desde el Mercosur pero siempre voy a tener la mayor apertura para entender las necesidades de los hermanos del Uruguay. Yo tengo un profundo afecto y compromiso en respetar la historia y el afecto recíproco que hemos tenido muchos años y que por ahí estuvo un poquito en crisis en los últimos años”, dijo Macri este miércoles en una conferencia de prensa con medios uruguayos en Buenos Aires al ser consultado sobre la negociación de un TLC entre Uruguay y China.
Un indicio prometedor, igualmente, y el punto será motivo de análisis este lunes con Vázquez, pero a la vez está de por medio el arrastre de la situación con Venezuela, porque Uruguay ha quedado solo frente a la postura de Argentina, Brasil y Paraguay respecto a la nación caribeña. Durante la conferencia que tuvo lugar en la residencia presidencial argentina, en la zona de Olivos, en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, Macri reprochó la actitud de Uruguay en relación con Venezuela. Es que mientras Argentina, Brasil y Paraguay promovieron la suspensión del país liderado por Nicolás Maduro del Mercosur, Uruguay se abstuvo.
“En Venezuela el gobierno abusa de la autoridad, no respeta la independencia de poderes, no respeta la libertad de expresión y eso ha llevado a una crisis para la población inédita en su historia”, evaluó el mandatario argentino, y reflexionó que “si uno mira la historia de profundo compromiso democrático que siempre ha tenido Uruguay y de los cuales nosotros somos admiradores del proceso de alternancia y convivencia democrática, esperábamos una posición más contundente por lo que estaba pasando en Venezuela”.
Bueno, en alguna medida puede considerarse que estamos ante una condicionante a tener en cuenta sobre la actitud de los vecinos respecto al planteo uruguayo por China, pese a que se trata de temas diferentes, porque hasta ahora el gobierno macrista ha dado muestras de buena voluntad sobre el conflicto por las plantas de celulosa y los trasbordos de mercaderías por puertos uruguayos, contrariamente a la actitud de la administración Kirchner.
Es difícil asumir que en la diplomacia solo haya concesiones de un lado, porque siempre aparecen grupos que reprochan que se hipoteque soberanía cuando se cae en concesión tras concesión.
Y aunque en las relaciones exteriores es imprescindible una gran dosis de pragmatismo, pese a los principios, seguramente habrá todavía bastante para conversar con Argentina y Brasil, para ver qué pasa con un TLC con China y cuál será el papel del Mercosur, porque habría inclinación de éstos a participar en alguna medida, a través del acuerdo regional, y la desigualdad de tamaño de las economías nos pone como un guisante al lado de una sandía.
En un TLC seríamos más o menos como una cabeza de playa china en la región, y difícilmente los vecinos se resignen solo a ser observadores sin protagonismo, cuando hay en juego tantos intereses y Macri ha mencionando que ya hubo “flexibilidad” con Uruguay para el TLC firmado con México, por lo que no va a ser fácil repetir el plato.
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